Arde El Cairo

Las manifestaciones contra Mubarak, que ha anunciado que reemplaza a su Gobierno, se han cobrado varias vidas y cientos de heridos. El Ejecutivo ha sacado al Ejército a las calles y ha decretado el toque de queda.

Mubarak destituye a su Gobierno y promete reformas tras la revuelta
Mubarak destituye a su Gobierno y promete reformas tras la revuelta
Aya Batrawy Y Ragah Kamel (Dpa) / Efe

28 de enero 2011 - 12:35

Los tanques han salido a la calle en El Cairo, donde impera el caos. Los manifestantes resisten a la intervención policial, que empleó gases lacrimógenos y porras contra ellos. Pero los egipcios no se dejan intimidar fácilmente.

Las calles de la capital del país fueron tomadas por el fuego y el humo. Tras el tradicional rezo del viernes, miles de opositores al régimen marcharon desde las mezquitas hacia la plaza de Tahrir, en el corazón de El Cairo. Las fuerzas de seguridad cercaron el área, pero desde un puente que conduce a la plaza los manifestantes repelían a la policía. El Gobierno ha sacado al Ejército en las calles y ha decretado el toque de queda.

Por el centro de la ciudad circulaban los tanques blindados de la policía, algunos a la caza de manifestantes, contaban testigos. La gente observaba las escenas desde sus ventanas y lanzaba botellas de agua, cebollas y pequeños recipientes con vinagre a los manifestantes, para ayudarlos a combatir los efectos de los gases lacrimógenos. Miles de personas acudieron desde tres direcciones distintas hacia la cercada plaza de Tahrir, el lugar de las primeras grandes batallas callejeras. La policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma, mientras funcionarios vestidos de civil, así como "atacantes contratados" arremetían contra los manifestantes con porras, según contaban algunos testigos.

Los manifestantes, con guantes protectores de color naranja, juntaban granadas lacrimógenas en las calles y las lanzaban al Nilo o contra los coches policiales. Varios activistas escalaban a un automóvil blindado y gritaban "Abajo con Mubarak" y "Dios es grande". En las manifestaciones participaron personas de todas las capas de la población: hombres y mujeres, jóvenes y mayores, ricos y pobres, cristianos y musulmanes.

En la ciudad portuaria de Suez, los opositores al gobierno incendiario la central del gobernante Partido Nacional Democrático (PND) del presidente Hosni Mubarak, informaron emisoras por satélite panárabes. Y en al ciudad de Damietta, manifestantes asaltaron un edificio del partido y lo ocuparon. Como informó la emisora Al Arabiya, el PND pidió a Mubarak que interviniera. El canal estatal Nile News mostró por primera vez imágenes de las continuas protestas.

Sin embargo, internet y los teléfonos móviles, medios por los que se comunican los opositores al gobierno, no funcionaron durante parte del día. La situación sigue siendo explosiva, pero la gente se ayuda mutuamente. "Si te ves en una situación peligrosa, ve a la casa más próxima. Ahí estarás seguro; así es como hacemos nosotros", recomendaba el vendedor de un kiosco.

Mubarak reemplaza al Gobierno

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, anunció que ha decidido reemplazar al Gobierno actual por otro que asuma nuevas funciones. Mubarak hizo el anuncio en un mensaje por televisión la medianoche del viernes en su primera intervención desde las protestas contra su régimen que estallaron el pasado martes y se intensificaron en las últimas horas.

"He ordenado que renuncie el Gobierno y que sea formado mañana otro, para que adopte nuevas funciones", afirmó Mubarak en su mensaje. En su discurso, el gobernante, de 82 años, dijo que era consciente de las demandas de reformas políticas, sociales y económicas que han llevado a los ciudadanos a salir a la calle, pero insistió en la necesidad de mantener la seguridad bajo control. "Hay una línea muy estrecha entre la libertad y el caos", afirmó el presidente egipcio.

A pesar de que las protestas se han centrado en las últimas horas en pedir la renuncia de Mubarak, en el poder desde 1981, el gobernante egipcio no expresó ninguna intención de renunciar al poder. "Soy consciente de las aspiraciones en favor de más democracia, el combate del desempleo, la lucha contra la pobreza y el combate de la corrupción", afirmó Mubarak. "Pero los objetivos que se buscan -añadió- no pueden ser logrados por la violencia, sino por el diálogo nacional y esfuerzos que unan a las partes". Hizo un llamamiento especial a los jóvenes "para trabajar por el interés de la gente". "Incendiando los bienes no se puede satisfacer las aspiraciones de la gente", añadió.

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