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La historia que contamos hoy en Mascotíssimas demuestra que no todo lo que te encuentres dentro de un árbol de Navidad puede ser un regalo, y si no que le pregunten a Rob (británico) y Marcela Wild (costarricense), una pareja que lleva 18 años en Sudáfrica que encontraron en su árbol de Navidad una de las serpientes más venenosas de África escondida entre las ramas y los adornos.
Fue gracias a sus gatos por los que se dieron cuenta que había algo extraño en su árbol navideño ya que no paraban de mirar las ramas, llegando a pensar que probablemente se trataba de un ratón. En el momento que descubrieron que no era un roedor si no una de las serpientes más venenosas del continente africano conocida como boomslang (o serpiente arborícola), decidieron llamar a un profesional.
"No sabía lo que era en ese momento, pero luego busqué en Google qué serpientes hay en nuestra zona y enseguida apareció una boomslang. Pensé: 'Santo cielo, esta es la reina de todas las serpientes venenosas'", dijo el hombre de 55 años a la CNN.
El boomslang es conocida por ser una especie tímida, pero es una de las más venenosas de África. El veneno del animal provoca hemorragias y puede ser mortal para los humanos en pequeñas cantidades.
Gerrie Heyns, cazador de serpientes, confirmó la identidad del animal cuando llegó a la propiedad de la familia en Robertson, Cabo Occidental, poco después. La serpiente era hembra y medía entre 1,3 metros y 1,5 metros de largo. El cazador pidió a la familia que se alejara del árbol sin perderla de vista en ningún momento.
Así permanecieron durante dos horas hasta que llegó. Él mismo pidió que grabaran el momento de la captura para subirlo luego a su canal de Youtube. En el vídeo, se ve cómo Gerrie Heyns usa pinzas para intentar manejarla con más facilidad.
"Una vez que la tuve bajo control, la familia se acercó a ver la serpiente. No intentó morder ni ponerse a la defensiva porque no le di ninguna razón para hacerlo. Un momento de miedo se convirtió en un momento emocionante para los niños", dijo Heyns al canal.
Luego lo sujetó por detrás del cuello y lo colocó en un "tubo para serpientes". Al anochecer, Heyns se llevó el reptil a casa, donde lo alojó temporalmente en un recinto para serpientes antes de liberarlo de nuevo en la naturaleza. Heyns dijo que la serpiente habría entrado en la propiedad en busca de comida, agua y refugio. "Probablemente, cuando vio el primer movimiento, trató de escapar hacia el escondite más cercano, que era el árbol", dijo.
Heyns ha retirado cientos de serpientes de hogares en Sudáfrica y opina que pocas veces llegan a morder. Heyns dijo que en sus ocho años como capturador profesional, solo lo han mordido una vez, y eso fue porque no se había dado cuenta de que el animal había sido disparado y estaba actuando a la defensiva.
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