Caracas afila los dientes contra el "enemigo" EEUU
Obama habla de "un nuevo capítulo en Venezuela" y proclama su "compromiso con la democracia".
Apenas 90 minutos después del anuncio oficial de la muerte de Hugo Chávez, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama envió su apoyo al "pueblo" venezolano en estos "momentos desafiantes" para reiterar después que la intención de su gobierno es "desarrollar una relación constructiva con el gobierno venezolano". "Mientras Venezuela abre un nuevo capítulo en su historia, Estados Unidos sigue comprometido con las políticas que promueven los principios democráticos, el imperio de la ley y el respeto por los derechos humanos".
El líder demócrata extiende la mano, pero la duda sobre si el gobierno de Caracas recogerá el guante está más que fundada. Las relaciones entre EEUU y Venezuela han estado llenas de desencuentros desde que Chávez llegó al poder en 1999, con duros enfrentamientos durante el mandato de George W. Bush y fracasos en los intentos de reconciliación bajo el mandato de Obama.
El desencuentro se ha escenificado hasta el mismo día. El vicepresidente Nicolás Maduro compareció después del mediodía para trasladarle al pueblo de Venezuela que el jefe de Gobierno ha sido atacado por "los enemigos históricos". Insinuaba así la posibilidad de un envenenamiento como, dijo, sufrió el líder palestino Yaser Arafat. "No tenemos ninguna duda de que llegará el momento indicado en que se pueda conformar una comisión científica de que el comandante Chávez fue atacado". Una acusación que la Casa Blanca tildó de "absurdas".
Las declaraciones del delfín del presidente no son sino un reflejo de lo que el propio Chávez se preguntó en diciembre de 2011, acerca de que el cáncer pudiera ser inducido. "Ha habido demasiados casos en la historia", opinó entonces. Ya el 11 de septiembre de 2008 mandó un recado a Washington: "Hago responsable de lo que pueda ocurrir al gobierno de EEUU, que está detrás de todas las conspiraciones contra nuestro pueblo; hago responsable al gobierno de Estados Unidos por el envío petrolero de Venezuela a aquel país. Si viniera alguna agresión contra Venezuela, pues no habrá petróleo ni para el pueblo ni para el gobierno de EEUU. Sépanlo yanquis de mierda".
Las relaciones entre ambos países, tradicionalmente estrechas, comenzaron a deteriorarse a raíz del golpe de Estado que derrocó brevemente a Chávez en abril de 2002. La tibia reacción de EEUU y su apoyo al efímero Gobierno surgido del golpe fue interpretada por Venezuela como una prueba de que la Administración de Bush estuvo detrás de la intentona, algo que Washington siempre negó.
Y, mientras, Chávez no cesó de denunciar la política "intervencionista" de EEUU en Latinoamérica. George W. Bush, que ocupó la presidencia de EEUU entre 2000 y 2008, fue el principal objetivo de sus críticas y lo tildó incluso en varias ocasiones de "genocida y loco". Con la llegada de Obama a la Casa Blanca en 2009, Chávez expresó su esperanza en un cambio en la política de estadounidense hacia su país y de una normalización de las relaciones bilaterales.
El presidente demócrata dijo en varias ocasiones que quería mejorar las relaciones con Venezuela y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llegó a reconocer que la política de Bush de aislar a ese país no funcionó. Sin embargo, bajo el mandato de Obama los informes sobre la situación de los derechos humanos y la lucha antiterrorista han seguido penalizando al Gobierno de Caracas, cuya cercanía al régimen iraní también preocupa mucho a Washington.
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