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Las muertes por calor en Europa han aumentado un 9% en los últimos 20 años

Un termómetro marca los 45ºC en España.

Un termómetro marca los 45ºC en España. / Carlos Gil

Estar expuesto a altas temperaturas es un riesgo para la salud humana, que puede llevar a la muerte. No ayuda que el cambio climático aumente los días en los que España y otros países europeos viven temperaturas extremas, algo que puede continuar empeorando en los años venideros.

Desde el estudio The Lancet Countdown de 2024, revelan que durante las últimas dos décadas las muertes que se relacionan con el calor en el continente ha pasado de las 50,8 muertes por cada 100.000 habitantes entre 2003 y 2012 a las 68  muertes por cada 100.000 habitantes en la década comprendida entre 2013 y 2022. Se trata de un aumento de 17,2 muertes por cada 100.000 habitantes entre una década y otra. 

El calor y las muertes en Europa

El informe señala que la vulnerabilidad al calor se ha incrementado en Europa en un 9%, aunque dentro del continente hay diferencias. Por ejemplo, los niveles más altos se han observado en Europa occidental, aunque el mayor incremento de la vulnerabilidad respecto al calor ha tenido lugar en el sur de Europa (un 11%) entre los años 1990 y 2022. España se sitúa como uno de los países con mayor mortalidad asociada en esta etapa en Europa con 39,9 muertes por 100.000 habitantes (con un aumento de 28 hasta 52,8); mientras que en el otro extremo de la balanza se encuentra Islandia con una muerte por cada 100.000 personas.

Recogen también un aumento de las horas en las que realizar actividades física puede ser un riesgo, lo que puede traducirse en la reducción de estas actividades durante esta época del año y un aumento de los problemas relacionados. Pero también se ha producido un aumento de enfermedades relacionadas con patógenos y vectores que son sensibles al clima, como el dengue, la malaria, el virus del Nilo, la leishmaniasis o la presencia de garrapatas, entre muchos otros.

Hablan también de cómo el calor impacta de forma diferente a los ciudadanos, según cuestiones socioeconómicas (las personas vulnerables se verán más afectadas), pero también por motivos de género o de edad. Y concluyen que en el sur europeo puede sufrir más las enfermedades relacionadas con el calor, la inseguridad alimentaria, sequías, incendios forestales y leishmaniasis, causada por parásitos protozoarios. El norte europeo también se verá afectado, tanto en igual nivel o incluso más, por cuestiones relacionadas por las bacterias Vibrio o por garrapatas.

De cara al reto que presentan los problemas de salud y la mortalidad en aumento en relación al calor, los países deben comprender los riesgos sanitarios actuales y de cara al futuro, establecen en el informe, para actuar en consecuencia y adaptarse de forma eficaz.

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