La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Tecnología
El pasado mes de noviembre, Mercedes-Benz y Factorial Energy firmaron un acuerdo para el desarrollo conjunto de baterías de estado sólido. Esta tecnología respecto a la de electrolito líquido por el que se mueven los iones de litio y que hoy se usa en todas las baterías de los coches eléctricos en producción permite contar con una mayor densidad energética, además de procesos de carga mucho más rápidos.
Con Factorial, Mercedes fijó 2022 como el momento en el que los primeros prototipos de estas celdas se incorporasen en sus coches de cara a ampliar el desarrollo hasta contar con módulos completos y la integración total. El objetivo final es contar con una pequeña serie de vehículos con esta tecnología dentro de cuatro años.
Stellantis es el otro actor que también ha invertido en la última ronda de inversión de la compañía americana y que, en total, ha obtenido 200 millones de dólares, aunque se desconoce en que proporción se ha dividido esta cantidad entre ambos consorcios. Anteriormente, Hyundai Motor Group también obtuvo una participación de Factorial.
Sin embargo, Mercedes-Benz sigue abriendo nuevos frentes con el mismo propósito: llevar estas baterías hasta sus coches. Y para ello acaba anunciar su asociación con ProLogium (PLG), una empresa fundada en Taiwan en 2006 y que ya produce baterías de electrolitos cerámicos. Además, a finales de este año ya contará con una gigafactoría cerca de Taipei (Taiwan).
El acuerdo con Mercedes, que ha supuesto el desembolso de dos millones de euros para formar parte del consejo de administración de PLG, pasa por proporcionarles baterías durante la segunda mitad de la década, para que así el consorcio alemán pueda cumplir con su objetivo de ser totalmente eléctrico en 2030 “siempre que las condiciones del mercado lo permitan”, apuntan siempre en sus comunicados.
Para Mercedes la autonomía y la eficiencia son los nuevos frentes de los vehículos eléctricos y la tecnología de estado sólido ayudará a reducir el peso y tamaño de las baterías; además de aumentar su seguridad.
En la actualidad, PLG cuenta con más de 400 patentes, siendo su producto estrella para los vehículos las celdas PLCB. Estas celdas tipo pouch podrán trabajar con temperaturas muy extremas, entre -40ºC y 85ºC, además de conseguir cargas muy rápidas: hasta el 80 por ciento de su capacidad en 12 minutos.
A finales del año pasado, PLG lanzó una ronda de financiación de 326 millones de dólares de cara a la construcción de las plantas de producción de cara a, entre 2023 y 2025, poder llevar estas baterías al mercado.
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