¿Sufren los perros depresión postvacacional y cómo ayudarles? La RSCE resuelve estas dudas

La vuelta a la rutina es dura para humanos y animales, algo que debe tenerse en cuenta

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Que tu perro esté triste o no tenga apetito pueden ser síntomas del síndrome postvacacional

El verano es el momento en el que muchas familias se toman un merecido descanso y pasan más tiempo unidos y con las mascotas. Sin embargo, la vuelta a la rutina que supone el fin de las vacaciones y del verano, también puede tener un impacto en nuestros perros, según informan desde la Real Sociedad Canina de España (RSCE).  

A los perros también les afecta el final de las vacaciones

La vuelta de vacaciones también influye a los perros.

Aunque no lo parezca, el final de las vacaciones también puede afectar a las mascotas, haciendo que se encuentren tristes, irritables o que pierdan de apetito. Según explican desde la RSCE esto puede deberse a que ellos también sufren el síndrome postvacacional, después de acostumbrarse a pasar más tiempo del habitual con su familia además de soler pasar más tiempo fuera de casa y haciendo ejercicio. “A los perros les gusta la rutina, puesto que les proporciona seguridad”, cuando esta se rompe los animales pueden “sentirse estresados y confundidos por el cambio” y al volver a una rutina más tranquila también pueden tener “un exceso de energía que no saben gestionar”.

Algunos perros también pueden sentir ansiedad por separación después de las vacaciones, algo que se puede traducir en sobreexcitación cuando se vuelve a casa o con el animal mordiendo y arañando los muebles en casa. 

¿Qué se puede hacer para ayudar a nuestro perro a lidiar con la vuelta de las vacaciones?

Para que el cambio del verano a la rutina habitual no sea excesivamente brusco y le provoque problemas a un perro desde la RSCE recomiendan reintroducir las pautas de forma paulatina. En este caso sirve para recuperar los horarios de paseos y comidas, así se hace entender al perro que “nuestra disponibilidad no es absoluta por motivos ajenos al amor canino, como el trabajo o una emergencia cualquiera”.

Otra opción puede ser hacer una escapada poco después del final de las vacaciones, con el objetivo de hacer que el perro se “acostumbre a tener ausencias un poco más prolongadas”. Y durante el fin de semana o tras la jornada laboral pasar más tiempo con él para poder “aprovechar el tiempo perdido”, pero siempre teniendo en cuenta la importancia de que el perro socialice.

También la raza de perro jugará un papel en cómo reaccionen los perros a la vuelta a la rutina y a los periodos de separación tras las vacaciones. Algunas razas tienden a ser más dependientes, como es el caso de los Pomerania, los Cocker Spaniel o el Maltés, aunque se ha de tener en cuenta que pese a las tendencias de cada raza, cada animal tendrá su propia personalidad. Para los perros que puedan llevar peor la ansiedad por separación, desde la RSCE llaman a extremar las precauciones para que el síndrome postvacacional no empeore. 

Desde la Real Sociedad Canina aseguran que lo habitual es que los síntomas del síndrome postvacacional duren apenas unos días, tras lo que suelen recuperarse. Sin embargo, en caso de que la situación continúe y el perro siga apático o irritable, podría ser conveniente consultar con el veterinario, ya que desde la RSCE señalan que podría ser indicativo de alguna enfermedad. 

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