Audi SQ5, un SUV Diesel, con turbo, compresor, microhibridación y ultralimpio
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El Audi SQ5 es un milagro de la tecnología en tanto que reúne en un SUV un Diesel V6 extremadamente limpio, una microhibridación de 48 voltios a la que se vincula un compresor eléctrico que colabora con el turbo y una transmisión extrordinariamente eficaz.
Las cifras, por si mismas, ya dicen mucho del Audi SQ5: 341 CV y 700 Nm de par para su motor 3.0 TDI, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 5,1 s; velocidad máxima de 250 km/h, limitada electrónicamente y un consumo medio de 8,1 l/100 km.
Sin embargo, aún más deben aportar las sensaciones de conducción de esta versión del Audi Q5 en la que el protagonismo recae sobre un motor V6 que, entre otras tecnologías, emplea un intercooler indirecto agua/aire que sustituye al aire/aire de otras versiones, un turbocompresor con una turbina pequeña para ser más rápido en su accionamiento, una tecnología mild hybrid de 48 voltios que, en fases de desaceleración, recupera hasta 8 kW y puede hacer que este SUV marche por inercia hasta 40 segundos, ayudando a reducir el consumo casi un 10 por ciento, 0,7 l/100 km; o un compresor eléctrico que impulsa los gases hacia el turbo cuando estos no tienen suficiente presión.
Además, en el tratamiento de los gases de escape intervienen dos catalizadores SCR, con inyección de AdBlue, para la reducción de los NOx. Así este Audi SQ5 TDI consigue unas emisiones por debajo de lo que establece la norma más exigente.
Por otro lado, el motor se asocia a una caja de ocho velocidades de tipo Tiptronic, con convertidor de par como elemento de unión entre ambos elementos, con un modo de marcha por inercia que permite que, con el motor apagado, se interrumpa el flujo de potencia; o una tracción total quattro que, si bien distribuye el par inicialmente en una relación del 40 y 60 por ciento, respectivamente, al eje delantero y trasero, puede modificarla para llevar hasta un 70 por ciento a las ruedas anteriores o un 85 por ciento a las posteriores. Como opción, en el eje trasero puede incorporar un diferencial deportivo que realiza, a su vez, un reparto activo entre ambas ruedas, de modo que manda más par a la rueda exterior en un giro, la que tiene mayor agarre, lo que reduce la posibilidad de que el Audi SQ5 TDI habrá las trayectorias en curva.
A lo anterior, suma una suspensión deportiva, con muelles 30 mm más cortos que en otros Q5, o amortiguadores regulables, cuyo ajuste puede asociarse a los seis perfiles de conducción al igual que ocurre con el diferencial, motor, dirección o cambio. Si se cuenta con la suspensión neumática opcional, específica de las versiones S, se añade un perfil más. Otro extra es la dirección dinámica, que varia la desmultiplicación de la dirección en función de la velocidad y el giro del volante: es más directa, por ejemplo, cuanto más despacio vamos.
Lleva el SQ5 llantas de 20” de serie, con 255/45 R20, que puede ser reemplazados por otras de 21”. También otros elementos como los faros Matrix LED, intermitentes dinámicos, pilotos traseros con tecnología OLED que permite elegir entre firmas lumínicas diferentes o tienen detección de proximidad, para iluminar la zona posterior si el conductor se aproxima.
El Audi SQ5 TDI iniciará su comercialización en el primer trimestre de 2021 y costará 78.150 euros, con un equipamiento de serie en el que se incluyen tapicería de cuero y cuero sintético, la banqueta trasera con regulación longitudinal, portón trasero eléctrico o rieles de aluminio para el techo, pantalla MMI touch de 10,1”, volante multifunción y sistema de control por voz con lenguaje natural, instrumentación digital con pantalla de 12,3” o todas las ayudas a la conducción de los Audi Q5. Entre ellas, el asistente de giro, el sistema anticolisión o el aviso de salida de carril. También un control de velocidad de crucera que puede regular el ritmo y mantener el coche en el centro del carril durante largos periodos de tiempo.
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