Nissan Qashqai, con el refinamiento como marcada obsesión
Primer contacto
El Nissan Qashqai se rearma para la segunda etapa de la comercialización de esta generación. Lo hace con un importante cambio de aspecto en relación a su antecesor. Va acompañado de modificaciones en algunos de los materiales del habitáculo o un nuevo sistema operativo para su sistema de infoentretenimiento. El precio arranca en 31.200 euros, con un efecto que estos tiempos supone una novedad: baja respecto a su predecesor.
El Nissan Qashqai modifica sustancialmente su aspecto y mejora su equipamiento
La actualización que ha llevado a cabo Nissan en su tercera generación del Qashqai permite no sólo ver o tocar la intención de poner en el mercado un SUV aún más refinado de lo que era, sino que también, a través de otros sentidos se percibe ese esfuerzo realizado por la marca. Cierto que no cambian aspectos esenciales como la habitabilidad o el comportamiento dinámico, éste definido por chasis o motores, pero sí se siente a este pionero del segmento como mucho más redondo y, por qué no decirlo, incluso con aspiraciones de premium si nos atenemos a algunos de los materiales empleados, por ejemplo, en su habitáculo o sus posibilidades de conectividad, tan ponderadas hoy por algunos compradores.
El Qashqai, con diferencia el modelo más vendido de la gama Nissan hasta el punto de alcanzar las casi 9.000 unidades en el cómputo de enero a mayo de este año y casi duplicando las del Juke en ese mismo periodo, se refuerza en su esta segunda etapa de comercialización, asimismo, potenciando las ayudas a la conducción mediante el uso de nuevas cámaras perimetrales.
Un cambio de aspecto radical
Yendo al detalle, la percepción de novedad en el Qashqai salta a la vista con un frontal absolutamente distinto al conocido.
Nissan ha realizado mucho más que lo que podría denominarse un lavado de cara a esta zona de su SUV y lo ha llevado a cabo sin, según nos cuentan, haber reemplazado piezas de chapa por otras nuevas.
El protagonismo de las modificaciones recae sobre la parrilla. Este elemento cuenta con docenas de elementos tridimensionales pintados en negro brillo, además de extenderse hacia los lados. Por otro lado, los faros principales -con las funciones de iluminación de corto y largo alcance o intermitentes secuenciales- se afinan aún más, dejando la firma lumínica encomendada a cinco leds en otra óptica independiente situada justo debajo.
Esta actuación sobre el frontal, como los nuevos diseños de las llantas, tienen un efecto directo sobre la aerodinámica, de modo que se liman unas décimas en el Cx, sin que en Nissan precisen el dato. No obstante, sí hay un afinamiento de una décima en el consumo de las versiones a las que la marca presta informativamente mayor atención, las que tienen el sistema e-Power. Así, el gasto homologado conforme a la norma WLTP pasa de los anteriores 5,2 a los actuales 5,1 l/100 km con este sistema de propulsión electrohíbrido y la emisión de CO2 se reduce de 117 a 116 g/km.
Esas llantas son, según los niveles de acabado, de 18, 19 y 20” y, como ya ocurría en esta tercera generación del Qashqai, según el diámetro de ésta y el tipo de tracción, varía la arquitectura de la suspensión trasera. De esta manera, en las variantes con las dos llantas más pequeñas y si la tracción es delantera, se emplea en este eje posterior un esquema de ruedas tiradas con eje torsional; mientras que si la versión elegida tiene las de 20” -Tekna Premium y N-Design- o tracción total, hasta ambos elementos, se echa mano de una suspensión de tipo multibrazo.
En cuanto a la zona posterior, como ocurre delante, el parachoques es nuevo y los pilotos replican la firma lumínica con, también cinco leds, tecnología de iluminación que se emplea para todas las funciones. Estos pilotos tienen ahora una tulipa transparente que abunda en ofrecer una mejor visión de las luces.
En la oferta de colores para la carrocería aparecen tres nuevos, entre los cuales el más llamativo es el Deep Ocean, con una difícil definición de cuál es el más preponderante, el azul o el verde.
