Biden y Xi rebajan las tensiones pero se mantienen firmes en sus líneas rojas

Los presidentes de EEUU y China mantienen su primer encuentro cara a cara como mandatarios en la víspera de la cumbre del G-20 en Bali

El presidente chino, Xi Jingping, saluda a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en Bali.
El presidente chino, Xi Jingping, saluda a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en Bali. / Li Xueren (Xinhua / Efe)
Beatriz Pascual Macías (Efe)

14 de noviembre 2022 - 19:23

Bali/Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, escenificaron este lunes un acercamiento destinado a evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán.

Biden y Xi se reunieron durante más de tres horas en un hotel de la isla indonesia de Bali, un día antes de que arranque la cumbre del G-20 y en lo que supuso el primer encuentro cara a cara de los dos líderes desde que el estadounidense llegara a la Casa Blanca en enero de 2021.

Los Gobiernos chino y estadounidense dieron detalles del encuentro en dos comunicados, que coinciden en muchos puntos pero difieren en otros, como la guerra en Ucrania.

Según el comunicado del Ministerio chino de Exteriores, Xi avisó a Biden de que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es "la primera línea roja que no se debe cruzar" y aseguró que espera que EEUU haga "honor a su promesa" de no apoyar una eventual independencia de la isla.

Por su parte, la Casa Blanca dijo que Biden comunicó a Xi que su política hacia Taiwán no ha variado y que sigue oponiéndose a cualquier "cambio unilateral" en el statu quo.

Biden reiteró su apoyo al principio de "una sola China" que significa que el único Gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Pekín, lo que le aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán.

A cambio de reconocer ese principio, sin embargo, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como "ambigüedad estratégica".

En línea con esa política, Biden trasladó al líder chino sus objeciones sobre las acciones "coercitivas y cada vez más agresivas" de Pekín hacia la isla, que ponen en peligro la "paz y estabilidad" en el estrecho de Taiwán y en toda la región, detalló la Casa Blanca en su comunicado.

Por otro lado, la versión estadounidense del encuentro asegura que Xi y Biden coincidieron en rechazar el uso de armas nucleares en la guerra en Ucrania, una afirmación que cobra importancia debido a las amenazas nucleares de Rusia.

El comunicado chino no hace mención a ese punto y se limita a decir que los dos líderes intercambiaron puntos de vista sobre la guerra en Ucrania, a la que se refiere como "crisis".

Al respecto, Xi reiteró que China está "muy preocupada" por la situación actual y está del lado de la "paz", por lo que reiteró su deseo de que vuelvan a establecerse negociaciones entre Ucrania y Rusia, además de "diálogos profundos" entre Rusia, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea.

China ha tenido que hacer contorsionismos con la guerra en Ucrania: ha evitado las críticas a Rusia, a la que considera su socio estratégico, pero ha evitado jugar un papel activo porque uno de sus grandes principios en política exterior es el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados.

Asimismo, el comunicado chino puso mayor énfasis en las relaciones comerciales que el estadounidense.

En concreto, según el comunicado chino, Xi avisó a Biden de que iniciar una guerra comercial, tecnológica, buscar el desacoplamiento económico o cercenar las cadenas de suministros "no sirven a los intereses de nadie".

La Casa Blanca sólo aludió a las "prácticas" de China que van contra la economía de mercado y no hizo mención a los aranceles que el ex presidente Donald Trump (2017-2021) impuso a las importaciones chinas y que Biden ha mantenido. Tampoco abordó las nuevas restricciones que EEUU ha puesto a la venta de microchips chinos.

Lo que sí incluyó la Casa Blanca en su comunicado fue una referencia a las conversaciones entre China y EEUU sobre cambio climático y otros temas de colaboración bilateral, que habían sido suspendidas tras la visita en agosto a Taiwán de la presidenta de la Cámara Baja estadounidense, Nancy Pelosi.

En concreto, la Casa Blanca anunció que Xi y Biden habían acordado reiniciar el diálogo sobre cambio climático, algo que no aparece explícitamente en el comunicado chino.

Con respecto a Corea del Norte, el mandatario estadounidense trasladó a Xi sus preocupaciones sobre el comportamiento del régimen de Kim Jong-un, que ha aumentando el lanzamiento de misiles y podría estar preparándose para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.

"Le dejé muy claro al presidente Xi que creo que tienen la obligación de dejarle claro a Corea del Norte que no deben realizar pruebas nucleares", desveló Biden en una rueda de prensa posterior al encuentro y en la que apuntó a la posibilidad de que Washington aumente su presencia militar en la región si eso se produce.

Más allá del contenido, la reunión estuvo llena de símbolos. El que ganó más atención fue el saludo con un apretón de manos que escenificaron Biden y Xi, sonrientes y posando ante las cámaras.

Preguntado por el tono del encuentro, Biden dijo que ambos fueron "muy francos" el uno con el otro.

Los dos líderes acordaron mejorar sus comunicaciones y establecieron que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará a China para continuar las conversaciones, aunque la Casa Blanca no especificó fecha.

Aunque Biden y Xi se conocen desde hace años por haber ejercido como vicepresidentes de sus países, este era su primer encuentro en persona como jefes de Estado.

La última vez que se vieron fue en enero de 2017 en el Foro de Davos.

Bali acoge una cumbre del G-20 marcada por la guerra en Ucrania

La mayoría de líderes de los países del G-20, el grupo de las 20 principales economías ricas y en desarrollo, llegaron a Bali este lunes para participar desde el martes en una cumbre que se espera esté condicionada por las diferencias entre los miembros con respecto a la invasión rusa de Ucrania.

La turística isla indonesia recibió este lunes entre fuertes medidas de seguridad y con ambiente festivo a los líderes del grupo, cuyos aviones fueron aterrizando desde el fin de semana en el aeropuerto internacional Ngurah Rai de Bali.

Uno de los primeros en aterrizar fue el presidente de EEUU, Joe Biden, quien llegó el domingo después de participar en Camboya en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) durante el fin de semana.

El presidente chino, Xi Jinping, llegó este lunes, al igual que otros dirigentes del grupo, formado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, el Reino Unido, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, con España como invitado permanente.

Macron ejerció este lunes de anfitrión de una cena junto a los representantes de Argentina, México, Suráfrica, Senegal y Ruanda, así como el primer ministro de Camboya, Hun Sen, según detalló el Elíseo.

Se espera que todos los líderes, salvo tres, los de Brasil, México y Rusia, participen desde este martes y hasta el miércoles en la cumbre. La ausencia más notable es la del ruso, Vladimir Putin, que envió en representación al canciller, Sergei Lavrov, ya en Bali, sobre quien se rumoreó que había tenido que ser atendido en un hospital de la isla, información desmentida por el Kremlin.

Se trata de la primera cumbre de líderes que celebra el G-20 tras la invasión de Ucrania, lo que marcará las conversaciones y la declaración final conjunta, si logran consensuarla, algo que no ha sucedido en las reuniones de menos nivel durante el año.

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