Éxodo en Libia
Miles de personas huyen de la violencia a Túnez y Egipto · La UE podría recibir 1,5 millones de inmigrantes
El régimen libio comienza a tambalearse, pese a la amenazante intransigencia de su líder, Muamar el Gadafi, después de perder el control de la zona oriental del país, mientras se disparan las cifras de muertos por la represión a las revueltas y se extiende el temor a un éxodo masivo.
Miles de libios huyeron hacia las fronteras de los países vecinos de Egipto y Túnez, ante la situación convulsa que vive el país árabe, informó ayer Martin Nesirky, portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Citando datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el portavoz dijo que 5.000 personas huyeron a la frontera con Túnez y 15.000 a la egipcia.
Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) indicó que recibió "señales positivas" de Túnez y Egipto de que mantendrán las fronteras abiertas para recibir a las personas que abandonan Libia.
"Dadas las continuas informaciones de violencia y violaciones de los derechos humanos en Libia es imprescindible que las personas que huyan del país puedan alcanzar un lugar seguro", dijo Adrian Edwards, portavoz de Acnur. Edwards indicó que considera que reina una "situación excepcional de emergencia, en Libia, desde cualquier punto de vista".
Equipos de Acnur están operando en la frontera de Túnez con Libia. En tanto, aún están en trabajo de coordinación con El Cairo para poder trabajar en la frontera este de Libia con Egipto.
La violencia y el caos también han generado el temor a un éxodo desde Libia a los países de la UE, donde según la agencia de fronteras exteriores de la Unión (Frontex) pueden llegar entre 500.000 y 1,5 millones de personas.
En la capital italiana se reunieron ayer precisamente los ministros de Interior de los países mediterráneos de la UE, que pidieron la creación de un fondo especial de solidaridad para afrontar las crisis migratorias.
Por su parte, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) elevó ayer el número de muertos hasta los 640, más del doble de los reconocidos oficialmente, aunque, de forma paralela, el miembro libio de la Corte Penal Internacional (CPI), Sayed al Shanuka, llegó a hablar desde París de más de 10.000.
En medio de esta tragedia y de los esfuerzos de los países occidentales para repatriar a sus ciudadanos y sancionar a Gadafi, el dimitido ministro de Justicia libio Mustafa Abdel Yalil aseguró que la zona oriental del país "ha sido liberada totalmente del control" de Gadafi.
Paralelamente, oficiales del Ejército de Al Yabal al Ajdar (capital Al Baida, noroeste) anunciaron que se han unido a la revolución. "Nosotros los oficiales y los soldados de las Fuerzas Armadas en la dirección de la zona de Al Yabal al Ajdar anunciamos nuestra unión total a la revolución popular", dijo ayer un portavoz militar en un vídeo difundido por las televisiones Al Jazeera y Al Arabiya.
Activistas y testigos confirmaron a la cadena qatarí que el tercio nororiental de Libia "ha sido liberado" y está en poder de "los revolucionarios" y que se han formado comités populares para proteger y gobernar las ciudades.
Según el ex ministro Yalil, los jóvenes revolucionarios en Al Baida han detenido al menos a 400 mercenarios de Chad y Níger, a la par que comités locales protegen las propiedades públicas y privadas en la zona oriental del país.
Al Jazeera mostró además imágenes de habitantes de la ciudad de Bengasi que celebraban con canciones y fuegos artificiales lo que llamaban la liberación de esta ciudad de los seguidores del régimen de Gadafi y de los mercenarios.
Según esta cadena, los revolucionarios ya dirigen las emisoras de radio de Bengasi, Al Baida, Darna y Aydabia, todas en el este del país, por las que emiten comunicados a favor de esta revolución.
El responsable de relaciones generales del Ministerio de Interior libio, Naji Abu Hrus, advirtió, por su parte, que en Derna y Al Baida se había proclamado la creación de "un emirato islámico", en clara referencia a que el régimen había perdido su control.
Previamente, en Roma, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, había confirmado que la región de Cirenaica, en el noreste, ya no estaba en poder del Gobierno de Gadafi.
Mientras tanto, los gobiernos occidentales se aprestaron a repatriar a sus ciudadanos, por vía aérea o marítima: Francia o Rusia ya han comenzado las repatriaciones, mientras que la UE en bloque, EEUU y China lo harán con la menor dilación posible.
Por su parte, EEUU está considerando imponer sanciones a Libia para frenar la violenta represión a los manifestantes. También los Veintisiete decidieron encargar a sus expertos la exploración de las medidas concretas para sancionar al régimen.
Por otro lado, según aseguró ayer el ex ministro libio de Justicia Mustafa Abdeljalil al periódico sueco Expressen, Gadafi ordenó el atentado de Lockerbie en 1988.
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