Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado las nuevas propuestas de política climática de la UE, entre las que figura la prohibición de vender vehículos que tengan emisiones contaminantes a partir de 2035. Esto, de facto, deja fuera del mercado a los coches con motores de gasolina y Diesel, además de híbridos, acelerando el cambio de paradigma hacia los eléctricos. Los vehículos con motores térmicos que ya estén en circulación podrán seguir en activo, aunque lo previsible sería en 2050 ya hubiesen desaparecido. Una de las medidas para su eliminación sería el incremento de la fiscalidad sobre los combustibles.
La Comisión ha decidido también reducir un 55 por ciento las emisiones para 2030, sustituyendo este objetivo por el anterior, que era de un 37,5 por ciento.
"Este es un punto de inflexión para la industria automotriz y una buena noticia para los conductores", dijo William Todts, director de Transport & Enviroments, quien también hizo hincapié en que estas medidas democratizarán a los automóviles eléctricos e impulsarán a la red de recarga.
El objetivo de esta reducción de emisiones es parte del paquete Fit for 55 de la Comisión con el que se intentan reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55 por ciento en 2030 respecto a las de 1990, llegando en 2050 a unas emisiones netas cero. Los automóviles suponen un 12 por ciento de las emisiones totales de CO2 en la UE, de ahí su importancia para alcanzar los objetivos.
A partir de ese momento, es necesario que los 27 estados miembros acuerden la aceptación de este objetivo y que el parlamento lo apruebe, un proceso que podría demorarse hasta 2023.
Los fabricantes de automóviles podrían ser favorables a estos objetivos, pero a cambio de que se efectúe una inversión pública en cargadores. De hecho, se espera que Bruselas proponga la instalación a distancias determinadas en todas las carreteras principales de la UE.
El presidente de la ACEA, la asociación que reúne a los fabricantes de automóviles europeos, Oliver Zippse mostró su preocupación en cuanto a que, según los cálculos de la Unión, se habla de la necesidad de 3,5 millones de puntos de carga en el continente, mientras que su asociación estima que harían falta casi el doble: 6 millones.
"Una fuerte coordinación política será esencial para lograr el objetivo final de abordar el cambio climático de la manera más eficiente, al tiempo que se mantiene la movilidad al alcance de todos los europeos y se preservan los puestos de trabajo", ha sentenciado el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema.
Francia y Alemania serían los dos países que podrían estar más claramente en contra de estos planes de prohibición de los vehículos con motores de combustión por su efecto en el empleo. España, por su parte, ya había fijado en 2040 esta prohibición en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada el pasado mes de mayo.
En términos de producción, tras Alemania, que es el principal productor de coches europeo -en 2020 fabricó 8 millones de unidades- se sitúa España con 2,2 millones, seguida de Francia, con 1,3 millones.
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