Nuevos colores en los surtidores de gasolineras: guía para no confundirse al repostar
La incorporación de nuevos combustibles renovables está obligando a las compañías petroleras a actualizar su código cromático para facilitar la identificación a los usuarios
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Los colores de los surtidores en las gasolineras españolas están experimentando una transformación significativa debido a la llegada de nuevos carburantes al mercado. Este cambio responde a la necesidad de las petroleras de adaptar su imagen corporativa ante la creciente diversificación de combustibles, tanto tradicionales como renovables, que conviven actualmente en las estaciones de servicio. La evolución busca principalmente evitar confusiones entre los usuarios a la hora de repostar, manteniendo cierta coherencia con el código cromático que ha funcionado durante décadas.
La rápida evolución del sector automovilístico, que en apenas cinco años ha incorporado alternativas eléctricas, híbridas y enchufables, ha impulsado también una transformación paralela en el mundo de los carburantes. Las compañías petroleras están actualizando su gama de productos con opciones menos contaminantes, llegando incluso a desarrollar combustibles considerados libres de las emisiones más perjudiciales para el medio ambiente. Este panorama ha generado la necesidad de hacer hueco en los surtidores a estos nuevos productos que, aunque compatibles con los motores tradicionales de diésel y gasolina, requieren una nueva denominación e imagen propia que los diferencie.
En este contexto de innovación destaca especialmente Repsol, que ha logrado desarrollar carburantes renovables producidos a partir de aceites usados y otras materias reciclables. Esta apuesta por la sostenibilidad podría permitir que los motores de combustión interna continúen circulando en el futuro, independientemente de las restricciones que pueda imponer Bruselas, ya que estos combustibles avanzan hacia la neutralidad en emisiones. La petrolera española ha tenido que replantearse su identidad visual en las estaciones de servicio para integrar estos nuevos productos de manera intuitiva para el consumidor.
El nuevo código de colores en las estaciones de servicio
Tradicionalmente, el sector ha mantenido un código cromático bastante estable: los gasóleos y derivados se identifican con el color negro, mientras que las gasolinas utilizan distintos tonos de verde (más claro u oscuro según sea 95 o 98 octanos). Según ha manifestado la propia Repsol, su objetivo principal es que "los colores nuevos sean lo menos nuevos posibles", buscando así minimizar la confusión entre los usuarios habituales de sus estaciones.
Siguiendo esta filosofía, la petrolera ha decidido mantener el verde para sus gasolinas 95 y 98, el negro para el diésel convencional y el naranja para el AutoGas. La novedad llega con los carburantes renovables de la gama Nexa, tanto para gasolina como para diésel, que adoptan tonalidades rosadas para diferenciarse. Por su parte, los gases como GNC (Gas Natural Comprimido) y GNL (Gas Natural Licuado) pasan a identificarse con el color azul.
Para reforzar la distinción visual de los nuevos combustibles renovables Nexa, la compañía ha incorporado un acabado metalizado en la pintura de sus identificadores, lo que les otorga un mayor protagonismo en los surtidores. Además, se ha añadido la palabra clave correspondiente (diésel, gasolina, GLP o Gas Natural) en la parte superior del vinilo de cada surtidor, facilitando así una identificación más inmediata por parte del usuario.
La importancia de una correcta identificación de los combustibles
La correcta identificación de los diferentes tipos de combustible no es una cuestión meramente estética, sino que resulta fundamental para prevenir errores al repostar que podrían ocasionar graves daños en los vehículos. Introducir gasolina en un motor diésel, o viceversa, puede provocar averías costosas que en algunos casos requieren la sustitución completa del motor.
Este nuevo sistema cromático pretende facilitar la transición hacia combustibles más sostenibles sin generar confusión entre los usuarios. A medida que el parque automovilístico español continúa diversificándose con diferentes tecnologías (eléctricos, híbridos, GLP, GNC, etc.), resulta esencial que la información en los puntos de repostaje sea clara e intuitiva.
Los expertos del sector recomiendan a los conductores prestar especial atención a estos cambios, especialmente durante el período de transición, y verificar siempre el tipo de combustible antes de repostar. El código cromático es una ayuda visual importante, pero la confirmación final debe hacerse siempre comprobando la denominación escrita en el propio surtidor.
El futuro de los combustibles renovables en España
La apuesta por los combustibles renovables como los desarrollados por Repsol representa un paso significativo hacia la descarbonización del transporte por carretera en España. Estos carburantes de nueva generación, elaborados a partir de residuos y materias primas sostenibles, prometen reducir significativamente la huella de carbono asociada a los vehículos con motor de combustión interna.
En un contexto donde las regulaciones europeas apuntan hacia la eliminación gradual de los vehículos con motor térmico, estos combustibles podrían ofrecer una alternativa viable para extender la vida útil del parque automovilístico existente. Según datos del sector, en España circulan actualmente más de 25 millones de vehículos con motores de combustión, cuya sustitución completa por alternativas eléctricas requeriría décadas.
Los combustibles renovables como los de la gama Nexa representan una solución intermedia que permitiría reducir emisiones sin necesidad de renovar completamente el parque móvil. Sin embargo, su implementación generalizada dependerá de factores como su disponibilidad, precio y el respaldo normativo que reciban por parte de las autoridades europeas y nacionales.
¿Qué son los combustibles renovables?
Los combustibles renovables, también conocidos como biocombustibles avanzados o combustibles sintéticos, son carburantes producidos a partir de materias primas sostenibles como aceites usados, residuos forestales, agrícolas o urbanos, algas o incluso CO₂ capturado de la atmósfera. A diferencia de los combustibles fósiles convencionales, que liberan carbono que ha permanecido almacenado durante millones de años, estos combustibles alternativos forman parte de un ciclo de carbono más corto y equilibrado.
El principal beneficio de estos carburantes es su capacidad para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero hasta en un 90% en comparación con sus equivalentes fósiles, según estudios del sector. Además, son totalmente compatibles con los motores actuales, lo que significa que no requieren modificaciones en los vehículos existentes ni infraestructuras especiales de distribución, más allá de la adaptación visual de los surtidores que ya está implementando Repsol.
La producción de estos combustibles renovables también contribuye a la economía circular, al aprovechar residuos que de otra manera requerirían tratamiento y generarían problemas ambientales. En España, varias plantas ya están operativas o en construcción para la producción de estos carburantes alternativos, posicionando al país como uno de los pioneros europeos en esta tecnología.
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