Así va el Hyundai Tucson, un SUV compacto que puede marcar una era

El Tucson, un SUV de tamaño compacto a tenor de sus 4,50 m de largo, promete ser un éxito comercial para Hyundai. Su diseño, el grado de electrificación que alcanza, su comportamiento dinámico, la relación precio/equipamiento o la tecnología de que disponen son algunos de los mimbres que pueden ayudar a conseguir dejar atrás las casi 28.000 unidades vendidas de la primera generación del Tucson, la lanzada en 2004; las 45.000 de la segunda de 2009 y las casi 76.000 de la tercera, comercializada a partir de 2015.

Clave en la identidad de este SUV es el frontal dotado de, a cada lado de la parrilla central, cinco proyecciones de luz que le dan un aspecto totalmente distinto a cualquier otro modelo del mercado. Hyundai las llama “luces paramétricas” y su efecto se consigue gracias a la combinación de varios led y reflectores. La luz de carretera, de la que también se encargan LED, se desplaza así hasta la zona que, habitualmente, se destina a los faros antiniebla, a ambos lados de la matrícula. La transición hacia la trasera la hacen unos laterales esculpidos, con una línea cromada que remarca la silueta. Aquella incorpora pilotos con LED que reproducen algunos de los detalles de aspecto que se pueden encontrar en el frontal y que están unidos de forma que el diseño abunda en su anchura. Un detalle de calidad es el ocultamiento del limpiaparabrisas trasero en el spoiler superior.

El color de la carrocería puede elegirse entre nueve diferentes con dos adicionales en contraste para el techo: phantom black o dark knight. Hyundai también permite seleccionar el color de los elementos del interior eligiendo entre tres distintos: negro, bitono con negro y gris o beig. Los dos primeros pueden contar con tapicerías de tela o cuero y el Pack Teal sólo con cuero.

Tecnología difusa para la climatización

En este habitáculo entre las tecnologías más llamativas está la Multi-Air Mode que combina salidas de aire directas e indirectas del flujo del climatizador, de manera que hace que se difumine el impulso del aire de forma que sea imperceptible. Otra seña de identidad de estos aireadores es el gran tamaño del que se sitúa en la zona derecha del salpicadero. Además, el control de la temperatura puede realizarse en tres zonas diferentes, en tanto que los pasajeros traseros tienen sus propias salidas y pueden disponer a qué grados se produce el flujo del aire. También cuentan, como los ocupantes de las plazas delanteras, de calefacción en los asientos laterales. El del conductor y acompañante delantero pueden estar, además, ventilados. Entre los asientos de ambos se puede desplegar un nuevo airbag inédito en el segmento de los SUV compactos: uno lateral que impide que, en caso de impacto, ambos ocupantes choquen entre sí.

En el salpicadero se integra ahora, además de la pantalla que da servicio a los datos relevantes para el control del vehículo al conductor y configurable con diferentes diseños, una central de 10,25” táctil. Esta pantalla permite el control del equipo de infoentretenimiento y se liga a la zona inferior en la que es posible, a través de controles también táctiles, determinar el funcionamiento de la climatización.

La pantalla admite conectividad para teléfonos Android Auto y Apple CarPlay, incluso en la versión con la de 8”, y el equipo de sonido puede ser uno premium de Krell. Además, el Tucson dispone se servicios de conectividad a través del sistema Bluelink en el caso de la pantalla de 10,25” y que permite, por ejemplo, que los clientes puedan localizar el coche, bloquearlo o desbloquearlo remotamente y acceder a información sobre el mismo. La pantalla admite crear dos cuentas de usuario principales y una de invitado, almacenando configuraciones del sistema de reconocimiento de voz, emisoras de radio, navegación, etc.

Equilibrio en el espacio

En cuanto a espacio, enfrentado con el líder de ventas del segmento, que no es otro que el Nissan Qasqhai, el nuevo Tucson aporta más anchura y altura en todas las plazas, así como un maletero de mayor capacidad: frente los 455 litros del japonés, el coreano dispone de un mínimo de 497, según nuestras primeras mediciones, con el suelo móvil en la posición más alta. Serían 548 litros en la más baja de la versión híbrida que hemos podido conducir.

Hyundai lleva esta cantidad hasta los 616 litros en esta variante HEV, en este caso con los respaldos en la posición más vertical: se puede regular su inclinación para favorecer así, bien la carga, bien el confort de los ocupantes. Son diferentes grados que arrancan de, aproximadamente, unos 85º y se pude seleccionar con un mando situado en la base de la banqueta trasera, junto a la puerta. Estos respaldos, de abatirse para contar con la máxima capacidad posible del maletero -aún a costa de eliminar las plazas traseras- pueden hacerlo en tres partes con proporciones 40/20/40. El mando para operar sobre ellos está en los paneles laterales del maletero.

