Hollande quiere abrir "una nueva vía" en Europa
El nuevo presidente francés recalca su intención de contribuir a la paz en el mundo y movilizar a todas las fuerzas de Francia en su discurso de toma de posesión del cargo.
El socialista François Hollande asumió la Presidencia de Francia con la promesa de reconciliar a sus conciudadanos y de defender en Europa un nuevo pacto presupuestario que incluya medidas para estimular la economía.
Su toma de posesión del cargo comenzó a las 10:00 , pero no fue oficialmente investido hasta 45 minutos más tarde, cuando el presidente del Consejo Constitucional, Jean-Louis Debré, comunicó el traspaso de poderes. "A partir de este momento usted encarna a Francia, simboliza la República y sus valores y representa al conjunto de franceses", le dijo Debre en una ceremonia sobria, y en la que a diferencia de la de su predecesor, Nicolas Sarkozy, en 2007, no estuvieron presentes sus hijos.
Sus primeras palabras como presidente fueron dirigidas a la necesidad de reconciliar a la nación y a la constatación de que la situación heredada no es fácil, con "una deuda masiva, un crecimiento débil, un paro elevado, una competitividad degradada y una Europa con dificultades para salir de la crisis". Una situación refrendada por los datos del Instituto Nacional de Estadística (INSEE), según los cuales la economía se estancó en el primer trimestre, después de que en 2011 el Producto Interior Bruto (PIB) creciera un 1,7%.
Más allá de enderezar las cuentas públicas, Hollande dijo ser consciente también de que Europa "espera y mira" a Francia y, conforme a lo expresado en la campaña, recalcó que para superar la crisis el continente necesita "crecimiento y solidaridad". Para el nuevo jefe del Estado, de 57 años de edad, el pacto presupuestario que propondrá a sus socios de la eurozona unirá la necesaria reducción del gasto público con "la indispensable estimulación de la economía", una apuesta para la que Angela Merkel se muestra reticente. Hollande, condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor en uno de los salones del Palacio, subrayó además que "la Justicia será el único criterio sobre el que se tomará cada decisión pública" durante su mandato, iniciado con un pequeño baño de masas deslucido por la lluvia ocho días después de haber acaparado el 51,6% de los votos.
Poco antes, Sarkozy y su mujer, Carla Bruni, habían abandonado el Elíseo recorriendo a pie la misma alfombra roja por la que entró el socialista, en un acto cargado de simbolismo y que cierra definitivamente el anterior ciclo. El nuevo presidente es consciente de que ya no puede esperar ser tratado con condescendencia por parte de los medios, y no le faltarán oportunidades esta misma semana para demostrar si está a la altura de las expectativas que ha suscitado.
A nivel internacional tendrá a partir del viernes una prueba de fuego, con un desplazamiento a Estados Unidos para entrevistarse con su homólogo, Barack Obama, y participar sucesivamente en las cumbres del G8 y de la OTAN. "El poder en la cumbre del Estado se ejercerá con dignidad, pero con sencillez, con gran ambición para nuestro país pero con sobriedad en su comportamiento", prometió Hollande, manteniendo la intención de desmarcarse de la presidencia de Sarkozy. El presidente saliente, aplaudido a su salida del Elíseo, anunció la noche de su derrota su intención de abandonar la política, y según los medios locales, es probable que tras tomarse unas vacaciones se dedique a la abogacía.
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