Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llamó ayer "victoria de mierda" la obtenida por la oposición con el rechazo en un referéndum a su propuesta de reformar la Constitución, e insistió en que "otra vez" será sometida a un veredicto electoral.
"Fue una victoria de mierda y la nuestra una derrota de coraje", declaró Chávez en una rueda de prensa del alto mando militar que había sido convocada por los jefes del Ejército, la Marina, la Aviación y la Guardia Nacional para rechazar que el gobernante fuera presionado para que admitiera la victoria del no.
Más bien algunos militares, reveló Chávez sin identificarlos, le recomendaron hacia la medianoche del domingo que esperara el recuento de todos los votos, al prever que el sí a la reforma podría remontar, aunque siempre muy estrechamente.
"Para mí fue la mejor derrota" porque la "victoria pírrica" de su propuesta "más bien hubiese sido catastrófica" y "a estas alturas este país estaría incendiado y nunca hubiera quedado claro quién ganó; las dudas hubieran apuntado con razón contra mí", sostuvo.
Repitió que la propuesta será sometida en fecha no precisada a un nuevo referéndum, teniendo como proponente al menos a un 15 por ciento de electores, uno de los caminos previstos en la Constitución para ello.
En la rueda de prensa, los militares, al grito de "patria, socialismo o muerte", negaron las versiones sobre sus presiones al gobernante para que no se atreviera a desconocer el revés electoral.
El ministro de Defensa, general Gustavo Rangel, subrayó que el reconocimiento de Chávez al triunfo del no a la reforma evidenció, "una vez más, la voluntad democrática de este hombre de excepción, a quien un rey mandó a callar y que ahora él ha callado al mundo".
Chávez dijo a una cadena televisiva: "El día que a mí me presione un general, por más amigo que sea o confianza que tengamos, de inmediato lo sustituyo".
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