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Primer contacto
El Citroën C4 fue, semanas atrás, la excusa para visitar la fábrica que PSA tiene en el barrio de Villaverde (Madrid). De paso pudimos conocerlo “en primera persona”, aunque no conducirlo, lo que ahora hemos podido hacer en la primera presentación del vehículo a los medios de comunicación.
En aquella ocasión ya hablábamos de la importancia de utilizar la plataforma CMP, una base mutitecnología que permite integrar distintos tipos de motores térmicos e, incluso, un eléctrico -ahí queda la oferta, por el momento- y que es compartida con otros coches del universo PSA como los Opel Corsa, Peugeot 208… El Citroën C4 es el modelo más grande que recurre a ella -mide 4,36 m de largo, con una distancia entre ejes de 2,67 m- y, de hecho, el único coche compacto que la utiliza: el resto son, bien utilitarios, bien SUV también del segmento B.
En el caso del C4 ha sido puesta a punto para ofrecer un nivel extra de confort puesto que, además de elementos como los asientos Advanced Comfort que están disponibles en tres de los cuatro niveles de equipamiento -en uno de ellos, en opción, de serie desde el Feel Pack y con la posibilidad de disponer de calefacción o masaje-, dispone de los amortiguadores con topes hidráulicos, activos en extensión y en compresión, con las llantas de 18” y, así, en todos los niveles salvo el básico Live Pack.
Estos elementos, estrenados en el anterior C4 -el desarrollo a partir del C4 Cactus que estuvo a la venta desde 2018 dando continuidad a las generaciones de 2004 y 2010-, definen el comportamiento del coche en situaciones en las que se alcanza el final del recorrido de la suspensión en tanto que son capaces de mitigar el habitual golpe seco que puede producirse, por ejemplo, al pasar un guardia tumbado.
Desde el punto de vista del diseño el Citroën C4 ofrece una cierta simetría en su frontal y trasera en tanto que en ambos lugares se aprecia una disposición de los elementos en forma de V. Su “cara” se inscribe en la línea ya definida por recientes modelos de la marca, como el C5 Aircross, por ejemplo, e incorpora faros LED para todas las funciones, un capó, alto y horizontal, o entradas de aire muy características. La trasera, por su parte, tiene una luneta muy inclinada que acaba con un corte vertical y un alerón. En cierto modo, se asemeja mucho desde este punto de vista al Toyota CH-R, un modelo también muy parecido en cuanto a sus dimensiones, ya que entre ambos sólo hay 3 cm de diferencia en longitud, y 2,5 en anchura, mientras que la altura es semejante. En relación a otros compactos de corte más tradicional, como pueden ser el Peugeot 308 o Volkswagen Golf, el C4 es considerablemente más alto con sus 1,53 cm en esta cota.
Incluso se siente así cuando nos sentamos al volante, claramente por encima de otros turismos, y hasta ya antes de llegar al asiento, pues el umbral inferior de las puertas está claramente elevado respecto al asfalto. También lo está respecto al suelo del coche, con una diferencia de 14 cm que también exige el esfuerzo extra de levantar la pierna para salvarlo algo más que en otros coches del segmento C en el que Citroën lo inscribe.
Nos ha llamado la atención el ángulo máximo que toman las puertas traseras al abrirse y que no es muy grande. Sentados ya en las plazas a las que dan acceso se disponen de salidas de aire, tomas USB y bolsas de tipo canguro, una dotación práctica muy razonable. También de elevalunas impulsionanes, aunque al bajar el cristal éste no queda enteramente recogido en el panel de chapa y sobresale unos centímetros.
Una vez en el puesto de conducción encontramos un diseño horizontal del salpicadero, con poca presencia de elementos acolchados -los plásticos tienen buena apariencia, pero no son sofisticados- y una considerable digitalización en la información, ya que el cuadro de instrumentos es siempre una pantalla -no es muy prolijo en cuanto a la información que aporta- y hay una pantalla para el equipomultimedia que es de 10”. Se da la circunstancia de que, respecto a otros modelos de PSA de reciente lanzamiento, el manejo de la climatización no está incluido en este equipo que domina la zona central del salpicadero, sino que se habilitan mandos exclusivos para ello. Esto da una idea de la simplificación en el sistema operativo elegido para el C4. Sin embargo, esto no es óbice para que un Head-Up Display esté incluido a partir de uno de los niveles intermedios de equipamiento, el Feel Pack.
El Connect Nav, el navegador, se incorpora a las funciones de la pantalla central desde el nivel Feel Pack, siendo opcional en el anterior, el Feel; mientras que la función Connect Play que permite replicar en esas 10” lo que aparece en el móvil es de serie desde el básico Live Pack. En cuanto al Connect Cam, la cámara que se sitúa tras el retrovisor y puede ir grabando lo que ocurre delanter del coche, o el cargador inalámbrico para móvil, son siempre opciones y están disponibles sólo en los dos niveles más altos de equipamiento.
