Sólo apto para nostálgicos: la vuelta a la vida del icónico R4
Servicio
Damd no sólo transforma Suzuki Jimny en mini Land Rover Defender, Mercedes Clase G o Ford Bronco, también tiene en su catálogo piezas para, por ejemplo, asemejar kei-car japoneses a uno de los modelos más míticos de Renault: el R4.
La receta no puede ser más simple, por mucho que parta de una complicación que no es menor: encontrar un Suzuki Lapin, un kei-car que sólo se vende en Japón, que es el ingrediente básico.
La buena noticia es que, para lo mismo, te valdría su clon de Mazda, el Spiano, si bien la dificultad es la misma: únicamente lo encontrarías en Japón.
Así se recrea el Renault 4
Ahora bien, salvado este asunto -hay que se optimistas- sólo queda recurrir al especialista en transformaciones estéticas Damd y solicitarle el envío del kit de conversión que permite el reemplazo de la parrilla delantera con los faros incluidos, parachoques y capó, pilotos traseros y las molduras para la zona inferior de las puertas.
Por un coste de unos 3.000 euros, a los que habría que sumar impuestos, y una vez instalado -cinta de doble cara, tornillos, tijeras, destornillador, llave inglesa y taladro- lo que tendríamos es un coche semejante a un Renault 4, quizá uno de los más icónicos modelos de la marca francesa.
Eso sí, mucho más al día técnicamente de lo que lo estaba cuando dejó de fabricarse, allá por 1993 en su versión R4 L, pues el Suzuki Lapin de tercera generación está a la venta desde 2015 y dispone de un motor de 657 cm3 con 60 CV: el R4L GTL, con el que desapareció este modelo, disponía de un 1,1 litros de 34 CV; si bien a lo largo de su larga vida había dispuesto de motores desde 603 cm y apenas 23 CV -con el que se lanzó en 1961- y más comúnmente con los de 747 y 845 cm3 de entre 24 y 34 CV; hasta 1977 sólo con cambios manuales de tres marchas, después de cuatro velocidades con su característica palanca en el salpicadero.
Hoy aún es posible encontrar alguno de estos icónicos y duros Renault 4, pero la alternativa que ofrece Damd elimina problemas de vejez y, por mucho que un sucedáneo no deje de ser otra cosa que eso, también es atractiva por curiosa
Además, la recreación de R4 contaría con un tamaño realmente parecido: los dos kei-car que sirven como punto de partida miden 3,40 m de largo, apenas 26 cm menos que el Renault al que se asemejaría con esta transformación.
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