Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Emperatriz
NOVEDADES
Sevilla/Los dos modelos más grandes de la gama de Mini, el Clubman y el Countryman, ya tienen sus versiones más radicales disponibles de nuevo. Nos referimos a la variante John Cooper Works, que ahora cuenta con un motor de 306 CV, el propulsor más potente en un Mini de producción. El precio varía entre los 47.300 euros del Mini Clubman John Cooper Works y los 48.800 euros del Mini Countryman John Cooper Works, ambos están ya a la venta en España.
Estas variantes llegan para ampliar la gama de Mini, que este año tiene como objetivo alcanzar las 14.000 unidades vendidas en nuestro país. El cambio al protocolo WLTP ha afectado a la gama John Cooper Works, que ha ido modificando sus motorizaciones para adecuarse a la nueva normativa. Esto se ha traducido en una caída en las ventas, ya que en 2018 bajaron hasta las 357 unidades, estas dos nuevas incorporaciones llegan para ayudar en la remontada.
Ambos modelos cuentan con un equipamiento de serie bastante amplio que justifica la elevada factura final. Incorporan elementos como los faros LED, arranque y acceso sin llave, modos de conducción y pantalla táctil de 6,5 pulgadas, aunque opcionalmente podemos equipar una más generosa con 8,8 pulgadas.
En lo que a cambios exteriores se refiere, nos encontramos con paragolpes delanteros, traseros y faldones laterales exclusivos para estas variantes John Cooper Works. La toma de aire frontal también llama la atención, ya que además de contar con el logo de JCW, está dividida por una franja roja.
La versión John Cooper Works implica que tanto el Countryman como el Clubman cuentan con un motor de 306 CV de potencia, aunque este no es el único elemento que comparten, ya que en esencia nos encontramos ante el mismo esquema mecánico, pero con dos carrocerías diferentes.
El propulsor elegido es un dos litros gasolina de cuatro cilindros capaz de producir 306 CV y 450 Nm de par, nos encontramos así con un incremento del 32% para la potencia y del 28% para el torque respecto al motor anterior. Se trata del motor más potente jamás fabricado para un Mini de producción.
Nos llama la atención la sonoridad de este propulsor, que desde el principio deja claras sus intenciones. Si seleccionamos el modo de conducción ‘Sport’, la segunda salida de escape se abre mediante una electroválvula, lo que deja rienda suelta a la banda sonora del propulsor.
Con estas cifras nos encontramos tiempos de aceleración 0 a 100 km/h de 4,9 y 5,1 segundos para el Clubman y el Countryman respectivamente. Estos buenos registros se deben en parte a la función ‘launch control’ que ofrece el sistema de cambio.
Esta caja de cambios automática, denominada Steptronic, cuenta 8 velocidades y emplea un convertidor de par, con el que consigue unos cambios de relación rápidos y contundentes. Además contamos con un modo manual para poder elegir la marcha engranada a través de unas generosas levas ubicadas detrás del volante.
El sistema de tracción total All4 es el encargado de transferir la potencia al asfalto, además en el eje delantero se incorpora un diferencial autoblocante mecánico, que limita las pérdidas de tracción en la salida de curva.
Para mejorar el comportamiento dinámico, tanto las suspensiones como el sistema de frenado son específicos para estas versiones John Cooper Works. La configuración general del chasis es más dura para eliminar balanceos de la carrocería, mientras que las pinzas de freno delanteras cuentan con cuatro pistones para ganar potencia de frenado.
El resultado final es el deseado, el circuito de Monteblanco en Huelva ha sido el escenario perfecto para comprobar la buena motricidad de estos dos modelos. Nos encontramos ante coches confortables en el día a día, pero que a la vez son capaces de transformarse radicalmente, hasta el punto de no llegarse a sentir para nada incómodos en un circuito de competición.
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