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Volkswagen estrena su primer SUV coupé de formato pequeño con el Taigo

Primer contacto

El Taigo se incorpora a la gama Volkswagen que, con él, suma su tercer SUV urbano. Su principal elemento diferenciador es su silueta de coupé. Sale al mercado con un precio, con ofertas, desde 22.600 euros y potencias entre los 95 y 150 CV. Te contamos como va este coche fabricado en Landaben (Navarra).

Volkswagen estrena su primer SUV coupé de formato pequeño con el Taigo

07 de febrero 2022 - 00:00

Con el recién puesto a la venta Taigo, Volkswagen ya cuenta con tres SUV de tamaño pequeño y orientación urbana: sus dimensiones están entre los 4,11 y 4,26 m de largo, siendo el recién llegado el más largo. Los otros dos modelos con los que Volkswagen realiza este bombardeo por saturación del mercado son el T-Cross y el T-Roc.

El primero de ellos, el más pequeño, comparte con el nuevo Taigo la plataforma -la misma A0 a la que recurren los Seat Arona y Skoda Kamiq, por ejemplo- y motores, así como el centro de fabricación que no es otro que el de Landaben (Navarra), de donde también sale el Polo.

La carrocería tiene una altura de 1,52 cm, algo menor que la de los otros dos SUV urbanos de Volkswagen; mientras que la distancia entre ejes es de 2,55 m, como la del T-Cross.

El T-Roc, por su parte, tiene la misma base que el Golf: la plataforma MQB y, si bien alguno de los motores como el 1.0 TSI de 110 CV también se utiliza en este SUV de 4,23 m de largo, por lo general emplea de mayor potencia: hasta 300 CV e, incluso, con un par de Diesel entre la oferta.

¿Qué viene a aportar el Taigo? Pues una silueta que se está haciendo muy frecuente entre los SUV, también los de menor tamaño: la de un coupé en la que, a partir del pilar central, se inicia un suave descenso del techo que acaba con un portón del maletero que le da continuidad. Es la fórmula de, por ejemplo, el Toyota CH-R, el modelo más vendido en el arranque de 2022, pero también de otros SUV como recién llegado Honda HR-V. Estos dos modelos de marcas japonesas tienen en común que sólo se venden con un sistema de propulsión híbrido.

Aunque el frontal tiene elementos característicos como la tira de led que une los dos faros y que se replica entre los pilotos posteriores, la silueta de la zona posterior es el elemento más distintivo del Taigo, que incorpora una tercera ventanilla lateral.

En la motorización del Taigo Volkswagen ha apostado por motores mucho más convencionales que los de éste, hasta el punto de que ni siquiera se trata de microhíbridos. Y es que los tres de gasolina elegidos no cuentan con la participación de ningún tipo de electrificación, un hándicap de cara a futuro y que les priva de etiquetas como la Eco tan convenientes en un coche urbano. La gama la conforman dos tres cilindros de 1,0 litros con 95 y 110 CV con, respectivamente, 175 o 200 Nm; o el 1.5, también TSI -por tanto, de inyección directa y sobrealimentado con turbo- de 150 CV y 250 Nm.

El primero de ellos, el de 95 CV, sólo está disponible con cambio manual de cinco marchas, el de 110 CV se puede elegir con una de seis, también manual, o una caja automática de siete de doble embrague -la diferencia de precio entre ambas es de 1.300 euros-; y el tercero, el más potente, exclusivamente con esta última, una DSG7. Volkswagen espera que los Taigo que la mitad de las unidades vendidas en España sean de cambio automático.

En el acabo R-Line los faros delanteros son de tipo LED y matriciales, una dotación aún poco habitual en el segmento del Taigo.

Que no cuenten con electrificación no significa que no dispongan de recursos modernos para reducir su consumo y, así, cuando estos motores cuentan con la caja automática disponen de desplazamiento inercial, es decir, cuando no se está acelerando motor y cambio se desacoplan, de modo que el primero gira al ralentí. Sin embargo, Volkswagen no ha considerado incorporar en el 1.5 TSI, que es el motor de cuatro cilindros, la desactivación de dos de ellos cuando se acelera poco y el régimen de giro es relativamente bajo, de manera que esto lleva el consumo prácticamente a la mitad durante el tiempo en el que las válvulas de admisión y escape de los cilindros centrales permanecen cerradas y la inyección recibe la orden de no facilitarles gasolina. Este recurso sí está presente, por ejemplo, en el Seat Arona con el mismo motor y configuración de cambio.

2.000 euros por 40 CV más: de 110 a 150 CV

La diferencia de prestación entre las versiones de 110 y 150 CV, que son las que hemos conducido, es clara. No obstante, dada la distancia de precio de 2.020 euros que hay entre uno y otro motor entendemos que con frecuencia será más fácil poner los ojos en el de motor de potencia intermedia, por mucho que la reacción al acelerador no sea tan poderosa y ágil como en el de 150 CV, y aún cuando el consumo homologado sea prácticamente el mismo en ambos: en torno a 6 l/100 km.

Aunque la disposición de elementos es similar a la de, por ejemplo, el T-Cross o Polo, la forma del salpicadero es distinta, aquí más rectilinea.

En cuanto al comportamiento dinámico, no hay diferencias apreciables -el 110 CV recurre a llantas de 17” y el 150 de 18” al llevar el acabado R-Line- y el Taigo, sea cual sea su motor, parece un coche estable, de reacciones fáciles y con una carrocería que se mueve poco cuando el ritmo y los apoyos son exigentes. Tiene un buen eje delantero, muy predominante. Detectamos cierta capacidad para trasegar con irregularidades con más calidad que en otros SUV con la misma plataforma. Lo que no cambia es la presencia de ruido aerodinámico en cuanto que se superan los 90-100 km/h por hora y que deja la impresión, irreal por otro lado, de que alguna puerta no cierra adecuadamente.

