Un estudio afirma que los perros son capaces de reconocer distintos idiomas
Investigación
Una investigación dirigida por la científica mexicana Laura Cuaya demostró que un cerebro no humano era capaz de reconocer y distinguir diferentes idiomas. Dicho estudio se realizó en la Universidad Eötvös de Hungría y fue publicado en la revista científica NeuroImage, donde según sus propios autores es la primera vez que se demuestra que un animal es capaz de diferenciar dos idiomas.
¿Cómo se llevó a cabo el estudio?
Aunque parezca poco creíble, gracias al cuento "El Principito" pudieron confirmar que los perros entienden diferentes idiomas. En dicho trabajo se les puso a 18 caninos auriculares mientras los monitoreaban con una máquina de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). A través de los cascos, los animales escuchaban una de las citas más célebres del cuento 'El Principito': "Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos".
En concreto, esta frase fue traducida en 457 idiomas al igual que el resto del libro. La frase se proyectó en los oídos de estos 18 perros en español y en húngaro. Dos de ellos estaban familiarizados con nuestro idioma, el resto con el magiar, pero ninguno de ellos había escuchado el otro idioma. Gracias a la máquina, los investigadores lograron ver dónde y cómo se iluminaba el cerebro en función del idioma que estaban escuchando los perros.
El resultado de la prueba es revelador: los escáneres cerebrales probaban que cuando los perros escuchaban un idioma que no les era familiar se activaban zonas del cerebro que no lo hacían cuando se les proyectaba el idioma al que estaban acostumbrados. Esto demuestra que los caninos son capaces de diferenciar entre distintos idiomas.
Kun-Kun, el origen de esta investigación
El origen de esta investigación gracias a Kun-Kun (un perro de la raza border collie que es también la mascota de la autora principal de este estudio). Ella estuvo años viviendo en México y al trasladarse a Hungría se preguntaba si su mascota se habría dado cuenta que la gente de Budapest hablaba un idioma diferente.
El propio Kun-Kun participó en el estudio y fue entrenado para permanecer inmóvil mientras le hacían el escáner cerebral donde escuchaban los fragmentos de lectura en los dos idiomas.
Todos los perros habían escuchado de sus dueños solo uno de los dos idiomas, por lo que pudieron comparar una lengua muy familiar con otra completamente desconocida. Los patrones específicos del idioma se encontraron en una región del cerebro llamada córtex auditivo secundario, agrega el estudio.
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