Por otro lado, en cualquiera de las dos posiciones del suelo móvil el piso del maletero enrasa con esos respaldos abatidos gracias a la incorporación de una suave inclinación en la zona más próxima a estos.

La capacidad del maletero varía según el motor que utiliza el Tucson. Así, en los de gasolina es de 620 litros, en los Diesel de 598 litros, 577 y 546 en las versiones microhibridadas de ambos y los ya comentados 616 litros del HEV. Respectivamente, con los asientos plegados alcanza: 1.799, 1.777, 1.756, 1.756 y 1.795 litros, siempre con los datos de la marca.

Asistido a conciencia

Entre las ayudas a la conducción incorporadas en el paquete Hyundai SmartSense están, por ejemplo, el asistente de colisión frontal con ayuda en las intersecciones, el monitor de ángulo muerto, el asistente de conducción en carretera o el control de crucero con función de curvas que recibe información de los datos del navegador. También el asistente de seguimiento del carril, de estacionamiento inteligente en remoto en el híbrido, que se aparca con desaparca desde el exterior con la llave de contacto; la advertencia de salida segura, de colisión de tráfico cruzado, monitor de 360º, de fatiga, de luces largas…

En las versiones de tracción total el Tucson cuenta con un selector de terreno que adecúa su funcionamiento específicamente para barro, arena o nieve que se suman a las normal y eco, además del sport, disponible en los 2WD.

Ágil en los cambios de dirección

En el HEV que hemos podido conducir se disponía de estas tres últimas, con clara diferencia entre ellas en lo que concierne al ajuste del chasis, particularmente en sport. Se siente ágil con esta selección el Tucson, además de responder velozmente al acelerador. De hecho, su mejor cualidad en curva es la facilidad con la que se inscribe en el giro e, incluso, cómo se mantiene a lo largo de toda la trayectoria sin necesidad de correcciones. A ello contribuye la dirección asistida eléctrica, que transmite una buena sensación de precisión, endureciéndose ligeramente. Pudimos conducirlo con llantas de 19”, para neumáticos 235/60 R19, unos siempre efectivos Michelin Primacy 4.

Además, es confortable y, en el caso de la versión HEV, con buen aislamiento sonoro.

En lugar de un Diesel potente, un HEV de 230 CV

Esta de 230 CV es una de las propuestas de propulsores de que dispone el Tucson y utiliza, asociado a un motor 1.6 T-GDI de inyección directa y sobrealimentado con turbo hay uno eléctrico de 44,2 kW. En su andar tiene mucha prevalencia éste como apoyo del de gasolina, lo que explica el porqué de sus reacciones. Los flujos de energía desde la batería y hacia ella -1,49 kWh de capacidad- son permanentes. Junto a éste, a principios del año que viene, se alineará una versión enchufable (PHEV), con un motor eléctrico y una batería más grandes, que entregará 265 CV.

Especialmente la HEV pretende cubrir el hueco que deja la ausencia de un Diesel más potente, algo que bien puede hacer en tanto que su consumo es bajo -en nuestro recorrido se quedó en 6,7 l/100 km- y el precio comedido: arranca en 34.950 euros prácticamente lo mismo que el Diesel de 136 CV con cambio automático. Eso sí, con éste casi 100 CV también menos.

Con hibridación de 48 voltios el Hyundai Tucson dispone de versiones 1.6 T-GDI y 1.6 CRDi, es decir, de gasolina y Diesel. Las primeras entregan 150 o 180 CV, la de 150 CV con tracción delantera la caja 6iMT con embrague electrónico o la de doble embrague y siete marchas 7DTC, la segunda sólo con tracción total y este último cambio. En cuanto al Diesel con 48 voltios da 136 CV y admite la caja manual 6iMT con la tracción delantera y, además, la automática si cuenta con la tracción total.

Los 48 voltios parten de 31.700 euros para el 150 CV de gasolina y 44.750 para el de 180 CV, pues sólo se combina con el nivel más alto, el Style; por 35.050 de Diesel.

Las versiones de entrada a la gama son las que prescinde de microhibridación y tracción total: la 1.6 T-GDI de 150 CV y cambio manual o la 1.6 CRDi de 115 CV y la misma caja, distinta a la “inteligente” que permite navegación a vela cuando no se está acelerando gracias a ese control del embrague. 27.400 cuesta el Tucson con el motor de gasolina, que es el precio “desde“ de la gama; por 29.000 del Diesel de 115 CV.

Los motores de gasolina pueden acumular descuentos de hasta 4.600 euros -sumando oferta, de financiación y sobrevaloración del vehículo entregado- por 5.100 de los Diesel y el HEV.