Un oso ataca a una mujer de 75 años en Asturias
Sucesos
La mujer estaba dando uno de sus habituales paseos nocturnos cuando se encontró al oso que apareció de entre los árboles
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El pasado domingo 30 de mayo una mujer de 75 años fue atacada por un oso en una carretera comarcal de Sonande, en Cangas del Narcea (Asturias). La mujer estaba dando uno de sus habituales paseos nocturnos junto a otras personas cuando se quedó atrás y se encontró con un gran oso que apareció de entre los árboles.
El animal se puso de pie y empezó a atacarla con sus zarpas, hasta que llegó a alcanzar su rostro, hiriéndola así en la parte inferior de la cara. Al caer, se rompió la cadera del impacto. Por desgracia, la reacción de este oso es muy típica en ellos. Después, salió corriendo después carretera abajo, donde se cruzó con otras dos personas que se apartaron, hasta que encontró un camino por el que huyó.
La mujer fue trasladada al Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa, de Cangas del Narcea, donde se le suturaron las heridas faciales y donde permanece ingresada. Su estado es estable con evolución favorable y está pendiente de una intervención quirúrgica.
Encuentro fortuito
Según el alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez, pese a que se trata de "una circunstancia excepcional", el oso "no es una especie doméstica, sino un animal salvaje, y eso conlleva un cierto riesgo". Ha considerado que, si el ejemplar es localizado y se constata su agresividad, deberá ser extraído de la zona.
Pese a que habitualmente los osos se ahuyentan cuando detectan la presencia de humanos, el aumento de su población hace que se acerquen cada vez más a zonas pobladas -"se están humanizando y eso supone un riesgo de seguridad", ha apuntado el alcalde- lo que requiere, a su juicio, que entre todas las administraciones se adopten medidas para alejarlos de los pueblos.
Rodríguez ha señalado que, desde principios de mayo, se han difundido varios vídeos de un oso caminando por algunos de los pueblos de la comarca donde se registró el ataque, ubicada en el suroeste de Asturias, un territorio que acoge a la subpoblación occidental de oso de la cordillera Cantábrica, cifrada en unos 280 ejemplares.
El ataque es uno de los pocos que se han producido en España. Desde 1988 se han contabilizado nueve sucesos de este tipo y ninguna muerte, según los datos de la Fundación Oso Pardo (FOP). Tres personas tuvieron que ser ingresadas por esos hechos y solo una sufrió una herida que le podía haber costado la vida por una hemorragia.
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