El VW ID.3 incorpora cambios para refrescar su imagen y mejorar calidades

Lanzado comercialmente en 2020, Volkswagen incorpora ahora numerosas modificaciones en su ID.3, su modelo compacto eléctrico.

En relación a su aspecto, crece el número de elementos pintados en el mismo color que la carrocería en frontal -por ejemplo, el capó es nuevo y no dispone ya de una pieza de plástico en su zona más próxima al cristal-, a la vez que se incorporan a ambos lados de la entrada inferior de aire aberturas para dirigirlo en torno a las ruedas. Estas cortinas de aire del nuevo parachoques deben mejorar la aerodinámica. También, en la parte trasera se redistribuyen las funciones en los pilotos.

En el interior desaparecen algunos plásticos rígidos, que son reemplazados por otros mullidos en el salpicadero, cómo también ocurre en los paneles de las puertas. Se emplean costuras en contraste y una microfibra, Artvelours Eco, para parte de esas puertas y asientos, que está fabricado con un 71 por ciento de material reciclado. El forro del volante es nuevo, aunque éste se mantiene tal como era conocido.

El Volkswagen ID.3 facilitará las cargas a sus usuarios en tanto que ahora tiene como equipamiento estándar el Plug & Charge que permite que, al conectar a un punto de carga, arranque instantáneamente el proceso. Además, el planificador de rutas calcula las paradas para llegar a un destino lo más rápidamente posible, para lo que emplea datos del tráfico y de la batería. Así, por ejemplo, puede sugerir dos paradas de corta duración usando altas potencias en lugar de una única con menos potencia. Además, el sistema distingue entre las que están ocupadas por otros usuarios o no y las discrimina para no ofrecerlas como primera alternativa.

En cuanto al software, el ID.3 utiliza una nueva generación que mejora el rendimiento y permite, también, recibir actualizaciones inalámbricamente. Las pantallas son de 5,3” para la instrumentación y de 12” -antes era de 10”- para la que se sitúa en la zona central del salpicadero. Esta permite controlar navegación, teléfono, conectores, sistemas de asistencia o configuración del coche. Se ha reestructurado el menú, con un diseño más claro y el menú de carga está en el primer nivel de la pantalla. La información de éstas se completa, como ya ocurría antes, con un Head-up Display con realidad aumentada, que es opcional.

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También lo es el Travel Assist, un sistema que recoge datos emitidos por otros coches, para lo que es necesaria una licencia We Connect activa. En combinación con el control de velocidad adaptativo (ACC) y el Lane Assist, de modo que el primero ofrece control longitudinal desde 0 km/h a la velocidad máxima y el segundo para el guiado lateral, el ID.3 sólo necesita una marca en el carril para ofrecer una conducción semiautónoma, incluso en carreteras secundarias.

Sin cambios en la estructura de la gama

La oferta de motores y baterías no varía. Los acabados Entry, Business y Style disponen de 58 kWh, con autonomías entre los 418 y 426 km, mientras que el Tour tiene la de 77 kWh y alcanza con una carga los 545 km. El consumo WLTP y la autonomía difieren hasta un 2 por ciento respecto a datos anteriores.

El motor, en todos los casos situado en el eje trasero, tiene una potencia de 204 CV (150 kW). En cuanto a los precios son, respectivamente, de 45.010, 47.020 y 50.975 euros para las versiones con la batería de 55 kWh; y 56.130 euros para la única, la Tour, que usa la de 77 kWh. Más adelante, cuando se produzca una normalización del suministro de electrónica, es posible que la gama reciba, de nuevo, una de 45 kWh que estaba prevista inicialmente en el momento de lanzamiento de este coche y se vendió durante pocos meses por poco más de 30.000 euros con el motor de 150 CV (110 kW).