Cupra Formentor VZ5, 390 CV para una experiencia de conducción emocionante
Primer contacto
Estrena el Formentor, el superventas de Cupra, su versión VZ5. Es, con un motor de cinco cilindros de 390 CV, la más potente de la familia y, por la disposición de éste o de su bastidor, todo un ejemplo de hasta donde puede llegar la deportividad en un SUV compacto. A la venta por 65.340 euros.
Así luce el Cupra León VZ Cup
Este es el Cupra de la nueva era: el Born
Cupra ya cuenta con la versión más potente del Born
Born, Formentor, Tavascan... y el futuro SUV de Cupra
El Formentor, el primer coche nacido específicamente como Cupra, es el modelo más vendido de la marca que ha celebrado recientemente su cuarto cumpleaños: copó un 80 por ciento de las ventas en España, con 11.090 unidades y, en lo que va de 2022 ya contabiliza 4.200, un 91 por ciento de las mismas. Ahora, este SUV coupé que se ha convertido en el corazón de Cupra estrena la que es su versión más excepcional.
Lo es por múltiples razones. Una de ellas, que Cupra sólo producirá 7.000 unidades para todo el mundo de ella, sin asignación precisa de las que llegarán a nuestro mercado. También porque, como su nombre indica, recibe un motor de cinco cilindros en línea, una arquitectura inédita en Cupra y que tampoco nunca utilizó Seat, marca ésta en la que sí se contó con modelos con motores V5 o, incluso, V6. O porque con sus 390 CV se convierte en el modelo de gran producción más potente jamás fabricado en España: este SUV coupé se ensambla en la planta de Martorell (Barcelona).
Sin embargo, por encima de todo, lo resulta por las impresiones que deja su conducción, absolutamente adictiva desde el momento en el que se pulsa el botón de arranque integrado en el volante.
A partir de ese momento, el sonido del motor 2.5 TSI ya advierte que el Formentor VZ5 no es un coche más, sino una excepcionalidad. Este motor de aluminio de cinco cilindros, idéntico al que emplea Audi en los RS3, RS Q3 o TT RS, rinde aquí una potencia de 390 CV entre 5.700 y 7.000 rpm y un par máximo de 480 Nm entre 2.250 y 5.700 rpm gracias a una inyección dual, capaz de adaptar la inyección del combustible al conducto de admisión o directamente a la cámara en función de la carga del motor para controlar con precisión la detonación de la mezcla. Otra característica técnica de este cinco cilindros es que cuenta con un control del alzado de las válvulas en dos fases, según la presión del acelerador y cuanto empuje tenga que producir el motor. En cuanto a la sobrealimentación, Cupra recurre a un turbo que llega a ofrecer una presión de 1,35 bares.
Así, el gruñido ronco con el que despierta el motor se convierte, apenas se roza el acelerador en una melodía grave a medida que sube de vueltas y vemos cómo el incremento de la velocidad se produce con sorprendente rapidez. Porque una de las claves para entender lo entusiasmante que puede resultar conducir este Cupra Formentor VZ5 está en que, sea cual sea la velocidad a la que estemos circulando, aumentar la presión sobre el acelerador origina un instantáneo incremento de la misma, ya venga acompañado o no de un cambio de marcha que, con esta caja de cambios DSG 7 un tanto especial, puede ser inmediato.
La reserva de potencia es de tal calibre que, incluso, moviéndonos a una velocidad de crucero por encima de los 120 km/h este motor estaría preparado para responder con un impulso hasta llegar a los 250 km/h fijados, electrónicamente, como velocidad máxima por Cupra. De esta pasmosa facilidad para acelerar por el trabajo del motor y el cambio automático de doble embrague dan buena prueba los 4,2 segundos que tarda en llegar de 0 a 100 km/h, aunque la aportación de la tracción total 4Drive en esta cuestión no es menor, sin un atisbo de pérdida de motricidad y exigiendo a los neumáticos 255/35 R20 que pone como equipamiento original Goodyear, unos Eagle F1 SuperSport, el máximo de su adherencia al asfalto.