Para uso del copiloto este modelo cuenta con un soporte que se despliega por encima de la guantera y que, usando un bastidor que se ancla en él y permanece almacenado en una bandeja justo por encima de ésta, permite emplazar una tablet de manera que el conductor no alcance a ver su pantalla. Así se deben evitar distracciones. Incluyendo esta bandeja, Citroën cuantifica en 39 litros la capacidad de los huecos distribuidos por el habitáculo.
En términos de espacio el C4 es algo más estrecho en las plazas delanteras que una referencia como el Golf, aunque lo supera en anchura posterior y cede en altura, aunque pese a la forma de su silueta tiene atrás 91 cm que cuadran con una utilización de las plazas posteriores incluso por pasajeros que no sean bajos. Coinciden ambos en el espacio longitudinal disponible en el habitáculo, así como en una capacidad semejante del maletero: 375 litros para el C4, 380 para el Golf. Este tiene en el Citroën también un suelo móvil que restringe la altura en 12 cm -la capacidad se limitaría a 290 litros- pero que permitiría disponer de un generoso hueco por debajo de el mismo y, a la vez, permite enrasar ese piso con los respaldos traseros abatidos.
Para definir el aspecto de este habitáculo, el C4 dispone de cinco ambientes que, sumados a los siete colores y cinco packs de color para la carrocería dan pie a que el propietario pueda elegir una notable diferenciación entre su unidad y el resto.
Entre las ayudas a la conducción destaca el Highway Driver Assist, una opción del nivel más alto, el Shine, que permite una conducción autónoma de nivel 2 -mantiene al coche en el carril, además de definir la velocidad y si aparecen otros vehículos, adecuarla a ellos-. El C4 también pude incorporar otros elementos como el reconocimiento de señales de límite de velocidad, el aviso de cambio de carril, el frenado de emergencia para evitar colisiones, el indicador de fatiga o la vigilancia del ángulo muerto. Todos se pueden activar o definir cómo funcionan desde la pantalla central, incluso recurriendo a una tecla específica para hacer la navegación más rápida hasta estas ayudas a la conducción.
El comportamiento dinámico del C4 no se asemeja al de un coche alto, pero sí que no parece particularmente ágil en el cambio de dirección. Si aparecen irregularidades en el paso por la curva las acusa con un desplazamiento lateral -no es de esos coches que permanecen inalterados en esa situación- y, a ritmo rápido, no es ruidoso ni por aerodinámica ni porque el motor parezca demasiado presente. Quizá el ruido de rodadura se imponga más que el de estas otras dos fuentes: por mucho que no lleve ruedas particularmente grandes, 195/60 R18 96H en todas las versiones, también se oye el trabajo de la suspensión.
Se venderá con tres motores de gasolina y dos Diesel. Estos últimos serán un 1.5 de 110 CV con cambio manual y otro de 130 CV con cambio automático de 8 velocidades, mientras que los primeros serán 1.2 PureTech de 100 CV con caja manual; 130 CV con ésta más la automática (1.600 euros cuesta) y 155 CV con sólo esta última. La gama quedará completa a lo largo de 2021, mientras que ahora, en el momento del lanzamiento del C4, éste sólo se dispone de las variantes de 130 CV, Diesel o gasolina. Hemos podido conducir una unidad con este último y cambio manual y, sin duda, aporta una notable vivacidad a las reacciones al acelerador.
El precio con este motor y transmisión es hoy el más bajo de la gama C4 si se combina con el nivel de equipamiento básico hasta que llegue el Live Pack asociado al motor de 100 CV, el Feel en tanto que cuesta 22.300 euros. Contempla de serie el Pack Safety -frenado anticolisión, alerta del cambio de carril, de fatiga y reconocimiento de señales-, Hill Assist, Mirror Screen en la pantalla de 10”, climatizador bizonal, asientos delanteros regulables en altura, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, sensor de luces y lluvia, retrovisores exteriores eléctricos, regulador y limitador de velocidad, equipo de sonido con seis altavoces, llantas de 18” y amortiguadores progresivos hidráulicos, faros LED, etc.
Pasar de éste al Feel Pack -aquí adelantábamos algunas claves sobre el equipamiento- exige gastar 1.400 euros adicionales, recibiendo a cambio o elementos adicionales como el navegador, la cámara trasera, el HUD o el soporte para la tablet. Hacerlo de éste al Shine, 1.100 euros, sumando el sensor de aparcamiento delantero, acceso y arranque sin llave, cristales sobretintados, el reconocimiento de señales como las de adelantamiento, el sistema de vigilancia de ángulo muerto y los faros SmartBeam o el control de velocidad con función Stop&Go.
En cuanto a los Diesel, el nivel Feel Pack cuesta 26.800 euros con el 130 CV y la caja EAT8 automática y el Shine 28.100 euros.
A los motores gasolina puede aplicárseles un descuento de hasta 3.000 euros y a los Diesel de 3.300.
Además de estos motores hay uno eléctrico de 136 CV para el C4 que da pie a la identificación de Citroën ë-C4 del que hablaremos en otro artículo.
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