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Subaru Impreza ecoHybrid: así va un compacto técnicamente único

Primer contacto

Subaru ha puesto a la venta el Impreza ecoHybrid, un compacto con etiqueta Eco que hemos tenido oportunidad de conducir coincidiendo con ese lanzamiento. Un motor de gasolina bóxer de 150 CV asociado con uno eléctrico a través del cambio CVT y la tracción total Symmetrical AWD son algunas de las aportaciones de este particular compacto.

Subaru Impreza ecoHybrid: así va un compacto técnicamente único

12 de marzo 2021 - 00:00

La quinta generación del Impreza -4,47 m de largo- estrena un ligero restyling, formalmente ligado a las modificaciones en faros o en la zona baja del frontal, y simultáneamente, reconduce su oferta. Lo hace prescindiendo del único motor del que disponía, el 1.6 de 114 CV -bóxer, por supuesto, con cuatro cilindros opuestos dos a dos-, si bien estaba a la venta tanto listo para el uso de gasolina como en versión adaptada para utilizar GLP. A partir de ahora, el Impreza vuelve a contar con un único sistema de propulsión: el e-Boxer, bien conocido en tanto que es el mismo que el que ya vienen utilizando desde hace unos meses tanto el XV como el Forester.

Los tres modelos comparten, por otro lado, también la misma base, la Subaru Global Platform (SGP), que además de apta para motores de gasolina o híbridos como éste que estrena el Impreza ahora, también podría utilizarse con un eléctrico.

Ayuda extra por la vía eléctrica

El motor de gasolina es un 2 litros, como siempre en Subaru, de arquitectura bóxer, que aporta 150 CV. Su empuje se lleva hasta las ruedas a través de un cambio automático de tipo CVT, el Lineartronic con siete relaciones simuladas, y en cuyo otro extremo se sitúa un pequeño motor eléctrico capaz de entregar 17 CV. Este motor está alimentado por una batería de iones de litio de 0,56 kWh de capacidad y 118 voltios situada bajo el piso del maletero y que, en lugar de los 380 litros originales del Impreza, tiene 340: estos son los mismos que la también extinta versión GLP.

El Impreza es uno de los compactos más largos del mercado. También uno de los técnicamente más distintos que se pueden comprar.

Con una batería de tan baja capacidad -se recarga cuando no se acelera e, incluso, cuando apenas se está acelerando, como queda reflejado en una de las ocho funciones de la pantalla superior del salpicadero-, no cabe esperar que el Impreza ecoHybrid aporte muchos kilómetros exclusivamente eléctricos. Subaru nos dice que puede llegar a, aproximadamente, recorrer un kilómetro con esa energía.

En nuestra toma de contacto quizá no hayamos llegado a tanto, pero sí que hemos podido comprobar que, con la batería bien nutrida, circulando a baja velocidad -por debajo de 30 km/h- y acelerando muy poco -no hay tecla de modo EV, su elección es algo que elige una centralita- es posible que el Impreza se desplace con electricidad en ciudad unos centenares de metros y, por tanto, con cero emisiones.

El trabajo fundamental del motor eléctrico es sumar su empuje cuando la aceleración lo exige.

Sin embargo, parece que la labor primordial del motor eléctrico antes que esa es apoyar al motor térmico cuando se está acelerando: lo hace tanto en las arrancadas como cuando el régimen de giro es más alto y la solicitación de potencia, por tanto, mayor.

También, como ocurre en las distintas familias de híbridos, disfrutar de la ventaja en términos de consumo que supone apagar el motor de gasolina con frecuencia, incluso más prematuramente cuando nos estamos acercando a un stop, semáforo o ceda el paso; y, simultáneamente, poder disponer del funcionamiento inalterado de los distintos sistemas del coche -dirección, freno, etc-.

