Sorda, casi ciega y cariñosa: así es la gata más vieja del mundo según Guinness World Records
Guinness Records
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El Libro Guinness de los récords se encarga de mostrar cada año una gran colección de récords mundiales tanto humanos como del mundo natural, y eso lo sabe muy bien Flossie, que con 27 años de edad ha sido coronada como la gata viva más vieja del mundo.
Esta gata vive en Reino Unido y recibió el reconocimiento oficial de Guinness World Records el pasado jueves a la edad exacta de 26 años y 329 días según hicieron en un comunicado de prensa. Su color es marrón y negro y tal y como informaban sus dueños: tiene mala vista y es sorda, pero aun así goza de muy buena salud.
"Sabía desde el principio que Flossie era una gata especial, pero no imaginé que compartiría mi hogar con un poseedor de un récord mundial", dijo Vicki Green, quien la adoptó después de que la anciana mascota fuera entregada a UK cat. organización benéfica de bienestar Cats Protection en agosto.
“Es tan cariñosa y juguetona, especialmente dulce cuando recuerdas la edad que tiene. Estoy inmensamente orgullosa de que Cats Protection me haya emparejado con un gato tan increíble”, agregó.
La gata fue callejera durante los primeros meses de vida
Tal y como informa CNN, la gata Flossie empezó siendo callejera en sus primeros meses de vida desde 1995 muy cerca del hospital de Merseyside en Liverpool, al noroeste de Inglaterra. Más adelante estuvo en varios hogares: fue adoptada por un trabajador del hospital con el que vivió durante 10 años hasta que el dueño murió. Fue entonces cuando la hermana del trabajador del hospital la adoptara, con la que estuvo otros 14 años.
Cuando su segundo dueño murió, Flossie se quedó con el hijo de ella durante tres año hasta que la dieron a la organización de voluntarios de Cats Protection. En ese momento empezaron ver lo mayor que era la gata y lo bien que se encontraba de salud (a pesar de estar sorda y tener mala vista): "Nos quedamos estupefactos cuando vimos que los registros veterinarios de Flossie mostraban que tenía 27 años", dijo Naomi Rosling, coordinadora de la sucursal de la organización benéfica, en el comunicado.
Y es que la mayoría de personas prefieren adoptar a gatos jóvenes y por desgracia los mayores son los que pasan sus últimos días en un refugio: "Siempre quise darles a los gatos mayores una vida posterior cómoda", dijo Green, quien espera que la historia de Flossie aliente a los posibles dueños de gatos a proporcionar un refugio para las mascotas mayores.
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