La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Tecnología
El órgano competente del Ministerio de Defensa para llevar adelante proyectos de I+D que sean de interés, Dirección General de Armamento y Material (DGAM), ha realizado una convocatoria a través del BOE para seleccionar programas que puedan ser de interés para satisfacer necesidades reales o potenciales.
Entre los ámbitos tecnológicos por los que la DGAM manifiesta interés y que cuentan con la cofinanciación parcial de Defensa están, junto a tecnologías que dirigen radiofrecuencias para inutilizar equipos de los adversarios y de navegación para plataformas aéreas no tripuladas en escenarios sin sistemas de posicionamiento global, la exploración del uso de las pilas de combustible para los vehículos terrestres militares. El límite máximo de la aportación de Defensa para las empresas que concursen en este proyecto es de 750.000 euros.
Las pilas de combustible llevan años utilizándose en el mundo del automóvil y, en España, por ejemplo, están a la venta con ellas tanto el Toyota Mirai como el Hyundai Nexo. Estos dispositivos, que parecen vincular su futuro hacia los vehículos pesados como los camiones antes que a los más ligeros -donde las baterías parecen imponerse- permiten transformar un combustible, el hidrógeno almacenado en sus depósitos que se combina con el oxígeno que se recoge del aire, para producir electricidad. El proceso que se lleva a cabo en las pilas de combustible es inverso a una electrolisis y, como resultado, el único residuo que se produce es agua. Y, con la electricidad producida durante el mismo se alimenta una pequeña batería y el motor o los motores que mueven al vehículo.
Con el uso de las pilas de combustible el objetivo de Defensa es, por un lado, contribuir a la descarbonización de los medios terrestres, así como reducir la dependencia de los combustibles de origen fósil y reducir la firma térmica y acústica de los vehículos. El objetivo del proyecto es “equipar a una plataforma terrestre de uso militar con una pila de combustible de hidrógeno como unidad propulsora sin comprometer su capacidad para resistir impactos”.
Entre otros requisitos, el sistema debe aportar prestaciones iguales o superiores a las de un vehículo con motores de combustión, con especial interés en aspectos como autonomía, consumo, rendimiento, potencia, peso, masa máximo autorizado, volumen para la carga, facilidad y coste de mantenimiento. Además, esa pila de combustible debe ser capaz de producir energía eléctrica a modo de generador de cara a que sea utilizada, no sólo por el vehículo y sus componentes, sino también por otros equipos y sistemas externos.
El proyecto está destinado, inicialmente, a implementar las pilas en los vehículos que ya están en dotación dentro de las Fuerzas Armadas y en colaboración con quien los produce. Esto, en la práctica, podría suponer que pronto viéramos versiones eléctricas de vehículos como el VERT de exploración y reconocimiento que fabrica Urovesa a partir del también susceptible de contar con ellas 4x4 Vamtac, la mula de carga Falcata, los nuevos Neton para el Mando de Operaciones Especiales que han sido desarrollados con la base de los pick-up Toyota Hilux o camiones como los Uro MT-149-AT o hasta los Iveco M250.
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