El incierto futuro de la cuenca mediterránea

La subida de temperatura del mar mediterráneo destruye la biodiversidad marina. / Archivo
Ramiro Navarro

17 de enero 2025 - 12:09

La región mediterránea enfrenta un futuro incierto y desafiante ante el avance de la crisis climática, según el informe prospectivo MED 2050, elaborado por el Plan Bleu, parte clave del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este nuevo informe, presentado en enero de 2025, ofrece un análisis detallado y escenarios futuros hasta mediados de siglo, destacando los riesgos y las oportunidades para la región.

La cuenca mediterránea es la segunda región del mundo que se calienta más rápido, con temperaturas que podrían aumentar su media en 2,3 °C para 2050, según el informe. Este aumento tendrá graves consecuencias, como sequías intensificadas, inundaciones costeras debido a la subida del nivel del mar, y canículas marinas que devastarán los ecosistemas marinos. Además, la región concentra uno de los mayores déficits ecológicos del mundo y enfrenta una crisis de agua que afectará a casi toda su población en 2050.

La población de la región aumentará significativamente, especialmente en el sur y este del Mediterráneo, alcanzando entre 630 y 690 millones en 2050. Este crecimiento se concentrará en áreas urbanas costeras. El ecosistema marino mediterráneo sufrirá una transformación drástica, conocida como tropicalización, debido al calentamiento del agua. Especies autóctonas serán reemplazadas por especies invasoras, mientras que el 20 % de las especies actuales están en riesgo de desaparecer.

Seis escenarios para 2050: De la percepción colapsista a la gestión sostenible

El informe presenta seis posibles trayectorias para la región hacia 2050. Estos escenarios no solo destacan las amenazas actuales, sino que ofrecen marcos estratégicos para encaminar a la región hacia un futuro sostenible:

  1. Inercia y marginalización: Este escenario refleja la continuidad de las tendencias actuales, con poca acción efectiva para enfrentar los desafíos. La región experimenta una degradación ecológica persistente, aumento de las desigualdades y marginación en la escena global.
  2. Choques de crisis y adaptaciones forzadas: Aquí, una sucesión de crisis climáticas, sociales y económicas obliga a los países a reaccionar en el corto plazo, priorizando la resiliencia local sobre las soluciones estructurales. Las sociedades locales logran cierta adaptabilidad, pero a un alto costo social y ambiental.
  3. Crecimiento a cualquier precio en un Mediterráneo fragmentado: Impulsado por intereses económicos nacionales, este escenario prioriza la explotación intensiva de recursos, lo que provoca una acelerada degradación ambiental. La cooperación regional es débil y la sostenibilidad queda relegada.
  4. Un partenariado euro-mediterráneo para la transición azul-verde: Este escenario optimista plantea una colaboración sólida entre la Unión Europea y los países mediterráneos, impulsando inversiones en energías renovables, tecnología y desarrollo sostenible. Se prioriza la neutralidad de carbono y la conservación de la biodiversidad.
  5. Un modelo mediterráneo de desarrollo sostenible: En este enfoque, la región adopta un modelo de "durabilidad fuerte", basado en la colaboración local, la reducción de desigualdades y la protección de los ecosistemas. Este escenario valora los recursos endógenos y promueve un equilibrio entre economía, sociedad y medio ambiente.
  6. La Mediterránea como bien común mundial: Ante una crisis ambiental extrema, la comunidad internacional considera al Mediterráneo un patrimonio común global. Se implementan esfuerzos masivos de restauración ambiental y gobernanza conjunta, convirtiendo a la región en un ejemplo mundial de cooperación y sostenibilidad.

Tendencias destacadas hasta 2025

Fuente: LA MÉDITERRANÉE À L’HORIZON 2050 - MED 2050 - Une prospective du Plan Bleu

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