Las llantas de 18" distinguen a los R-Line con el motor más potente de los de 110 CV, aunque pueden incorporarse opcionalmente en éstos. Las protecciones en los pasos de rueda recalcan su condición de SUV.

Por carreteras de montaña, como las que hemos utilizado para la toma de contacto con estos Taigo, el bloqueo de diferencial aportaba un evidente trabajo securizante en algunas de las curvas con menos agarre evitando que ese eje delantero tuviera deslizamientos indeseables.

Espacio a lo alto con truco

Aunque con una carrocería algo más baja que el T-Cross del que deriva, el Taigo mantiene un buen espacio vertical tanto en las plazas delanteras como traseras. Para conseguirlo aquí emplea un truco: la zona posterior de las banquetas, tanto delanteras como traseras, está notablemente más baja que su borde, de modo que con esta inclinación se ganan centímetros. Así se consigue que la cota de altura en estas plazas sea de 95 cm, aunque a costa de que las rodillas queden elevadas respecto al trasero. La anchura es como la de cualquier otro SUV con esta plataforma o de este segmento, adecuada para cuatro ocupantes, insuficiente para cinco; y el espacio longitudinal un bien a repartir con atención entre los pasajeros de las plazas delanteras y traseras.

La inclinación de la banqueta permite ganar unos valiosos centímetros de altura en las plazas traseras, aunque sea a costa de que parte de la pierna no descanse sobre ella.

En este caso, y a diferencia del T-Cross en el que se mueve a lo largo de 14 cm, el Taigo no cuenta con una banqueta trasera desplazable.

El maletero es el beneficiado del incremento de longitud respecto al T-Cross, pues los 15 cm adicionales del Taigo van a parar al voladizo trasero -también quizá para estilizar su silueta-. Hemos medido en él un volumen de 400 litros -un 10 por ciento menos de la medición oficial- con el suelo móvil en su posición más baja, en la que no enrasa con los respaldos traseros abatidos; mientras que con éste en la superior, 9 cm más arriba, serían 333 litros. Son volúmenes considerables para el segmento de SUV en el que milita.

El maletero es considerablemente capaz, aunque no está muy dotado de elementos funcionales. El más sobresaliente es el suelo móvil que permite, bien ampliar al máximo la capacidad hasta los 400 litros; bien enrasar a un mismo nivel con los respaldos traseros abatidos. El borde de carga, alto.

Life, para los 95 y 110 CV; o R-Line, para los 110 y 150 CV

El Taigo está la venta con dos niveles de equipamiento. El básico es el Life, el único disponible para el motor menos potente; mientras que el más alto es el R-Line, en este caso el único con el que se combina el que lo es más. Sólo el de 110 CV cuenta, independientemente de la caja de cambios que use, ambos. Pasar de uno a otro supone 3.020 euros, si bien Volkswagen aclara que sopesando el equipamiento adicional uno por uno el valor sería de 6.000 euros.

En los Life la dotación de serie ya incluye los siete airbags, incluyendo entre ellos el central de las plazas delanteras; así como hasta diez sistemas de ayuda a la conducción, entre los que está Travel Assist que combina el control de velocidad de crucero y el asistente de guía lateral, disponiendo del volante capacitivo. También los faros led, las llantas de 16” o la instrumentación digital con pantalla de 8”. La central para el sistema de infoentretenimiento es de 8 o 9,2”.

Los asientos de los R-Line tienen un diseño diferenciador. Son confortables y aportan suficientes regulaciones, incluyendo la de inclinación del respaldo de ruleta, siempre más precisa.

En el R-Line se amplía con un paquete de ese nombre exterior e interior que le da un aspecto diferente, incluyendo asientos distintos, además de acceso y arranque sin llave, faros LED Matrix, iluminación ambiental que incluye una tira en el salpicadero, la instrumentación con pantalla de 10,25”, el bloqueo de diferencial XDS, la cámara de marcha atrás o las llantas de 17 y 18”, según el motor elegido.

En ambos casos, el climatizador tiene mandos sensibles al tacto, a diferencia de lo que ocurre con el T-Cross o, en el frontal, se incorpora una tira de led semejante a la estrenada en los Volkswagen ID o en el Golf.

El climatizador tiene mandos digitales, en lugar de pulsadores, como en los últimos modelos del grupo. Es posible seleccionar entre tres modos de conducción, así como determinar la respuesta del motor, control de velocidad, etc. en uno personalizable.

En opción, existirá un techo panorámico, la posibilidad de que la carrocería tenga un techo en un color distinto que el resto de piezas o, entre otras alternativas, un paquete denominado Black Style que incorpore elementos en negro como las carcasas de los retrovisores, llantas, etc.

Los precios con campañas arrancan de los 22.600 euros, que es lo que cuesta el Life 1.0 TSI 95 CV que, sin ellos, supone 24.690 euros. Con la misma configuración de equipamiento y cambio manual, pero ya de seis marchas y el motor de 110 CV, el Taigo costaría -sin esas ofertas- 25.450 euros, es decir, 760 euros más; mientras que de incorporar la caja automática habrían de sumarse 1.340 euros. En el caso de optar por la versión más potente, la de 150 CV, el precio sería de 31.830 euros.

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