Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Todos los días vemos en las redes sociales personas que se encuentran animales domésticos abandonados en las calles como perros, gatos, hurones o agapornis. Esta es una imagen que parte el corazón, ya que son criaturas indefensas ante el abandono y el maltrato. Estas publicaciones suelen pedir ayuda para encontrar a los dueños o para conseguir una adopción definitiva. Esta forma de actuar, aunque sea con la mejor de las intenciones, deben estar guiadas por un protocolo adecuado para garantizar el bienestar del animal y/o registrar un posible delito de abandono.
Si el animal que hemos encontrado lleva una chapa identificativa con un teléfono y es dócil, la solución puede ser tan sencilla como llamar al número y resolver el problema. El problema está cuando se trata de una mascota sin collar o identificación, o una camada recién nacida abandonada. En estos casos, hay algunos pasos que podemos seguir que son realmente importantes para que no haya problemas, tanto si es un reencuentro con su dueño como si es para proceder con la adopción.
Una de las cosas más importantes y que no hace mucha gente es llamar al teléfono de emergencias 112. David Dorado Rivera, Policía Municipal y experto en criminología y maltrato animal, nos explica que llamar al 112 es necesario para que deriven la llamada al servicio competente, como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o a un servicio de recogida de animales. Sobre todo en casos de encontrar una camada abandonada, hay que informar a las autoridades para que se hagan cargo de los animales y de la investigación.
Abandonar a un animal doméstico es un delito penal recogido en el artículo 337 bis y una infracción administrativa en muchas comunidades autónomas. Por ello, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deben actuar ante un posible ilícito penal o una infracción administrativa y pueden verificar si el animal está registrado y ayudar a localizar al dueño, o en caso de que el animal esté herido, trasladarlo a un veterinario.
Cuando las autoridades no puedan presentarse, se puede recurrir a la colaboración ciudadana, e intentar hacer lo necesario para llevar al animal a una clínica veterinaria. Allí podrán comprobar si el animal tiene un microchip o alguna identificación y evaluar su estado de salud. Aquí pueden pasar tres cosas:
El animal debe estar bajo la custodia de un organismo competente y no se recomienda llevárselo a casa. Esto se hace para no entorpecer el reencuentro con su dueño o la investigación en casos de maltrato. Solo en situaciones concretas, que valorarán la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC) o las autoridades, se puede actuar como casa de acogida temporal.
Cada administración local tiene un plazo durante el cual el dueño puede reclamar al animal. En Madrid, este plazo es de cinco días, mientras que en Sevilla, el dueño de un animal perdido tiene un plazo de 20 días para reclamarlo. Si pasa este tiempo y el animal no es reclamado, se considera abandonado y puede ser puesto en adopción.
Para evitar el abandono de los animales, David Dorado sugiere que se lleve un registro nacional de todos los animales domésticos mediante microchip y anillado, con una muestra de ADN incluida. Esta medida ayudaría a las investigaciones policiales y evitaría muchos abandonos y muertes.
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