Diana Vega, veterinaria: "Restringir los antibióticos de uso humano es un riesgo para los animales hospitalizados"

Un real decreto prioriza la prescripción de medicamentos específicos para animales, según una base de datos cerrada

PRESVET: así es la nueva normativa de antibióticos que pone en peligro a las mascotas

Soy veterinaria y esto es lo que opino sobre el nuevo decreto que regula la prescripción de antibióticos.
Los veterianarios se han movilizado por una normativa que conlleva retrasos y sobrecostes en los tratamientos. / Animalia SerVet

Las protestas de los veterinarios han culminado esta semana en una manifestación que ha reunido a 5.000 profesionales frente a la sede del Ministerio de Agricultura en Madrid. El sector denuncia los problemas derivados del real decreto que regula la distribución y prescripción de medicamentos veterinarios. El sistema, llamado Presvet, obliga a los veterinarios a informar de manera pormenorizada sobre cada antibiótico que recetan con el fin de poner coto al abuso y a la pérdida de efectividad de estos fármacos.

"No estamos en contra de la aplicación, pero tal y como está planteada, nuestro criterio clínico no es prioritario", asegura Diana Vega, veterinaria con más de una década de experiencia, en declaraciones para Diario de Sevilla. La nueva normativa obliga a los veterinarios a priorizar la prescripción de antibióticos específicos para animales en base a los prospectos, que en muchos casos "están desactualizados y no se indican para todas las patologías para las que los estamos usando", indica la propietaria de la clínica Animalia SerVet en Ponferrada.

"No se tiene en cuenta nuestro criterio clínico"

Según los veterinarios, la rigidez del sistema provoca, por un lado, que se dejen de prescribir algunos medicamentos que tanto las investigaciones como la experiencia profesional han demostrado efectivos para tratar ciertas patologías. Por otro lado, la falta de notificación de las prescripciones veterinarias a la base de datos acarrea sanciones, en un principio "exageradas" que podían alcanzar los 1,2 millones de euros, aunque en la actualidad se han rebajado a un máximo de 3.000 euros.

La nueva normativa agrega burocracia al trabajo diario de las clínicas y provoca retrasos en los tratamientos: "Tener que estar pendiente del prospecto nos limita a la hora de actuar. No es tanto por el control de la prescripción de antibióticos, sino que en esa ecuación no se tenga en cuenta nuestro criterio clínico". Vega, que ha participado en la última manifestación en Madrid junto a más veterinarios de la provincia de León, celebra que "el sector nunca se había organizado así ni con un objetivo tan claro" y confirma que habrá "más concentraciones".

"Utilizábamos medicina humana para tratamientos de oftalmología"

Una situación habitual es que los propietarios de mascotas no dispongan de antibióticos específicos para animales en las farmacias. En segunda instancias, los veterinarios deben buscar un producto en un país de la Unión Europea. Solo agotada esta vía es posible prescribir un antibiótico de uso humano. "La medicina humana es lo que más utilizábamos para tratar enfermedades oftalmológicas. Son igual de efectivos y tenemos pocos antibióticos veterinarios. Ahora, si en la base de datos hay solo uno indicado para el tratamiento de la conjuntivitis en su prospecto, tenemos que prescribir ese en primer lugar", ejemplifica Diana Vega.

Para más inri, en el caso de los antibióticos más restringidos, su prescripción va sujeta a la realización de un cultivo para determinar el alcance de la infección. Esto puede, además de incrementar los costes para el cliente, demorar los tratamientos en situaciones de urgencia. "Los antibióticos veterinarios suelen administrarse vía oral, no tanto por vía intravenosa como se requieren para las hospitalizaciones", explica Vega y añade, "para las patologías renales, neurológicas o neumonías priorizábamos los medicamentos de uso humano. Anestesiar y coger una muestra del pulmón es un riesgo para los animales en esta situación".

"El control de la salud pública no es un lujo"

La fiscalidad centra otra de las demandas del gremio, ya que piden la reducción del IVA del 21% al 10% en los servicios veterinarios, al mismo nivel que la sanidad humana. "Poner una vacuna de la rabia no puede tener un precio de lujo, cuando está controlando una enfermedad que es un riesgo para la salud pública".

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