¿Tu gato tiene estrés? Estas señales podrían avisarte

Para las personas que tienen gato pocas cosas hay más importantes que la salud de su compañero de cuatro patas. Es por ello que realizan de manera periódica visitas al veterinario, para detectar las posibles enfermedades que pueda sufrir y atajarlas cuanto antes, además de comprarle la comida de más calidad.

Aunque otro asunto importante para sus dueños es la salud mental de la querida mascota. Y es que puede haber algunas situaciones que a nosotros no nos afectan o, directamente, ni les prestamos importancia, pero que generan estrés al gato. Conviene conocer, por lo tanto, las señales que podrían alertarnos de que nuestro compañero felino padece ese problema.

Las señales que nos avisarían de que nuestro gato tiene estrés

Si nuestro gato comienza a realizar comportamientos que en él son inusuales podría deberse a que padece estrés. También nos podría alertar un exceso de agresividad, mordiendo o arañando más de lo que suele hacer, así como que 'marque' sus uñas en lugares en los que habitualmente no lo hace.

Un cambio en sus hábitos de sueño (durmiendo menos horas que habitualmente) o alimenticios asimismo serían señales que podrían alertarnos de que sufre estrés. La pérdida de apetito, además, podría derivar en un problema de salud todavía más grave.

Que el animal se acicale durante más tiempo de lo que normalmente lo hace cada día también debería alertarnos; esto, asismismo, podría derivar en problemas en su piel. Otra señal de que sufre estrés sería que realiza sus necesidades fuera del arenero.

El estrés podría padecerlo por varias causas, como, por ejemplo, una falta de higiene en su arenero o una mala alimentación, aunque en ocasiones algún cambio en la rutina o en su entorno podrían estar detrás del problema, así como la falta de estimulación, ya sea física o mental.

Qué puedo hacer si mi gato padece estrés

Si vemos alguna de las señales anteriores en nuestro gato, lo primero que debemos hacer es contactar con el veterinario, para así descartar que el animal padezca algún problema de salud. En casa, además, podemos contribuir a que la mascota disfrute de una buena salud mental.

Y es que es realmente importante que cada día mimemos a nuestra mascota y que también realicemos con ella sesiones de juegos, en las que se estimule física y mentalmente. Igualmente, podemos comprarle algunos juguetes interactivos para que se divierta cuando no estamos en casa.

También es esencial que nuestro hogar sea tranquilo, y que en él no tengan presencia los ruidos estridentes. Además, también debe contar con zonas seguras para nuestro gato, en las que pueda esconderse y permanecer relajado sin que nadie le moleste.