Estreno del nivel N-Design para el Qashqai
Adicionalmente a los cuatro niveles de equipamiento hasta ahora conocidos -Acenta, N-Connecta, Tekna y Tekna Premium-, se suma uno más, el N-Design. Queda disponible para los e-Power y los motores DIG-T 1.3 microhibridados de 140 y 158 CV. Se caracteriza por la utilización en los elementos inferiores de la carrocería del mismo tono que el resto de ella. Tiene de serie las llantas de mayor diámetro nuevas, todo lo que contribuye a hacerlo parecer con mayor refinamiento.
Una unidad con este nivel y el sistema de propulsión electrohíbrido e-Power es la que hemos podido conducir durante la toma de contacto realizada por la zona interior del Algarve portugués durante casi tres horas, de forma que también hemos podido apreciar los nuevos materiales utilizados para el recubrimiento de su habitáculo.
Entre ellos, resalta el Alcantara que se emplea tanto en paneles de puertas -zona superior y reposabrazos-, como en el salpicadero, si bien se extiende su uso a otros elementos como el apoyacodos central o incluso llega a los asientos, con un grabado específico con el logotipo de Qashqai justo debajo del reposacabezas.
Como alternativa a estos guarnecidos que se emplean en los niveles más altos, hay nuevos paneles estampados para consola central, salpicadero o guantera, así como tapicerías de nuevo diseño. Son de tejido textil en el Acenta, mientras que en el D-Connecta se emplea una combinación de ese material y cuero sintético; y éste último es el único que se emplea en los Tekna. En los Tekna Premium, de nuevo se combina, en este caso con Alcantara.
Otra novedad en el Nissan Qashqai es la incorporación de la iluminación ambiental en todos los niveles con la excepción del Acenta, un acabado orientado para flotas y utilizado como recurso de fidelización para clientes, de una iluminación ambiental que permite definir un color entre 64 posibles desde la pantalla central. Su situación abarca la zona superior como la inferior del salpicadero, paneles de puertas o consola central, siempre en la zona delantera.
Nissan reinventa su sistema de infoentretenimiento
Esa misma pantalla central, siempre de 12,3”, esconde una pequeña revolución en sí misma. Esto es así porque, por ejemplo, se incorpora ahora un sistema operativo basado en Android Auto que permite disponer de funciones básicas de Google. Google Maps puede ser la base del navegador, contando así con información sobre tráfico o tiempo en la ruta, variaciones de trayectos, etc. Igualmente, de disponer de una cuenta personal de Google, cada conductor podrá acceder a sus ubicaciones más frecuentes y puntos de interés favoritos.
Como en todo sistema operativo de nuevo cuño que se precie, en éste de los nuevos Nissan Qashqai la actualización es por vía inalámbrica y de modo automático, lo que permite contar en todo momento con los últimos mapas editados.
Asimismo, puede optarse por otras aplicaciones alternativas como Waze o Sygic; como ocurre con los diferentes asistentes de voz. Indistintamente pueden emplearse Amazon, Google Assistant o, si se conecta a un teléfono con protocolo Apple CarPlay -lógicamente, también es posible hacerlo a uno con Android Auto-, Siri; o más de terceros como Spotify o Youtube a través de Google Play. Esta también permite la descarga de podcast, audiolibros, etc.
En cuanto al control por voz ayuda a controlar funciones de navegación, información, audio, teléfono o climatización, con reconocimiento de órdenes en lenguaje natural. Desde el coche se podrá, si se dispone de un sistema de hogar inteligente Alexa de Amazon, solicitar el control de dispositivos domésticos inteligentes o realizar consultas sobre meteorología, noticias, etc.
Otras funcionalidades de este sistema operativo pasan por poder lcontar con un modo de visión por satélite para los recorridos o de un modo nocturno que atenúa con una gama de colores distinta a la de día las posibles molestias de la iluminación de la pantalla. Cabe señalar, por otro lado, en los tres niveles superiores esa instrumentación se complementa con un head-up display de 10,8” proyectado sobre el parabrisas.
De cara a facilitar las maniobras, esta pantalla central también recoge las imágenes proporcionadas por el nuevo conjunto de cámaras periféricas. Proporcionan éstas varias alternativas. Es el caso de una visión cenital del coche, al margen de las habituales delantera, trasera, laterales o de esquina, o la llamativa, por infrecuente, de capó invisible que permite ver lo que hay junto a las ruedas delanteras y, de este modo, maniobrar sin golpear bordillos, por ejemplo.
