Mercedes GLA, un SUV que crece en amplitud, seguridad y eficiencia
Primer contacto
Practicidad, eficiencia y seguridad son, a decir de Mercedes, los tres argumentos en los que se sustenta el lanzamiento de la nueva generación del GLA, con un precio base de 40.800 euros. Te contamos todo sobre la gama y cómo va la versión AMG más potente.
La segunda generación del GLA -la primera, de 2014- llega al mercado con la intención de seguir consiguiendo clientes de conquista, de los que nunca tuvieron un Mercedes.
Su nuevo aspecto, con hombros más marcados y, en definitiva, más musculoso, junto a su clara mayor altura de carrocería, 11 cm más, lo hacen parecer más poderoso que su antecesor, más evidentemente SUV. Se consigue así distanciar más aún al GLA del Clase A con el que, entre otros más como los CLA o Clase B, comparte la misma plataforma.
Esto implica disponer también de no pocos recursos semejantes. Es el caso de la disposición de pantallas en el salpicadero, donde se concatenan la dedicada a la instrumentación con la central, volcada hacia el infotainment. Pueden ofrecer tres “tallas” distintas: una con dos pantallas de 7”; otra con una, la situada tras el volante, de 7” y otra de 10,25” y, por último, la que Mercedes denomina widescreen y que cuenta con dos de 10,25”. La dotación de serie incluye el MBUX, un equipo que no sólo puede configurarse con un mando fónico, sino que puede contar con un sistema head-up display o realidad aumentada para el navegador.
Disponer de esas pantallas permite, en el caso de la instrumentación, ofrecer distintas presentaciones de la información, con hasta cuatro estilos. Otro componente característico de los modelos con los que arranca la gama Mercedes, como es el caso del GLA, son los cinco difusores redondos, con diseño de tipo turbina, que distribuyen en aire de la climatización.
Mayor espacio y siempre práctico
Con una carrocería que es, sobre todo más alta, el GLA tiene asientos situados más elevados que antes y, también, que los Clase A y B: 14 y 5 cm respectivamente. Esto acentúa su carácter de SUV, ofreciendo una mejor visibilidad en tanto que los pilares también ocupan menos ahora.
Aunque se pierde 1,4 cm de longitud en la carrocería, que ahora es de 4,41 m, Mercedes afirma que el habitáculo es más espacioso -probablemente, porque la distancia entre ejes es 3 cm mayor ahora- y que esto se percibe particularmente en las plazas traseras. También en el maletero: con 435 litros, es 14 más capaz ahora.
Según nuestras primeras mediciones, el nuevo GLA es más ancho que su antecesor, sobre todo atrás, con 5 cm más, aporta mucha más altura, hasta 7 cm más -la unidad medida no tenía techo solar-; y consigue 4 cm más de espacio longitudinal. En cuanto al maletero, frente a los 340 litros medidos a la primera generación, ahora encontramos 310 litros de situar el suelo del maletero en la posición en la que enrasa con los respaldos traseros y 370 de ponerlo en la zona más baja posible.
Se mantienen inalterados aspectos prácticos como el respaldo trasero dividido abatible en tres partes. También se pueden situar en nueve distintos ángulos, partiendo de casi 90º. O podría moverse la banqueta trasera en dos partes, con un desplazamiento de 14 cm. Esta opción es interesante porque permite repartir el espacio entre ocupantes y carga de manera muy precisa a cada necesidad.
Lo necesario y algo extra
Otra línea argumental del GLA está ligada a los sistemas de ayuda a la conducción que le permiten, por ejemplo, reaccionar si el conductor no lo hace. Es el caso del detector activo de cambio de carril o el asistente de frenado que puede decidir intervenir para evitar una colisión o reducir su gravedad.
Para ello recurre a cámaras y radares, pero también a los datos de los mapas de carreteras y navegación, de modo que al acercarse a curvas, cruces o rotondas, puede adaptar el trabajo de asistente activo de distancia -frena ante coches detenidos, reanuda la marcha en retenciones o activa el modo de planeo si está activado el modo de conducción Eco- para hacerlo más suave.
Otras ayudas son el asistente activo de dirección, con funciones de parada de emergencia como desbloqueo de las puertas y llamada de emergencia; el asistente activo de velocidad, que puede adaptarla incluso a los limites de velocidad o a la posibilidad de encontrarnos una retención; el de maniobra evasiva, el control activo de ángulo muerto que también avisa de la aparición de vehículos que vayan a más de 7 km/h cuando vamos a abandonar el coche y accionamos la manilla, el detector activo de cambio de carril o el Pre-Safe que puede activar los frenos para inmovilizar el coche en caso de riesgo de colisión trasera. Por supuesto, también el GLA “lee” las señales y advierte de ellas.
En España el escalón básico de equipamiento es el Progressive, el que en otros países es el segundo nivel; al que sigue el AMG Line. Así, de serie, el GLA cuenta, al menos con asientos delanteros regulables en altura, volante de cuero, climatizador, cuatro elevalunas eléctricos o el piso del maletero ajustable en altura. También las dos pantallas de 7”, cámara de marcha atrás, el módulo de conexión a internet y el equipo de sonido con radio digital y seis altavoces, o arranque sin llave. En el exterior, faros LED, barras longitudinales y llantas de 18". Durante el primer año el GLA contará con la versión Edition 1 con, entre otras cosas, llantas de 20”, asientos de cuero perforado o elementos de decoración con efecto carbono.
