Subaru Forester, un SUV híbrido con una sorprendente movilidad off-road como argumento
Primer contacto
Subaru ya ha puesto a la venta la sexta generación de uno de sus modelos más míticos, el Forester, un SUV que lleva en el mercado desde 1997 y, ahora, cambia su aspecto e introduce mejoras en eficiencia, tecnología y seguridad. Por el momento, sólo está disponible con el motor bóxer electrificado 2.0 de gasolina de 153 CV, pero en 2026 se estrenará un full hybrid con motor eléctrico más potente y una batería más capaz.
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La sexta generación del Forester, la que reemplaza a la lanzada en 2019, crece en aspectos como la rigidez de su chasis, incrementada en un 10 por ciento; seguridad, con la última versión del sistema EyeSight Driver Assist que engloba hasta quince funciones de ayudas a la conducción o calidad de rodadura, con un mejor aislamiento del exterior gracias, por ejemplo, al uso de cristales más gruesos o esa mayor rigidez; así como con nuevos asientos o, también, con un sistema de infoentretenimiento con pantalla de 11,6" que aporta soluciones más avanzadas en cuanto a conectividad.
Por supuesto, también recibe un nuevo tratamiento formal que atañe tanto a su aspecto exterior como interior. De este modo, por fuera se identifica a esta nueva generación por su parrilla más ancha y que se conecta con los faros más delgados de lo que lo eran en su antecesor, mientras que en la zona trasera los pilotos -asimismo, con todas las funciones con leds, como los grupos ópticos delanteros- lo están a través del portón, donde se sitúa el nombre del modelo. Igualmente, aparece una línea de protecciones de similar aspecto a los que se usan en los pasos de las ruedas en frontal, estribos laterales o trasera. En cuanto a la gama cromática, aparecen tres colores nuevos para la carrocería -uno de ellos inédito en Subaru-, entre los once posibles, así como llantas de 18 o 19" cuando antes sólo podía usar de 17”.
La carrocería de esta generación, también erigida sobre la plataforma Global de la marca, es un poco mayor que la anterior: crece 3 cm a lo largo, hasta los 4,67 m, y 1,5 a lo ancho, con 1,83, mientras que la altura conserva los 1,73 m de su predecesora. Es por tanto, un SUV enmarcado en el segmento C, aunque a las puertas del D.
Pero lo que más llama la atención de su carrocería es lo elevada que está respecto al suelo, a 22 cm. Esto, más allá de aventajar a sus rivales directos -y no, la sensación de altura que podría tener como consecuencia no existe porque el Forester utiliza un motor de tipo bóxer que, en parte, la mitiga-, le permite circular fuera del asfalto con más garantía de progresión evitando golpes en los bajos, como tuvimos la oportunidad de comprobar durante este primer contacto. A fin de cuentas, junto a la tracción total -de la que hablaremos más adelante y es otro de los aspectos diferenciales de este SUV-, esa altura le hace muy recomendable para quienes desarrollan actividades en la naturaleza o, directamente, viven en zonas rurales y no siempre encuentran carreteras o caminos en perfectas condiciones.
Ya al volante, destaca la buena visibilidad y la disposición de un asiento, ahora fijado directamente sobre la estructura -sin pletinas intermedias- que da pie a una postura de conducción algo erguida. Según Subaru, este reposicionamiento de los asientos elimina movimiento a la cabeza, reduce el dolor de espalda y cuello y minimiza la posibilidad de mareo. Durante nuestro contacto, simplemente, hemos podido comprobar que resultan cómodos y ofrecen ajustes suficientes mediante motores eléctricos y calefacción en el caso de la unidad proporcionada por Subaru, con el equipamiento más alto.
El diseño interior ha cambiado, incorporando entre los cambios una moldura de diseño 3D frente al acompañante, pero lo inevitable es fijarse en la pantalla central táctil orientada verticalmente. No queda tan elevada como en otros modelos, pero ofrece una visión clara y es de fácil navegación. Subaru ha incluido en ella algunos de los controles para la climatización, siempre visibles en la zona inferior -otros son botones físicos en el marco-, y si bien ofrece conectividad inalámbrica con teléfonos que usen protocolos Apple CarPlay y Android Auto, carece de navegador propio.
Llama la atención que para la instrumentación no se emplea, como hoy impera, una pantalla de gran tamaño, sino dos relojes analógicos y entre los que sí se sitúa el ordenador de viaje, con el botón de reset en el salpicadero, pero controlable desde los pulsadores del volante.
No faltan, eso sí, puntos de carga para casi cualquier tipo de dispositivo, ya sea mediante puertos USB de tipo C o A, como un enchufe de 12 voltios o una base de carga inalámbrica para el teléfono móvil.
Cuenta con un interior espacioso, a prueba de familias, con notable altura en cualquiera de las plazas aún cuando nuestra unidad contaba con un techo panorámico, o correcta anchura delante y magnífica detrás, donde repite una cota similar a su antecesor. Ocurre casi otro tanto con el espacio longitudinal y que, con 79 cm según nuestras mediciones, está entre los más amplios de su clase.
Este Subaru puede ser, por tanto, de los más generosos para cuando se citan cuatro personas altas sin que ninguna tenga que renunciar a ir cómoda. Una quinta, condicionará el confort, pero puestos a tener que transportarla, siempre irá mejor en este Forester que en otras opciones como un Toyota Rav4, Hyundai Tucson, Renault Rafale o Nissan Qasqhai, por ejemplo.
La tapicería es de tela en los niveles Active y Field, mientras que en el Touring es de cuero.