Consumo condicionado

El sistema eléctrico del Impreza, así mismo, permite desplazamientos “a vela” cuando el terreno es favorable y a cambio de que también se acelere poco, de modo que el motor térmico quede apagado y el consumo de gasolina sea nulo. Sin embargo, hemos podido comprobar que esta navegación sin consumo no se produce con la frecuencia esperable, ni siquiera cuando la batería al completo de energía. Así, es bastante habitual encontrarnos con que, incluso en el descenso de un largo puerto, el motor de gasolina sólo se apaga por muy poco tiempo.

Tanto la carga como la descarga de la batería son procesos que se suceden muy rápidamente.

Así, el consumo medio en nuestro recorrido fue de 7,9 l/100 km, algo elevado y que se puede justificar también porque, al margen de cómo funciona este sistema e-Boxer, en el Impreza la tracción total funciona permanentemente y este Subaru no es un peso ligero: por un lado, es uno de los pocos compactos con este recurso técnico, por lo común asociado a coches mucho más potentes; por otro, su masa es de 1.590 kilos.

Con un ritmo de conducción parecido, un compacto de tracción delantera, hasta 350 kilos más ligero y con la misma potencia -150 CV- como el Seat León eTSI, pero con un sistema mild-híbrid de 48 voltios, necesita en el mismo trayecto 6,2 l/100 km.

La sensación que predomina en el interior de este Subaru, como en el resto, es de solidez.

En esa conducción, dinámica -usando mayoritariamente el modo Sport, seleccionable como el Intelligent desde el volante y que hace la respuesta del motor al acelerador más rápida- y por carretera de montaña, pero también con trayecto por autopista, el Impreza se revela como un coche muy suave. Lo es en tanto que así es el funcionamiento de su sistema de propulsión, incluido el cambio; y también lo son los ajustes de dirección y suspensión.

Agradable y fácil de conducir

Esa suavidad tiene sus contrapartidas en tanto que el CVT no siempre parece trabajar como esperaríamos que lo hiciese cualquier otro cambio automático e, incluso, tiende a estirar mucho el motor cuando bien podría recurrir a una marcha más corta -siempre queda remediarlo tomando el control con el modo M-.

El cambio puede usarse automáticamente o, pasando al pasillo lateral, en modo manual. Las levas también ayudan a mantener el control de este CVT.

Por otro lado, la dirección no aporta mucha sensación de precisión con tanta asistencia y el ajuste de la suspensión no evita que la carrocería balancee o cabecee en conducción rápida, si hay curvas de por medio. Con todo, este Subaru tiene reacciones de enorme nobleza y muy progresivas, lo que se traduce en dos superlativas cualidades: tanto la del agrado como la de la facilidad de conducción en la que también puede tener que ver el equilibrado reparto de peso entre los dos ejes o tecnologías como el ATV, capaz de aplicar el par selectivamente a cada rueda cuando se traza una curva.

La situación de la batería resta unos litros de capacidad bajo el suelo del maletero.

El Impreza ecoHybrid cuenta de serie con la tecnología EyeSight, que incluye siete funciones: de frenada pre-colisión, de asistencia a la frenada pre-colisión, control de crucero adaptativo, de aviso de salida del carril, de permanencia en el carril, de control del acelerador y de aviso de avance del coche situado delante. En nuestro contacto apreciamos un buen funcionamiento de los que determinan y ajustan la salida del carril y un efecto sobre los frenos quizá algo prematuro del que previene de las colisiones frontales.

Adicionalmente, este compacto de Subaru está sólo disponible con un nivel de acabado, el Urban -situado por su dotación a mitad de camino entre los anteriores Sport Plus y Executive Plus- cuenta por 31.250 euros con siete airbags, asistente de luces, cámara de visión trasera, llantas de aleación de 17”, faros LED, retrovisores plegables, cristales traseros tintados, sensor de lluvia, asientos delanteros calefactables, respaldos traseros reclinables 60/40, climatizador bizonal, sistema de infoentretenimiento compatible con Apple CarPlay y Android Auto con pantalla de 8” o acceso y arranque sin llave, entre otros elementos. La gama de colores de la carrocería está compuesta por siete opciones.

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