Cinco medidas de urgencia para frenar el impacto de la sequía

Un informe de Fondo Mundial para la Naturaleza aborda los retos cruciales que plantea un otoño marcado por el estrés hídrico

La reserva hídrica española se encuentra al 36,5 % de su capacidad / EFE

El año hidrológico de octubre de 2022 a septiembre de 2023 presenta un balance negativo definido por unas precipitaciones un 11% por debajo del valor normal y varios episodios de temperaturas récord. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en España ha presentado el informe 'España, atrapada en la escasez de agua' en el que aboga por apartar del discurso público las "falsas dicotomías", aludiendo a la corriente que pretende contraponer la protección de los ecosistemas acuáticos con la producción de alimentos y pide "dejar de vender huidas hacia delante", basadas en grandes infraestructuras para un agua que no existe.

En su apartado de recomendaciones urgentes reclama la necesidad de garantizar el correcto abastecimiento a poblaciones, restringiendo de forma progresiva usos del agua no prioritarios (piscinas, riego de jardines, baldeo, riego de cultivos, etc.). "Nuestra legislación prioriza el abastecimiento a poblaciones, sobre usos agrarios e industriales, así como recreativos, del agua", matiza. Asimismo, propone asegurar unos caudales ecológicos mínimos adecuados para preservar las funciones y la estructura de los ríos y humedales, así como el mantenimiento de un nivel mínimo de recarga de acuíferos para evitar deterioros adicionales. Los caudales ecológicos establecidos por la Normativa de los planes hidrológicos son una restricción previa frente al abastecimiento de las demandas. "Solo en el en caso de sequías prolongadas, suficientemente justificadas, pueden ser reducidos coyunturalmente caso a caso para la fuente de suministro de cada abastecimiento afectado", explica el documento.

Por otro lado, considera imprescindible un "control exhaustivo de las captaciones de agua para perseguir todos los usos ilegales en estas circunstancias" y la puesta en marcha de mecanismos de sanción y cierre ágiles de las captaciones irregulares, dotando a las administraciones implicadas con los medios humanos y materiales adecuados.

Respecto al consumo de agua, defiende la reducción del consumo para atender a las diferentes demandas. El esfuerzo en la reducción del consumo de agua debe ser proporcional al uso, y a la capacidad de asumir estas mermas significativas en la disponibilidad de recursos por los distintos usuarios. En este sentido cabe recordar que hay diferencias significativas en las demandas de un tipo de uso u otro, y por tanto en el potencial de reducir sustancialmente (cuantitativamente) el consumo del agua.

Por último, propone asegurar una renta digna en años de sequía a las fincas agroecológicas de carácter familiar, claves para el desarrollo rural y el abastecimiento alimentario. En concreto, "apoyar a las

explotaciones de secano y a las de ganadería extensiva para poder continuar su actividad en

años de dificultad".

Sobreexplotación de recursos hídricos

Según los últimos datos del MITECO, la reserva hídrica se encuentra al 36,5 % de su capacidad. Pese a que nuestro país cuenta con unas de las redes de infraestructuras hidráulicas y capacidad de embalse más importantes del mundo (unos 56.000 hm3 de capacidad máxima), muchas zonas padecen de forma reiterada situaciones de escasez severa de recursos. En España el riego de cultivos industrializados se bebe casi el 80% de los recursos hídricos, esto hace de nuestro país "uno de los territorios europeos con mayor sobreexplotación de sus aguas, y de los más afectados por estrés hídrico", informan desde WWF. La escasez de agua es especialmente grave en las cuencas del sur peninsular y mediterráneas, donde el consumo por la agricultura industrial resulta insostenible.

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