El final del verano para los coches supone el inicio del periodo en el que esta avería es más frecuente
El calor del verano afecta a las personas, pero también a los vehículos a los que hace más propensos a sufrir determinadas averías
Una silla de hierro para el copiloto, un pedal de embrague de madera... así intentan algunos vehículos pasar la ITV
Se acaba el verano y es el momento de volver a la rutina. Sin embargo, aquellas personas que usan coche pueden notar que el fin del periodo estival es también sinónimo de averías derivadas de las altas temperaturas de los meses de verano. Una de las más habituales afecta a la batería del vehículo, que puede terminar descargándose (o dejar de funcionar) con mayor rapidez que en otras épocas del año.
El calor y la batería del coche, una mala combinación
Las altas temperaturas que se han vivido durante el verano provoca que algunas piezas de los vehículos sufran especial estrés y se desgasten más, especialmente si el coche ha pasado largas horas al sol durante las horas más calurosas del día, algo que en muchas ocasiones no se puede evitar a no ser que se tengan cocheras con sombra o acceso a un aparcamiento subterráneo. Y la batería es una de las partes del coche que puede verse afectada.
El envejecimiento de la batería de un vehículo se ve acelerado cuando la temperatura ambiental supera los 25 ºC, por lo que el verano en muchas zonas de Andalucía y tantas otras de España no juega a favor para que se conserven en buen estado y lleguen a superar su vida útil esperada, que ronda los cuatro años.
Con el calor la batería se descarga más rápido, algo a lo que se suma el uso extraordinario de funciones como el aire acondicionado y otros que forman parte de los sistemas eléctricos del coche, para escapar también de las altas temperaturas. Esto último no colabora en la misión de conseguir que la batería dure, sino que se convierte en otro motivo de desgaste y descarga.
Las altas temperaturas también hacen que el ácido del interior de la batería se seque, lo que afecta al funcionamiento de esta parte tan importante del coche que puede sufrir problemas a la hora de conducir la electricidad. Esto hace que el motor tarde algo más de tiempo en ponerse en marcha, aunque en ocasiones no resulte fácil de notar. Por ello es importante revisar que los niveles del ácido son adecuados, ya sea de forma autónoma (si el modelo de la batería lo permite) o en un taller.
¿Cómo se puede cuidar la batería para que dure?
Además del calor, la batería del vehículo también se resiente por el frío, por lo que desde RACE recomiendan no dejar estacionado el coche en exteriores durante mucho tiempo en caso de que la temperatura no supere los 5 ºC o que se encuentre por encima de los 30 ºC, aunque desgraciadamente muchas veces esto es imposible de lograr.
Por otra parte, recomiendan también evitar los trayectos muy cortos, ya que el mayor esfuerzo que realiza la batería se produce cuando esta se enciende. Hacer trayectos más largos permite que la batería disfrute del tiempo de rodaje que necesita para “regenerar esa carga y que no sufra desgaste”.
Otra recomendación para proteger la salud de la batería es no conectar instalaciones eléctricas (como la radio o las luces) cuando el motor no está en marcha, ya que hará que la batería se descargue a mayor velocidad.
También hay que cuidar de la propia batería, desde RACE recomiendan limpiar los bornes de la misma cada cierto tiempo, ya que terminan cubiertos de una “corteza blanca” y retirarla ayuda a cuidar de la batería y alargar su vida. Además, asegurarse de que todo el sistema eléctrico, y en general el resto del vehículo, funciona correctamente puede ayudar a que no haya o se subsanen otros problemas que afectan al rendimiento de la batería.
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