DGT: así funcionan los drones de tráfico
Tráfico
Sólo tres de los once drones de la DGT son capaces de detectar nuestras infracciones en carretera
Principales motivos de las multas de tráfico en 2020: la velocidad aparece en dos de cada tres sanciones
Durante el verano de 2019, la DGT contó con más de mil cinemómetros operativos para vigilar la velocidad en las carreteras. Ese mismo año, Tráfico empezó a usar los drones para controlar nuestras infracciones también desde el aire.
"La vigilancia y el control son necesarios, son la forma de hacer que la ley se cumpla. Lo deseable sería que las denuncias por exceso de velocidad fueran cero. El mejor radar es el que no denuncia, significa que hemos conseguido el objetivo: pacificar la zona", apunta Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT.
Así, durante el pasado año 2020, la DGT formuló en las carreteras españolas un total de 3.877.297 denuncias, un 17,25% menos respecto a 2019 (4.685.599), según un reciente informe elaborado por la organización de defensa de los conductores. Y dos de cada tres sanciones tuvieron que ver con la velocidad. Mejores fueron los datos respecto al abuso del alcohol y las drogas, que se redujo a la mitad. En total fueron 2.430.056 denuncias impuestas por exceso de velocidad, liderando así el ranking de las sanciones, seguido por no haber pasado la ITV (434.479); conducir utilizando el móvil (96.181); conducir sin carnet (94.457) y no utilizar el cinturón de seguridad (94.417).
¿Cómo funciona?
Hay que recordar que, actualmente, solo tres de los 11 drones que tiene la DGT son capaces de detectar las infracciones que posteriormente se traducen en multas, mientras que los ocho restantes se emplean en monitorizar y regular el tráfico.
La primera labor que se acomete es elegir el tramo a vigilar. De ello se encargan los jefes provinciales de Tráfico, los Centros de Control de la DGT y los subsectores de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), en base a sus datos y teniendo en cuenta las limitaciones por cuestiones de seguridad. Una vez se ha delimitado el área de carretera a vigilar, se elige un punto donde estacionar con seguridad la furgoneta de la UMA y se comprueba la viabilidad climatológica para volar el dron.
Posteriormente, se monta el dron in situ y se corrobora el funcionamiento y la calibración del aparato y de las cámaras que servirán para vigilar la circulación y captar y grabar las posibles infracciones.
¿Por dónde vuelan?
Para controlar cada uno de estos 'agentes voladores', hay dos operadores que lo hacen despegar, explica Tráfico. En total, el organismo cuenta con 28 personas capacitada para volar drones, 13 para operar sus cámaras y, además, ha formado a otros 12 pilotos y 13 cámaras en la ATGC.
Los drones, para no infringir la Ley, no cruzan la carretera –salvo autorización expresa– vuelan por debajo de 120 metros, nunca cerca de lugares estratégicos como aeródromos, aeropuertos o instalaciones de seguridad, y siempre en el campo visual del piloto.
El radio de acción de los drones es de 500 metros, de modo que pueden cazar maniobras ilegales a un máximo de hasta un kilómetro.
Las infracciones
Las infracciones más comunes que castigan los operarios que tienen estos drones bajo su control son aquellas que intentan proteger a los usuarios más vulnerables de la vía, como los peatones ciclistas o motoristas. También controlan las distracciones, como el uso del teléfono móvil al volante, o el uso del cinturón y de los sistemas de retención infantil, así como adelantamientos indebidos o el no respeto de las prioridades de paso.
En el caso de que la cámara la controle un agente de la Guardia Civil, la sanción se notifican en el acto -suele ocurrir en un 45% de las ocasiones-; mientras que si se trata de un miembro de la UMA, la denuncia se tramita a través de un expediente vía Jefatura Provincial o del Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA).
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