Este cambio tiene en el VZ5 un modo de funcionamiento manual ligeramente diferente al de otros Cupra Formentor, como el del motor 2.0 de 310 CV -a parte de un grupo distinto que modifica ligeramente los desarrollos- que, hasta ahora, era el más potente de este SUV. Así, en modo manual, activable cuando tocamos las levas asociadas al volante -lamentablemente, de plástico en lugar de metálicas y no tan grandes como nos gustaría-, realmente el cambio se comporta de ese modo, permitiéndonos llevar el motor hasta el régimen de corte de inyección, que se produce a las 7.000 rpm. En otras versiones de este DSG7 en el modo manual y una vez que nos desentendemos por unos instantes de las levas, el cambio vuelve por sí mismo a un modo automático, como ocurre en el VZ5 en cuanto tocamos el pequeño mando del cambio situado en la consola central.
Si el conjunto motor-transmisión de este Formentor es formidable, de la puesta a punto del chasis lo mejor que se puede decir que está a la altura. Cupra ha realizado un espléndido trabajo sobre una base que ya en las más modestas versiones de este modelo con el 1.5 TSI de 150 CV mostraba una eficacia superlativa.
Todo arranca con que el Formentor es un SUV que, para llevar un motor grande y tracción total, es considerablemente ligero: 1.683 kilos. A partir de ahí, se ha trabajado sobre todo en torno a las suspensiones, con muelles más cortos que los otros VZ que hacen que quede a menos de 16 cm del suelo, bujes más rígidos o amortiguadores regulables con 15 leyes diferentes; también en los frenos, con discos ventilados que en el eje delantero son de 375 mm diámetro -también están perforados- y en el trasero de 310, un equipo de Akebono con seis pistones en las pinzas de las ruedas delanteras; o una dirección que, en este VZ5, es de tipo progresivo, capaz de adaptar su respuesta en función del ángulo de giro del volante.
El resultad, como adelantábamos, es impresionante porque este Cupra pasa con precisión por el lugar por el que le marcamos con el volante, sin movimientos excesivos de la carrocería que es capaz de comportarse sin innecesaria rudeza en las irregularidades del asfalto o unos frenos con un buen tacto por firme y progresivo y una resistencia a la fatiga encomiable. Invita el Formentor VZ5 con estas maneras a conducir al ataque, tanto como ayuda el sistema 4Drive, capaz de llevar el par exactamente a la rueda que lo precisa cuando estamos negociando una curva, con lo que siempre se siente ágil. De hecho, la percepción al volante es que en los giros es el eje trasero el que impulsa a este Cupra, sin que exista la sensación de que tienden a abrirse las trayectorias.
Todas las combinaciones de diferentes respuestas de motor, cambio, acelerador, tracción, control de estabilidad, etc, quedan englobadas en los distintos modos de conducción seleccionables desde el botón con el anagrama de Cupra en el volante, con lo que se simplifica mucho la elección. No obstante, siempre queda la posibilidad de hacernos un menú a la medida con el modo Individual que se suma a los Comfort, Sport, Cupra y Off-road, porque en el Formentor VZ5 también tiene cabida uno para circular fuera del asfalto y en el que se activa el control de descenso.
El modo que no está disponible en ese botón es el Drift, cuya activación pasa exclusivamente por la pantalla central de 12” que da soporte al equipo de infoentretenimiento. En éste es el eje trasero el que se va a encargar exclusivamente de mover al Formentor VZ5 y dirigir, además, gracias al Torque Splitter que afina ese reparto de la fuerza del motor, todo el empuje hacia la rueda exterior de la curva, provocando una conducción extraordinariamente sobreviradora y que exige valerse del contravolante para dominar a este Cupra. Obviamente, está reservada al uso en circuito, por lo que no pudimos explorarla ya que nuestro recorrido discurrió por carreteras abiertas al tráfico.
El Formentor VZ5 tiene una longitud de 4,47 cm, un par de ellos más, así como uno más de ancho y casi medio menos de alto, que el resto de versiones de su gama. Esto lo explican los cambios realizados, por un lado, en su carrocería y, por otro -como es el caso de la altura- en su chasis, con esos muelles ligeramente más cortos.
En esa carrocería el marco de la parrilla en negro, el mismo color de carcasas o pasos de rueda, define a este VZ5; al igual que lo hace el difusor trasero de fibra de carbono o las cuatro salidas de escape en color Copper, el mismo que se utiliza en las llantas de diseño específico. Incluso el color de la carrocería lo diferencia de otros Formentor, en tanto que sólo está disponible en Negro Midnight y dos pinturas mate: Magnetic Tech Mate y Azul Petrol Mate. Más adelante llegará una versión especial de 990 unidades, éstas numeradas, con el color Gris Taiga.
No hay comentarios