En moto, cuanto más visibles, mucho mejor

En la moto es tan importante ver como ser visto. Que otros vehículos adviertan de la presencia de la moto -vehículos relativamente pequeños en relación a otros que intervienen en el tráfico- puede evitar algunos accidentes.

Mapfre da algunos consejos en este sentido, uno de ellos, es la situación adecuada de la moto en el tráfico, dejando espacio alrededor a otros vehículos para que tener tiempo de reacción ante sus movimientos. Especialmente en ciudad y en los carriles bus. Además, el ángulo ciego de los retrovisores de los coches es un espacio muy peligroso para una moto, así que mejor salir de él lo antes posible: un truco para conocer si estamos en él es mirar al retrovisor y si no estamos viendo la cara del conductor, entonces es que nos encontramos en un lugar en el que no puede vernos.

Siempre que se pueda, evitar el color negro en la ropa o el casco, optando mejor por colores llamativos que sean más fáciles de ver o, al menos, claros. Por supuesto, si incorporan reflectantes o usamos chalecos, mejor.

Estos reflectantes también pueden situarse en la moto, particularmente en las maletas, y tanto de día como de noche permiten que la moto sea vista; aunque en este sentido el elemento definitivo es la luz: siempre encendida la de cruce nos permitirá ser más visibles. Cierto que en muchas motos ya no es necesario activarla -se hace automáticamente al arrancar-, pero en las más veteranas no es así. Usar las largas puede ayudar a hacer notar que la moto está allí, lo mismo que el claxon: siempre sin abusar y cuando sea imprescindible.

Además de las luces de cruce, las de carretera, intermitentes, frenado, luz de placa de matrícula y de posición son obligatorias. También un catadióptrico trasero. Las antinieblas o el warning, sin embargo, son opcionales.