La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
Un reciente estudio publicado en Science advierte de la alarmante reducción de la diversidad funcional y filogenética de las aves a nivel mundial, como consecuencia de las extinciones provocadas por la acción humana. Según la investigación, dirigida por el Dr. Tom Matthews de la Universidad de Birmingham, la extinción de más de 600 especies de aves en los últimos 130.000 años ha resultado en la pérdida de aproximadamente 3.000 millones de años de historia evolutiva única.
El artículo titulado The global loss of avian functional and phylogenetic diversity from anthropogenic extinctions subraya que el impacto va más allá del simple número de especies extintas, pues estas aves desempeñaban un papel crucial en sus ecosistemas. Por ejemplo, algunas controlaban plagas al alimentarse de insectos, mientras que otras, como los colibríes, eran esenciales en la polinización de plantas y la dispersión de semillas.
El Dr. Matthews explica que, al desaparecer estas especies, la diversidad funcional (la variedad de roles que las aves desempeñan en el entorno) también se reduce, alterando significativamente el funcionamiento de los ecosistemas. El estudio revela que el 7% de la diversidad funcional global se ha perdido ya, una cifra que excede lo que se esperaba basándose en el número de extinciones.
El análisis también destaca que las pérdidas han sido particularmente severas en ecosistemas insulares, donde las aves endémicas eran más vulnerables a la actividad humana. Un claro ejemplo es el Dodo, extinguido en el siglo XVII, y el Moho braccatus o pájaro cantor Kauaʻi ʻōʻō, declarado extinto en 2023. La investigación sugiere que, en estas regiones, la pérdida de especies ha llevado a un colapso de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas locales.
Las proyecciones para el futuro son aún más preocupantes: se estima que más de 1.000 especies de aves podrían extinguirse en los próximos 200 años, lo que agravaría la situación actual y supondría pérdidas irreversibles para la biodiversidad mundial. Esto afectará a la capacidad de muchas plantas para seguir el ritmo del cambio climático, ya que se reducirán los servicios ecológicos que las aves proporcionan, como la polinización y la dispersión de semillas.
El estudio hace un llamado a la acción inmediata para proteger la diversidad aviar a nivel global. Según el equipo de investigadores, la prioridad debe ser conservar aquellas especies que desempeñan funciones clave en sus hábitats y desarrollar estrategias específicas para regiones insulares, donde el impacto es mayor.
"Esta investigación nos recuerda que la crisis de extinción no se trata solo del número de especies perdidas", comenta el Dr. Matthews. "Es fundamental entender qué funciones ecológicas se pierden con cada extinción, para poder tomar decisiones informadas sobre conservación y restauración de ecosistemas". En un momento en que la crisis de biodiversidad alcanza niveles críticos, estos hallazgos son una advertencia de las repercusiones a largo plazo que tendrá la pérdida de especies en la salud de los ecosistemas globales.
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