La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El pase robado con la 'mafia' del taxi de Sevilla
Diseño
En 1972 el Renault 5 salía al mercado, 49 años después el flamante CEO de Renault, Luca de Meo, los mostraba en la presentación de los nuevos planes de futuro de la compañía. Este R5 Prototype que acompañaba al directivo italiano el día 14 del pasado mes era producto de la mirada de Nicolas Jardin quien, sin caer en la repetición de sus líneas, era capaz de aportar en el concept-car los rasgos reconocibles de su antepasado.
Nacido en el Tecnocentro de Guyancourt, el corazón del I+D de Renault, el R5, dice Jardin “no era un tema libre. Se trataba de un trabajo de interpretación”. También de su proyección hacia el futuro para convertirlo en un coche moderno”.
“Todo partió de las líneas, de los ángulos y de los radios de los elementos del frontal del R5 original. Después, a medida que se iban desarrollando bocetos, los faros resultaron totalmente diferentes, tanto en sus proporciones como en su diseño”, dice el padre del renacido R5 y quien ya estuvo también detrás de las formas del Clio.
Así, con las luces diurnas se pretende evocar los faros antinieblas del original aunque, eso sí, con un toque vanguardista con “su tratamiento cristal y tridimensional”.
Pero sí hay algo característico de aquel R5 en el Prototype es la “mirada”. Y en ella la tecnología LED es fundamental porque permite utilizar animaciones que dan vida a los faros. Según Jardin, “gracias a la tecnología matricial ya las animaciones de la secuencia de bienvenida, hemos podido recrear la expresividad y la picardía de la mirada del coche original”.
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