Un joven pierde dos dedos de una mano al ser atacado por una araña en Ibiza
Sucesos
El caso no es nada común, ya que el 99% de los pacientes este tipo de picaduras evolucionan favorablemente y no presentan complicaciones
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Un joven de Reino Unido de 19 años ha perdido dos dedos de una mano al haber sido mordido por una araña cuando estaba viendo una puesta de sol en una zona rocosa hace unas cuantas semanas.
La araña que mordió al joven era un ejemplar de Loxosceles rufescens o también conocida como araña reclusa mediterránea o araña violinista, una especie autóctona de la cuenca mediterránea que en la mayoría de ocasiones provoca cuadros muy leves en las personas afectadas.
El suceso ocurrió el pasado mes de julio. El chico contó a los enfermeros que metió la mano entre dos de las piedras sobre las que estaba sentado cuando de repente notó que algo le había picado en un dedo. Pudo ver que se trataba de una araña, pero no reparó en el color y el tamaño del ejemplar. Pensando que la picadura no iría más allá de un ligero escozor, regresó al lugar en el que se alojaba con sus amigos.
Horas después del suceso empezó a notar malestar general y fiebre alta. Además la mano se le había hinchado mucho y había comenzado a ponerse roja. El turista se asustó y fue en primer lugar a un centro sanitario privado del municipio de Sant Antoni en el que le administraron antibióticos y corticoides, pero horas después seguía sin mejorar y decidió acudir al hospital de referencia de la isla. “El paciente llegó con una sepsis secundaria a una infección cutánea en la mano y la muñeca. Tenía la mano muy hinchada y los dedos índice, corazón y meñique de la mano dominante muy afectados”, relata Juan Martínez, residente de cuarto año de medicina interna del Hospital de Can Misses que le trató durante su estancia en el centro.
A pesar de que le administraron un tratamiento empírico al sospechar que sería la mordedura de una araña al ver los síntomas y efectos que estaba teniendo. Los médicos esperaron el máximo tiempo posible para salvar las áreas afectadas, pero ante el largo periplo que le esperaba para su recuperación total le recomendaron que regresara a su país de residencia habitual para continuar con el tratamiento y recibir el apoyo de sus allegados y de especialistas. “Ha sido muy mala suerte”, confiesa Martínez, que afirma que en el 99% de los pacientes este tipo de picaduras evolucionan favorablemente y no presentan complicaciones. “La probabilidad de que esto ocurriera en una persona sin antecedentes de ningún tipo es extremadamente baja”, señala.
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