El crossover Subaru Outback, a la venta en su nueva generación
Primer contacto
Subaru estrena la sexta generación de uno de sus modelos más grandes, el Outback, un coche apto para circular holgadamente fuera del asfalto incluso con más soltura que muchos SUV y vinculado a los Legacy con carrocería familiar inicialmente, aunque ya con personalidad propia.
Llega a mercado la sexta generación del Outback, un crossover de Subaru ya construido sobre su plataforma global estrenada en 2016 y que le correspondió recibir por primera vez al Impreza. La SGP ya se emplea así en casi todos los modelos de la marca japonesa, excluyendo a los modelos fabricados conjuntamente con Toyota como el BRZ.
Esta plataforma utiliza adhesivos estructurales en el piso y largueros, así como acero laminado en caliente en estos últimos elementos, umbrales y pilares, reforzados con acero de alta resistencia. Aporta, además de mayor estabilidad, más control del ruido y vibraciones por el aumento de la rigidez estructural y, sobre el papel, menor balanceo de la carrocería, con un centro de gravedad más bajo. También mejora la absorción de energía en caso de impacto.
Esta SGP del Outback está diseñada para admitir motores de combustión interna, híbridos y eléctricos, aunque lamentablemente en el crossover sólo se recurre a la primera opción: un motor atmosférico de inyección directa de gasolina de 2,5 litros, de tipo bóxer, con sus cilindros opuestos horizontalmente dos a dos, y una potencia de 169 CV. Este motor, que según Subaru prácticamente ha sido rediseñado desde cero, está exclusivamente ligado a una nueva caja de cambios automática de variador continuo, la Lineartronic, con emulación de 8 velocidades -la última marcha con un desarrollo de ¡más de 70 km/h cada 1.000 rpm!-; y, como todos los Subaru, exceptuando al BRZ, a un sistema de tracción total, el Symmetrical 4WD. En el Outback aporta un reparto original del par del 80 por ciento en el eje delantero y 20 para el trasero, aunque puede llegar a repartir el 50 por ciento a cada uno.
Gracias al SI-Drive, el conductor tiene en su mano elegir la adaptación de algunos elementos como la respuesta del acelerador eligiendo entre distintos modos. Asimismo, el Outback cuenta con un modo que deja al conductor elegir entre diferentes tipos de actuación de la tracción según el terreno: son el Snow Dirt (nieve, tierra, grava…) y Deep Snow Mud (nieve y barro profundos), cuya elección en la pantalla central siempre supone la activación del control del descenso.
Ayudas a la conducción.. para todo
La nueva SGP permite la integración de un mayor número de ayudas a la conducción, las incorporadas en el EyeSight 4.0. Son hasta once funciones diferentes entre las que se encuentran un control de velocidad de crucero adaptativo combinado con la función de centrado en el carril, el asistente de mantenimiento de carril de emergencia, reconocimiento de señales de tráfico con limitador de velocidad o el frenado automático en caso de riesgo de colisión, ampliado para actuar en las intersecciones. De este hemos de decir que durante nuestra prueba se activó antes de entrar en una curva, al reconocer a un vehículo situado fuera de la carrera.
También cuenta con el sistema de prevención de fatiga que vigila la cara del conductor para reconocer la falta de alerta mientras conduce o el frenado automático cuando se está realizando una maniobra de marcha atrás y hay riesgo de impacto con otro vehículo que se aproxima transversalmente. Otros equipamientos de seguridad incluidos en esta generación del Outback son sus cámaras perimetrales, la trasera con un sistema que la mantiene limpia, o recordatorio de ocupantes en el asiento trasero.
La cámara dirigida hacia la cara del conductor y que vigila la fatiga también se utiliza para reconocer al usuario y adaptar, automáticamente, la regulación de asientos, retrovisores o funcionamiento de la climatización.
Amplitud asegurada
Sin datos de referencia de la anterior generación no podemos asegurar que el mayor volumen de la carrocería del nuevo Outback -su longitud crece 5,5 cm de largo, hasta lo 4,87 m, mientras que lo hace 3,5 en anchura y hasta 6,5 en altura- suponga disponer de mayor espacio habitable, aunque así lo afirma la marca, si bien con poca ventaja para la nueva generación. En todo caso, atrás se disfruta de un considerable espacio a lo largo o lo alto.
Otro tanto ocurre con el maletero, que pasa a contar con 522 litros, 10 más que antes, con mucha profundidad. Una ventaja de este Outback es que el portón trasero está motorizado y puede activarse con un movimiento cerca del sensor de apertura que está en el logotipo trasero.
También para facilitar el manejo de cargas, los rieles del techo tienen barras transversales integradas en unas versiones -pivotan sobre su anclaje en las longitudinales- y con argollas que facilitan amarrar los objetos. Las primeras están en los niveles Trek y Field, la segunda en los Touring y esta última soporta en estático el triple de carga que las otras: 300 kg.
En el habitáculo, una pantalla táctil de 11,6” conquista el centro del salpicadero. Es el corazón del sistema de infoentretenimiento que actúa con protocolos Android Auto y Apple CarPlay, siempre con cable.
Así se conduce
Dinámicamente, el Outback muestra que es un coche grande, aparatoso y hasta pesado -realmente no lo es mucho, con 1.641 kg- si las carreteras no son amplias, pero muy confortable. Su motor no apabulla con su empuje y, más aún, cuando se le pide aceleración inmediata porque, en ese momento, hay que lidiar con el resbalamiento de la caja de cambios. Según nos cuenta Subaru, la caja ahora ha reducido un 22 por ciento la pérdida de potencia en esas situaciones.
Esto y los desarrollos han contribuido a que el consumo baje proporcionalmente: el combinado homologado del Outback es de 8,6 l/100 km. En todo caso, en nuestro recorrido fue de 10,6 l/100 km.
Hemos podido conducir el Outback fuera del asfalto, tanto circulando por pista o un circuito en campo, como afrontando zanjas, cruces de puentes, etc. y las sensaciones no pueden ser más sorprendentes en tanto que parece afrontar esas situaciones con mucha más solvencia que la inmensa mayoría de SUV del mercado. Y es que una de las cualidades de este Subaru es su amplia altura respecto al suelo, de 21 cm.
Para el mercado español este buque insignia de la marca japonesa se venderá con acabados Trek (llantas de 18”, portón motorizado, asientos delanteros eléctricos, traseros calefactados, tapicería en tela negra…) y Field (protecciones en negro, tapicería de cuero o pedales de aluminio) por el mismo precio, 42.500 euros a los que se les puede restar los 3.000 que Subaru ofrece como promoción; y el Touring, de aspecto algo más refinado y más equipado (cuero nappa, techo solar, Multi View Monitor System o asiento para el conductor con memoria), que cuesta 46.900 euros, si bien tiene el mismo descuento que los anteriores.
Subaru proporciona a quienes lo deseen la adaptación del Outback al uso de GLP por 2.000 euros de cualquiera de estas versiones, una alternativa de éxito en nuestro país porque representa el 75 por ciento de los coches que se venden en él.
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