Un estudio demuestra que las ranas hembras fingen su muerte para evitar el apareamiento con machos indeseados

Ciencia

Un estudio demuestra que las ranas hembras fingen su muerte para evitar el apareamiento con machos
R.M

15 de octubre 2023 - 12:32

Un estudio reciente publicado en la revista científica Royal Society Open Science muestra que las hembras tienen distintas estrategias para evitar a los machos que ellas no han elegido. Esto ocurre con las ranas europeas cuyos machos intimidan, acosan y fuerzan a las hembras para copular.

En algunas ocasiones se producen fallos reproductivos y puede llegar a costarle la vida a alguno de los dos animales. Antes de la publicación de este estudio se consideraba que las hembras eran pasivas pero ha sido la científica Carolin Dittrich, del Instituto de Etología Konrad Lorenz de Viena, quien recolectó a 96 hembras y 48 machos de ranas durante la temporada de reproducción.

El estudio consistió en colocar a un macho junto a dos hembras de diferentes tamaños durante una hora en una caja con cinco centímetros de agua, lo que les permitió moverse libremente mientras registraba en vídeo su comportamiento. Las hembras intentaban rechazarlos haciendo maniobras evasivas.

Conflicto sexual

Durante las dos semanas que dura la reproducción de estos animales los machos se pelean por las hembras. Esto provoca que ellas "terminan perdiendo, pues muchas veces mueren ahogadas por la agrupación de hasta ocho ranas que se colocan sobre ellas”, explica Iñigo Martínez-Solano, del departamento de Biodiversidad del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Las hembras llevan a cabo estrategias de evitación como por ejemplo la rotación sobre su propio eje para escapagar del agarre del macho o la protesta con gruñidos profundos y de baja frecuencia. Pero el comportamiento más sorprendente fue la "inmovilidad tónica", o sea, hacerse la muerta extendiendo rígidamente los brazos y las piernas lejos del cuerpo durante varios minutos.

Este comportamiento es muy inusual aunque muchos animales lo usan para evitar la depredación. De 54 hembras agarradas por un macho, 25 lograron quitárselos de encima y escapar. La mayor tasa de éxito fue para las hembras más pequeñas porque les es más fácil escapar de las garras del macho. Las hembras rechazan a los machos que no desean y eligen a los que tienen un tamaño mayor o un canto más grave: "Hemos visto casos en los que las hembras cargan con un macho en la espalda durante días e incluso semanas, esperando a un macho más grande o el que ellas prefieran”, afirmaba Martínez-Solano.

Los machos por el contrario no parecen ser selectivos y capturan a las hembras de forma aleatoria. Estos comportamientos no amenazan la reproducción ni la supervicencia de la especie según la científica Dittrich.

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