Ya en carretera, valoramos la cámara frontal angular que nos permite, por ejemplo, salir de stops con mala visibilidad.
El comportamiento del Qashqai, puro equilibrio
Dinámicamente, la puesta a punto del Qashqai es encomiable. Tiene un equilibrio preciosista en el ajuste de su suspensión -no parece ni dura ni blanda y sosteniendo la carrocería en los giros se percibe suficientemente cómoda incluso en firmes infames-, mientras que la dirección es precisa, de modo que incluso en carreteras cuajadas de curvas como las que recorrimos durante nuestro contacto, se muestra como un fiel aliado para disfrutar de la conducción. No cabe identificarlo como deportivo, porque desde luego no lo es por agilidad, pero su comportamiento es muy adecuado para una inmensa mayoría de conductores y situaciones.
Nuestra unidad disponía del sistema e-Power. Con 190 CV (140 kW) aportados por su motor eléctrico, la respuesta al acelerador es satisfactoria en un SUV que se mueve en torno a los 1.700 kilos. Nissan pone en valor este sistema -cuentan con él uno de cada tres Qashqai vendidos desde su lanzamiento- como un paso previo a la introducción de la electrificación total con baterías en sus coches.
Su funcionamiento se basa en un motor eléctrico, el único conectado directamente a las ruedas mediante un mecanismo de reducción, que las mueve empleando la energía de una batería de 1,8 kWh que se envía a través del inversor. Este convierte la corriente continua de la batería en la alterna que necesita el motor. Este modo exclusivamente eléctrico se activa automáticamente a baja velocidad, como puede ocurrir al arrancar; con poca aceleración o si se opta por él con el selector de la consola central.
Cuando la batería pierde energía, el motor de gasolina de 1,5 litros, sobrealimentado por un turbo y con compresión variable, entra en acción. Desligado de la cadena de tracción, mueve un segundo motor eléctrico que actúa como generador de electricidad. Esta energía, en parte, va hacia el motor eléctrico de tracción y en parte se usa para recargar la batería, que también pude recargarse cuando se deja de acelerar: entonces es el motor conectado a las ruedas el que se transforma en generador.
A disposición del conductor está la posibilidad de elegir con el selector del cambio el nivel de retención quiere que realice ese motor entonces, de modo que será menor en D o mayor en B, con la posibilidad de seleccionar un modo e-Pedal, aún más alto y, por tanto, con una regeneración más rápida de la batería. No evita, con frecuencia, tener que pisar el freno de vez en cuando, pero sí a menudo si se conduce con suficiente anticipación.
El único inconveniente del sistema e-Power radica en lo evidente, por su sonoridad, que resulta la entrada en funcionamiento del cuatro cilindros -su actuación está definida para proporcionar electricidad en relación a la velocidad de este SUV, no como si se tratase de un motor estacionario a régimen constante-, aspecto éste que no ha quedado atajado en el Nissan Qashqai, por mucho que para algunos conductores pueda no resultar un inconveniente. Su consumo durante nuestra toma de contacto fue de 6,8 l/100 km.
La marca japonesa ya está trabajando, según nos contaron responsables de la misma, en un sistema que ofrecerá un 20 por ciento más de potencia, será un 10 por ciento más eficiente y que, cuando llegue en 2026, le permitirá a la marca reducir un 20 por ciento sus costes actuales de producción.
Nissan pone los precios a la baja
Los precios para España del Qasqhai arrancan en los 31.200 euros –es 1.500 euros más asequible que su antecesor- que cuesta la versión MHEV menos potente, la de 140 CV, de las dos disponibles con el acabado Acenta. El salto, siempre con ese mismo motor, al nivel N-Connecta supone 34.850 euros; y los Tekna o N-Design 38.200, por los 42.850 euros del Tekna Premium, siempre con ventaja para los clientes en cuanto a descenso de precios.
El salto hasta el motor de siguiente potencia, el de 158 CV, supone 3.100 euros incluyendo en esta cantidad la caja automática y con los mismos niveles de equipamiento; en tanto que con el e-Power arranca en 36.700 euros.
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