Editorial: La barbarie yihadista ataca en París a toda Europa

14 de noviembre 2015 - 01:00

EL terrorismo yihadista volvió a golpear anoche salvajemente a París en la que, al cierre de esta edición, ya se puede considerar una nueva fecha negra de la historia reciente de Europa. Los terroristas aprovecharon un partido amistoso entre las selecciones nacionales de fútbol de Alemania y Francia, los dos países locomotoras de la Unión Europea, para sembrar de muertos y pánico la ciudad que, además de ser la capital de la República Francesa, es uno de los símbolos más queridos de la civilización y la cultura occidentales. No deja de ser paradigmático que uno de los lugares elegidos por los terroristas para sembrar la muerte fue el Boulevard Voltaire, que lleva el nombre de uno de los pensadores fundamentales para la historia de la democracia, la tolerancia y el rechazo de cualquier fanatismo político o religioso.

Como siempre ocurre en estas situaciones de extremo dolor y máxima emergencia política y policial, todos los discursos suenan huecos y retóricos. Sin embargo, nunca serán pocas las condenas que se realicen ante tan cobarde acción. Las primeras informaciones hablaban anoche de decenas de muertos, heridos y un brutal asesinato de rehenes en una sala de fiestas de la capital parisina. Podemos hacernos cargo del dolor que hoy embarga a la sociedad francesa. Imposible no recordar hoy aquella mañana del 11 de marzo de 2004, cuando todos los españoles nos levantamos con la atroz noticia de los salvajes atentados de Atocha.

¿Qué hacer ante esta demostración de barbarie? La respuesta la dio ayer el propio presidente de Francia, François Hollande, quien en una intervención al filo de la medianoche hizo un llamamiento a los franceses para que actuasen con firmeza y sangre fría en esta difícil situación. Una vez más, es el momento de apretar los dientes y confiar en la labor de nuestras fuerzas de seguridad. En España sabemos que la única forma de luchar contra los fanáticos es con unidad, firmeza y serenidad. Serenidad que no significa inacción o cobardía, sino todo lo contrario. Dentro del respeto a los derechos humanos, se deben usar todos los medios y toda la contundencia para perseguir y eliminar a las células terroristas que pretenden convertir a Europa en un cementerio. Todos sabemos muy bien dónde se encuentran los apoyos militares, políticos y financieros de los terroristas y, en los próximos días, Europa va a tener que sopesar muy seriamente cómo mejorar y aumentar el combate contra el yihadismo. Cualquier esfuerzo será poco. Los muertos de anoche en París son los muertos de todos los europeos y de todas las personas de buena voluntad del mundo.

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