Bush asegura que la invasión de Iraq mereció la pena
En el quinto aniversario del inicio de la guerra, el presidente de EEUU insistió en que "derrocar a Sadam del poder fue la decisión correcta, y ésta es una guerra que Estados Unidos puede y debe ganar", pese al alto coste económico y humano
El presidente de EEUU, George W. Bush, ha hecho balance de la guerra que inició en Iraq hace cinco años y, si bien reconoció el alto coste económico y de vidas, afirmó que el derrocamiento del régimen de Sadam Hussein mereció la pena.
"Nadie puede discutir de que esta guerra ha tenido un alto coste en vidas y en dinero, pero esos costes eran necesarios cuando consideramos el coste que tendría la victoria de nuestros enemigos en Iraq", dijo Bush en un discurso pronunciado en el Pentágono.
Según insistió, "derrocar a Sadam Husein del poder fue la decisión correcta, y ésta es una guerra que Estados Unidos puede y debe ganar".
El discurso de Bush se ha producido en un momento en que la mayor parte de la población estadounidense se muestra contraria a la permanencia de las tropas en Iraq, y en la que los aspirantes demócratas a la Casa Blanca han anunciado una retirada si ganan las elecciones en noviembre.
En clara referencia a estas promesas, el gobernante insistió en que "no podemos rendirnos ante la cara del terror. Sabemos que, si no actuamos, la violencia que esta consumiendo Iraq empeorará, se extenderá y puede que llegue a niveles de genocidio".
Por ello, dijo, el Gobierno decidió en enero de 2007 acometer un fuerte incremento en las tropas desplegadas en Iraq, medida que permitió dar un giro a la situación en el país y "abrir la puerta a una victoria estratégica en la guerra contra el terror", indicó Bush.
Ahora, algo más de un año después de este aumento de las tropas, "el éxito que estamos viendo en Iraq es innegable, aunque algunos en Washington piden la retirada", aseguró. "Los críticos de la guerra ya no pueden argumentar que estamos perdiendo en Iraq, por lo que ahora argumentan que está costando mucho dinero", indicó el presidente.
Bush insistió en su intervención en que la retirada ahora es impensable, porque ello sería aprovechado por Al Qaeda para ocupar este vacío y convertir al país árabe en un santuario terrorista.
"Si permitimos que nuestros enemigos venzan en Iraq, el movimiento terrorista se verá envalentonado, con nuevos reclutamientos, con nuevos recursos, y con una renovada determinación de dominar la región y hacer daño a Estados Unidos", explicó.
Como alternativa, Bush defendió la estrategia actual de reducir la violencia en el país y ayudar al "pueblo iraquí a establecer su democracia en el corazón de Oriente Medio. Un Iraq libre permitirá luchar contra los terroristas en lugar de darles acogida".
"Y un Iraq libre será un ejemplo para otros de lo que supone el poder de la libertad para transformar las sociedades y reemplazar su desesperación por esperanza", añadió.
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