Ecuador permanece en 'shock' en plena "guerra" contra el crimen organizado

Al menos 329 terroristas fueron detenidos y cinco abatidos en el primer día de "conflicto armado interno"

Éstas son las claves para entender la guerra interna en Ecuador

Una decena de muertos y varios heridos en numerosos ataques en Ecuador

Operativo en la establecimiento penitenciario de Lurigancho, en Lima.
Operativo en la establecimiento penitenciario de Lurigancho, en Lima. / Instituto Nacional Penitenciario De Perú (Efe)

Quito · Guayaquil/Ecuador no sale todavía de la conmoción causada por la jornada de terror y caos vivida el martes ante las acciones violentas perpetradas por bandas criminales, a las que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, les ha declarado "la guerra".

El asalto armado y transmitido al canal TC Televisión, el incendio de vehículos, el secuestro de policías y los motines con rehenes en diversas cárceles del país han llevado a Noboa a tomar una decisión polémica e inédita de considerar a los grupos del crimen organizado como actores beligerantes contra la estabilidad del Estado.

Y al decretar el "conflicto armado interno", las bandas criminales que operan en Ecuador pasaron a ser consideradas "terroristas" y objetivos militares a ser "neutralizados", por lo que el primer día bajo este escenario se saldó con "329 terroristas" detenidos y cinco abatidos, mientras que también se registrados dos policías fallecidos y uno herido.

En las calles la actividad ha sido muy reducida, con clases escolares suspendidas, mucha gente resguardada en sus casas, y mucha seguridad en torno al presidencial Palacio de Carondelet.

Mientras, un total de 139 funcionarios de prisiones entre guardias y personal administrativo siguen retenidos en al menos cinco cárceles donde los presos se han amotinado como medida de protesta contra la política de mano duras que Noboa quiere implantar en el sistema penitenciario de Ecuador.

Entre los retenidos hay 125 guardias carcelarios y 14 funcionarios administrativos en las cárceles de Cuenca, Azogues, Napo, Ambato y Latacunga.

En esta última, situada a 70 kilómetros al sur de Quito, los presos pululaban por los techos del recinto carcelario e incluso portaban pancartas en las que reclamaban "paz", al igual que sus familiares concentrados en el exterior, según pudo comprobar Efe.

Noboa, cerrado a negociar

De momento, Noboa se muestra intransigente a negociar la libertad del personal penitenciario. "Estamos haciendo lo posible y lo imposible para traerlos sanos y salvos, pero no podemos parar una guerra por eso, porque el Estado está en guerra", remarcó.

"Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas", señaló Noboa en su primera intervención pública desde el estallido de esta crisis, su primera como mandatario tras haber asumido el cargo en noviembre pasado.

Esta ola de violencia se da ante la aparentemente inminente intención del Gobierno de Noboa de aislar a los líderes de las bandas criminales antes de llevarlos a dos cárceles de máxima seguridad cuya construcción prevé presentar este jueves, con un diseño similar a las utilizadas en México y El Salvador.

Cárceles en el punto de mira

Las cárceles están en el punto de mira de Noboa después de que hayan sido asesinados en ellas más de 450 presos desde 2020 en una serie de masacres carcelarias por enfrentamientos entre bandas rivales, una violencia que se ha extendido a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países más violentos de la región.

Advertido de este plan se fugó el domingo de prisión José Adolfo Macías Fito, el capo de Los Choneros, la banda criminal más numerosa de Ecuador y una de las más violentas, para la que Ecuador ofrece una recompensa por su captura.

También fue incluido en el programa de recompensas Fabricio Colón Pico, un cabecilla de la banda criminal Los Lobos señalado de presuntamente planear un atentado contra la fiscal general, Diana Salazar, y fugado el lunes de la cárcel de Riobamba tras un motín donde se escaparon un total de 32 reos.

Al mismo tiempo, la Fiscalía procesó por terrorismo a los 13 detenidos por el asalto a las instalaciones del canal de televisión el martes en Guayaquil, entre los que hay un venezolano y dos menores.

A los 11 adultos, entre ellos el venezolano, se les ordenó el ingreso en prisión preventiva, mientras que los dos menores, de 15 y 17 años, pasarán a un centro de internamiento mientras prosiguen las investigaciones.

El miedo todavía permanece en el grupo en el momento de que estas personas irrumpieron encapuchadas y armadas en el estudio de televisión y encañonaron al personal que allí se encontraba, todo transmitido en vivo a nivel nacional.

"Tuvimos miedo de morir"

"Lo de ayer nunca pensé experimentarlo en la vida. Fue desastroso para todos los trabajadores del canal. Todos tuvimos miedo de morir o de que algún compañero resultara muerto o herido", dijo a Efe el productor creativo Carlos Vega.

A uno de los operarios de cámaras no se le quitará de la cabeza que "al compañero José Luis Calderón los delincuentes le pusieron un taco de dinamita en el pecho. Lo vimos todos en Ecuador".

El diálogo evitó que acabase en baño se sangre, declaró en entrevista con Efe el general Víctor Herrera Leiva, comandante de la Policía de Ecuador. Con el diálogo "se buscó que desistieran de la utilización de las armas, porque al interior del canal tenían dos armas largas, una subametralladora y tres artefactos explosivos", detalló.

stats