Cómo lograr que tu perro acuda al escuchar su nombre
Un par de ejercicios fundamentales para lograr que tu perro acuda cuando escuche su nombre
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Enseñar a tu perro a venir cuando lo llaman por su nombre es una de las lecciones más importante que tienes que enseñarle. Un perro que responde inmediatamente cuando lo llamas puede disfrutar de libertades que otros perros no pueden.
Un perro así puede jugar en el parque para perros, caminar en parques sin correa y mantenerse alejado de problemas en casi cualquier situación.
Cuando ocurre un accidente, tener una palabra de seguridad con tu perro podría incluso salvarle la vida. Vamos con un par de ejercicios fundamentales para lograr que tu perro acuda cuando escuche su nombre.
El juego del nombre
Enseña a tu perro a girarse y mirarte cada vez que digas su nombre. Comienza a hacerlo en un lugar tranquilo, incluso en casa. Asegúrate de que no haya distracciones que compitan por la atención del perro.
Di su nombre con voz clara. Si se gira para mirarte, di inmediatamente "¡Sí!" y saca su juguete favorito o tírale algún sabroso premio.
Préstale atención durante aproximadamente un minuto y después para. Espera hasta que pierda interés en ti. Luego repite la secuencia. Si no se gira y mira cuando dices su nombre, no lo repitas. En lugar de eso, date la vuelta y sal de la habitación por unos segundos, o corre a un rincón y juega con el juguete tú mismo, o haz como si estuvieras comiendo su golosina.
Aprenderá que cuando digas su nombre, algo divertido va a suceder y que si no presta atención a su nombre, se lo va a perder. Haz esto de 3 a 5 veces seguidas, pero practícalo muchas veces durante algunos días.
Puedes probar a introducir distracciones gradualmente: practicar en diferentes habitaciones de la casa, en el patio, en los paseos y en el parque; practica mientras el perro realiza diversas actividades, como jugar, masticar, acicalarse, dormir..
Jugar a perseguir
Aprovecha las ganas de perseguir innatas del perro. Pocos perros pueden resistirse a la oportunidad de perseguir al dueño que huye de ellos. La inclinación a perseguir puede reforzarse reteniendo al perro hasta que se desespere.
La desesperación intensifica el deseo del perro de perseguir hasta el punto de que corre hacia el dueño lo más rápido posible. Para este caso necesitas dos personas para jugar a este juego de manera efectiva.
Procura jugar en un área cerrada porque el perro debe estar suelto. Haga que sujeten al perro por el collar o abrazándolo alrededor del pecho. Salta arriba y abajo delante suya, involucrándolo agitando su juguete favorito, provocándolo con una golosina tentadora o empujándolo juguetonamente.
Después de captar la atención del perro, sal corriendo lejos del perro, llamándolo por su nombre y animándolo a venir. Debes correr lo más rápido que puedas, sin mirarle. Lo ideal es que el perro tenga dificultades para seguirte.
Después de unos segundos de lucha, se suelta al perro para que te persiga. Cuando el perro te alcance, recompénsalo con juegos o golosinas. La sujeción alimenta el deseo de perseguir por lo que la respuesta del perro es intensa.
Es posible que el perro necesite experimentar este juego varias veces antes de darse cuenta. Si el perro no está dispuesto a perseguirte, intenta arrastrar un juguete por el suelo mientras corres.
Asegúrate de alejarte corriendo del perro sin girarte ni mirar atrás. Mirarle hace que la mayoría de los animales disminuyan la velocidad o pierdan interés en el juego.
Si comienzas este juego diciendo "¿Estás listo?", después de algunas repeticiones, el perro solo necesitará escuchar esa frase para salir corriendo anticipando un juego de persecución.
Con el tiempo, el juego se convierte en una retirada de seguridad. Si llamas a tu perro y él no viene, al decirle "¿estás listo?" mientras giras y corres unos pasos hará que tu perro esté contigo en un instante.
Refuerzo del comportamiento
Es normal no apreciar los pequeños pasos hacia el comportamiento deseado. Si llamas a tu perro y él viene corriendo hacia ti, pero antes de llegar hasta el final, se distrae y se detiene para comprobar un olor interesante o para orinar en un arbusto, será mucho más probable que siga viniendo hacia ti si lo elogias y lo animas tan pronto como comience a moverse en tu dirección.
Llámalo y, en cuanto te mire, felicítalo y anímalo para que continúe. Luego, si se detiene, puedes darle retroalimentación con un “Ey” en un tono de voz diferente, pareciendo disgustado o sorprendido. Cuando te mire, sonríe, llámalo de nuevo y elógialo mientras lo hace. No olvides recompensarlo generosamente cuando llegue.
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