En cuanto al maletero, Subaru promete 525 litros basados, sobre todo, en una considerable profundidad del mismo. Nuestras mediciones han dado con unos 450. Según la marca, este espacio puede crecer, en el caso de que se abatan las dos partes asimétricas de los respaldos de las plazas traseras -también regulables en inclinación-y se sacrifiquen éstas, hasta los 1.720 litros y, en todo caso, dispone de ganchos o puntos de anclaje para la carga, así como un portón trasero motorizado y con función manos libres desde el segundo nivel de acabado, el Field.
Fiel al motor bóxer electrificado
El único motor del que dispone el Forester es un 2 litros. Como comentábamos anteriormente, su arquitectura es peculiar en tanto que se trata de un cuatro cilindros en el que éstos se sitúan en posición horizontal y opuestos dos a dos. Es atmosférico y ha recibido numerosas modificaciones -hasta el punto de que, si bien podría parecer que es el mismo que el que tenía su antecesor, se trata de un motor prácticamente nuevo.
Ofrece una potencia de 153 CV y un par máximo de 248 Nm y cuenta con una hibridación en la que interviene una batería de 118 voltios y 4,8 Ah, luego con una capacidad de casi 0,6 kWh. Está situada bajo el piso del maletero.
Alimenta a un motor eléctrico que está embutido dentro de la caja de cambios y que, por tanto, permite que se puedan realizar desplazamientos a baja velocidad, como los que pueden darse en las maniobras, con el motor térmico apagado y exclusivamente con su participación. También aporta su empuje al de gasolina en situaciones en las que se exige la mayor aceleración posible, aunque no evita que el consumo de combustible sea alto en uso real e incluso lo parezca el homologado. Este con 8,1 l/100 km, no sólo eleva el precio del kilómetro, sino que también hace que la autonomía en uso real -el depósito tiene 48 litros- pueda no ser muy alta.
En todo caso, aclaramemos que los modelos también hibridados y con, como este Forester, con etiqueta Eco, se mueven entre los 4,5 y 5,7 l/100 km. En ese margen están coches como el BMW X1 sDrive20i o las versiones Hybrid de Alfa Romeo Tonale, Citroën C5 Aircross, Peugeot 3008 u Opel Granland.
Al igual que el motor, el Forester sólo dispone de un tipo de caja de cambios. Esta es la Lineartronic, una de tipo CVT con siete marchas que, asimismo, cuenta con un buen número de modificaciones respecto a la anterior de este nombre.
Para conseguir la tracción total, con esta caja se emplea un diferencial autoblocante controlable electrónicamente que puede realizar una distribución variable del par según sea necesario. Para ello se basa en un embrague multidisco y puede llegar a repartir ese empuje de manera uniforme entre ambos ejes.
Esta configuración de motor-transmisión no hace al Forester un coche particularmente rápido para la potencia de que dispone, como lo demuestra una aceleración de 0 a 100 km/h declarada de 11,8 s. Sin embargo, sí destaca por su suavidad y silencio de funcionamiento, sin que se aprecie un resbalamiento del cambio, por ejemplo, cuando se acelera al máximo.
La dirección es también suave y exige poco esfuerzo para mover el volante, mientras que la carrocería balancea en los apoyos para el trazado de las curvas. Parece encontrarse más cómodo cuanto con más tranquilidad se le conduce, sin que la agilidad sea su fuerte.
Ahora bien, sí lo parece cuando sale del asfalto y más puede serlo si, en lugar de los neumáticos de serie propicios para este terreno -en dimensiones 225/55 R18 o 235/50 R19, según se trate de los niveles Active y Field o Touring-, recurre a unos específicos para salir de él. En todo caso, la altura libre más sus cuatro ruedas motrices y el control del deslizamiento que ofrece el sistema X-Mode definible desde la pantalla central resultan fundamentales para seguir avanzando, incluso en situaciones más duras que las que se encuentran al circular por un camino o pista forestal. Este X-Mode también puede funcionar para evitar pérdidas de tracción marcha atrás -no es algo frecuente- y con el Hill Descent Control.
La tecnología de asistencia al conductor EyeSight, que es de serie para todos los niveles, se ha mejorado con una nueva cámara gran angular y un nuevo radar frontal. Engloba un total de 15 funciones, de las que cinco son nuevas y siete están mejoradas; y entre las que están el sistema de parada de emergencia. También tiene un sistema de monitoreo del conductor, muy sensible a nuestro juicio, de cara a determinar si éste está o no cansado. Otras ADAS son el reconocimiento de señales de tráfico, el limitador de velocidad inteligente, el control de velocidad de crucero adaptativo, función de centrado en el carril, de avance del vehículo precedente, de precolisión, etc.
El precio del Forester con acabado Active es de 40.400 euros y supone disponer de serie de la pantalla central de 11,6”, un equipo de sonido con seis altavoces, volante multifunción, sistema de reconocimiento de voz, dos puertos USB, cargador inalámbrico, dos modos de conducción -Intelligent y Sport-, faros adaptativos al giro del coche, sensor de lluvia y luces, acceso sin llave o climatizador bizonal.
Por 2.500 euros más, el Field suma a lo anterior el asistente de luces de carretera, el espejo interior electrocrómico, las cámaras que ofrecen visión panorámica, los retrovisores calefactables y plegables eléctricamente, el portón trasero también motorizado, cristales tintados, volante calefactado, asientos delanteros regulables eléctricamente y, en el caso del conductor, con memoria.
44.900 euros -como los anteriores, es el precio con la campaña actual- supone elegir el Touring, ya con llantas ya de 19”, techo solar, rieles de techo, volante y palanca de cuero, como la tapicería; así como asientos laterales posteriores calefactados.
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