Otra nueva aportación del Mercedes GLA es el paquete Energizing que permite disponer de programas que adaptan elementos como el masaje de los asientos, iluminación o equipo de sonido a diferentes situaciones, ya sea para apoyar una conducción relajada o más dinámica.
Chasis y motores a la altura
Todos los GLA tienen suspensiones multibrazo en el eje trasero y, opcionalmente, es posible recurrir a la tracción total 4Matic con distribución variable del par y que incluye el paquete Offroad con, entre otras aportaciones, la ayuda al descenso o funciones específicas de iluminación.
También son opcionales los amortiguadores regulables. De recurrir a ellos los muelles son más cortos y sitúan al Mercedes GLA a la misma altura que si dispusiera el tren de rodaje AMG Line, 1,5 cm más bajo que la estándar. Otro recurso del chasis es una regulación específica del ABS para terrenos accidentados.
Todos los motores son de cuatro cilindros, gasolina o Diesel, ya conocidos pero modificados para reducir sus emisiones. El básico de gasolina es el del GLA200 de 163 CV, un 1,33 litros con desconexión de cilindros; el siguiente, el 2 litros de los GLA250 de 225 CV, con árboles de equilibrado para suavizar su giro, así como distribución variable para las válvulas de admisión. Cuente con tracción delantera o total, como el GLA200 sólo se asocia a un cambio automático. Eso sí, en el más potente, de 8 velocidades, en el menos, de 7. Cuestan 40.800 (GLA 200) y 51.150 euros (GLA 250 4Matic).
Otro bloque de 2 litros, este Diesel, da pie a contar con dos versiones que usan gasóleo: GLA200d de 150 CV y GLA220d de 190 CV. Siempre automáticos, con la 8G-DCT, pueden combinarse con la tracción 4Matic (2.300 euros más). La horquilla de precios de los Diesel va desde 41.125 a 45.450 euros y el consumo medio más bajo es de 4,8 l/100 km (WLTP). Tienen catalizador de oxidación Diesel (DOC) y dos de reducción catalítica selectiva (SCR), además de filtro de partículas.
Los GLA se producen en la factoría alemana de Rastatt y, más adelante, este SUV contará con versiones PHEV como los diversos modelos de la familia compacta, entre ellos el Mercedes Clase A. Esta versión del GLA EQ Power con 258 CV puede recorrer 53 km en modo eléctrico.
Mercedes GLA AMG 45 S 4Matic+, deportividad en clave SUV
El GLA tiene dos versiones deportivas, con la denominación AMG. Una, la GLA AMG 35 4Matic supone con sus 306 CV ,el escalón inicial; la otra, GLA AMG 45 S 4Matic+, con doble bloqueo de diferencial y 421 CV, ocupa el más alto. Entre ambas, aunque no se vende en España, hay otra versión AMG 45 con 387 CV.
Hemos podido conducir por un tiempo muy limitado, por autopista de acceso a Madrid y en recorrido urbano, un GLA AMG 45 S 4Matic+, que cuesta 84 875 euros. Es el que hemos podido medir y del que ofrecemos datos de habitabilidad. Estas son algunas de nuestras impresiones sobre su conducción.
La primera es que, evidentemente, es un coche con un motor capaz de proporcionar mucho empuje y, por tanto, una aceleración muy rápida. También de sonar mucho, sobre todo en modo Sport+. Sin embargo, conviene precisar que el motor quizá no tiene tanta fuerza como podría esperarse a bajo régimen y es la disposición de éste a más de 3.000 rpm y el trabajo del cambio, que evita en todo momento que esté fuera de su zona dulce, el que hace que parezca tan veloz. De hecho, el cambio responde muy instantáneamente a la mínima variación de la presión sobre el acelerador.
Así, sin necesidad de llegar al punto de kick-down que define el acelerador, es fácil encontrarnos con reducciones de hasta tres o cuatro marchas para situar el motor en un régimen de giro alto. Esto ocurre incluso si se elige el modo de conducción Confort, no necesariamente sólo en los dos Sport. Hay otros dos más: uno configurable a voluntad y el Slippery. También regulan las ayudas a la conducción, tracción, respuesta al acelerador...
Con un desarrollo en octava tan largo es difícil que el cambio utilice espontáneamente esta marcha si se circula a velocidades legales. Si lo forzamos con las levas, puede que se mantenga unos instantes a condición de que estemos acelerando poco o muy poco. La marcha más alta que usa sin forzarlo suele ser séptima.
En el modo Confort el ajuste de la suspensión se hace relativamente cómodo. Quizá sea por comparación con la dureza de Sport. En todo caso, se utilice el ajuste que sea, frena impecablemente. Ocurre otro tanto con el cambio de dirección, pues aunque forcemos el giro se mantiene muy bien en la trazada, transmitiendo constantemente gran capacidad de tracción. De hecho, y pese a que vamos más altos que cualquier berlina compacta, las sensaciones no son distintas a una de las más deportivas entre éstas.
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