Al menos 67 personas han muerto en acciones de venganza en Siria desde la caída de Al Asad
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos sostiene que en su mayoría son ex miembros de los organismos de seguridad
El líder de los rebeldes asegura que los gobiernos extranjeros "no deben preocuparse" por Siria
Damasco/Al menos 67 personas, en su mayoría ex miembros de los organismos de seguridad del depuesto presidente sirio Bashar al Asad, han sido asesinadas en supuestas acciones de venganza desde la caída del régimen hace poco más de una semana, informó este martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En un comunicado, la ONG indicó que el último de esos asesinatos se registró el lunes en la ciudad de Homs (norte), cuando dos hermanos, ambos ex militares, fueron "secuestrados y tiroteados por desconocidos" mientras iban a uno de los "centros de reconciliación" abiertos por las nuevas autoridades del país árabe.
El observatorio, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno, detalló que a los dos hermanos, "uno ex oficial y el otro ex soldado, (...) un vehículo militar les hizo parar antes de legar al centro, y fueron secuestrados y asesinados, y sus cadáveres fueron tirados posteriormente en la zona Al Waar", en las afueras de Homs.
La ONG no dio a conocer más detalles sobre ese último asesinato, aunque afirmó que "en total ya son 67 las víctimas mortales de los crímenes (de venganza) desde la caída del régimen (el pasado día 8), entre ellas dos mujeres y dos niños".
No obstante, no descarta que "individuos desconocidos y células de los restos del antiguo régimen estén explotando el vacío de seguridad para cometer crímenes y actos de venganza, alimentar la violencia sectaria, crear caos y desestabilizar la paz civil".
Las nuevas autoridades sirias no han reaccionado hasta el momento ante esta información.
Los "centros de reconciliación" han sido abiertos en distintas provincias sirias por las nuevas autoridades del país para regularizar la situación de ex miembros de organismos de seguridad, del antiguo Ejército y de ex milicias armadas proiraníes que apoyaban al depuesto mandatario.
A aquellas personas no buscadas por su supuesta implicaciones en asesinatos o corrupción se les otorga una "tarjeta temporal" con la que pueden ejercer su vida normal y mover por todo el país sin temor a que sean perseguidos por haber servido en algunos de los múltiples organismos de seguridad de Al Asad.
Varios gobiernos y organizaciones internacionales manifestaron su deseo de ayudar a las nuevas autoridades sirias y exigieron que los responsables de los crímenes cometidos durante el Gobierno de Al Asad rindan cuentas, aunque advirtieron contra las posibles represalias y acciones de venganza.
Siria, que cuenta con varias comunidades étnicas y confesionales, vivió más de cinco décadas bajo la mano de hierro de la familia Al Asad.
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