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El Ejército egipcio califica de "legítimas" las demandas de los manifestantes

Las Fuerzas Armadas aseguran que "nunca han utilizado ni van a utilizar la fuerza contra el pueblo egipcio"

Mujeres egipcias se disponen a participar en las protestas en la plaza Tahrir de El Cairo.
Efe / El Cairo

01 de febrero 2011 - 05:03

Miles de egipcios repitieron ayer en la plaza Tahrir las protestas que protagonizan desde hace una semana, en un acto que se desarrolló sin incidentes a pesar de que la Policía volvió a las calles después de estar ausente tres días.

Por primera vez desde que hace casi una semana comenzaron las protestas, el Ejército anunció públicamente que "nunca han utilizado ni van a utilizar la fuerza contra el pueblo egipcio" y calificaron de "legítimas" las demandas de los manifestantes.

En un comunicado difundido por la televisión pública, las Fuerzas Armadas afirmaron que la presencia de soldados en las calles es "para garantizar la seguridad del pueblo egipcio" y enfatizaron que "la libertad de expresión de manera pacífica es aceptable", aunque "hay que evitar que el país se desestabilice".

Por su parte, el Movimiento 6 de Abril, que lanzó la campaña de manifestaciones el martes en una iniciativa con el apoyo de otros grupos de la oposición, defendió que la de ayer se estaba desarrollando pacíficamente. "Hasta ahora no han hecho nada", dijo un portavoz del movimiento, Bara Magdi, refiriéndose a las fuerzas policiales, que recibieron órdenes para volver a desplegarse en las calles.

No se han dado explicaciones sobre las razones que motivaron al régimen de Hosni Mubarak a ordenar la retirada de la Policía el viernes por la noche y encargar al Ejército la misión de salvaguardar la seguridad del país. Los soldados, que sólo se colocaron en puntos estratégicos de la capital, no pudieron evitar los actos de pillaje y el caos en muchos sectores urbanos que hubo el sábado.

La Policía fue responsable de la dura represión que hubo a partir del miércoles, especialmente el viernes, por los intentos de la oposición de forzar en las calles el final del régimen de Mubarak, en el poder desde 1981. Se temía que, al volver a las calles, se desataran de nuevo estas escenas de violencia, en las que han muerto más de 100 personas y miles más han resultado heridas, pero las nuevas órdenes recibidas por los agentes eran evitar al máximo esa violencia.

Como parte de esas disposiciones, la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones, quedó bajo el control del Ejército, cuyo papel ha sido acogido con muestras de respaldo por la población.

Como en las jornadas previas, y coincidiendo con el toque de queda, que ayer comenzó a las 15:00, miles de personas acudieron ayer a la plaza Tahrir para participar en la protesta. Hombres, mujeres y algunos niños, con actitud relajada, compartían ese espacio con los tanques situados en las entradas de la plaza.

La normalidad que se vivía ayer en las calles de El Cairo se correspondía con la normalización institucional que representó la toma de posesión de los nuevos ministros, dos días después de que fuera reemplazado el jefe de Gobierno. El Gabinete del general Ahmed Shafiq juró ayer su cargo frente a Mubarak. No hay sorpresas en carteras claves, como Asuntos Exteriores y Defensa, donde se mantienen sus titulares, pero sí ha habido un relevo en el Ministerio del Interior.

"Este nuevo Gobierno sólo representa a Mubarak, se trata de figuras corruptas, pero no se ha hecho eco de los requisitos del pueblo", afirmó el portavoz del Movimiento 6 de Abril.

No obstante, Egipto sigue con los bancos cerrados, las oficinas públicas a medio ritmo y con un toque de queda que se extiende 17 horas.

Para hoy, el Movimiento 6 de Abril ha convocado a mediodía una masiva manifestación para recuperar el ritmo de las protestas del martes y viernes pasados. "Mañana seremos un millón", afirmó Amr Abdu Ramhan, uno de los manifestantes en la plaza Tahrir.

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