Nacen por primera vez hasta seis crías de lince ibérico en el pajar de una finca
Cría de lince ibérico
Parece que nunca ha habido constancia de un parto tan numeroso. La madre es Granadilla, una hembra de once años liberada en 2010 y forma parte del Plan de Recuperación de Lince en Andalucía
JAÉN/Nacen seis crías de lince ibérico en el pajar de una finca ubicada en el entorno del río Guarrizas, en la provincia de Jaén, según ha comunicado a través de Twitter la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo.
Parece que es la primera vez que existe constancia de un parto tan numeroso, ya que ni en los centros de cría se ha dado algo similar. La madre es Granadilla, una hembra de once años liberada en 2010 y procedente del centro de cría de lince ibérico de la Olivilla que gestiona la Junta en Jaén. Es la hembra fundadora del núcleo de población de la comarca de Guarrizas. Es el tercer año que cría en esta zona que forma parte del Plan de Recuperación del Lince en Andalucía que desarrolla el Gobierno autonómico con fondos y técnicos propios.
Crespo ha destacado "la apuesta del Gobierno de Andalucía por la preservación de esta especie emblemática", favoreciendo la creación de nuevos asentamientos, la conexión de poblaciones y la renovación con nuevos ejemplares para fomentar la diversidad genética.
En este sentido, ha resaltado que Andalucía coordina el nuevo proyecto Life de conservación del lince, denominado 'Life Lynx Connect', que reúne a 20 socios y que cuenta con más de 18 millones de euros para trabajar en el objetivo de que el lince pase de estar declarado como 'especie en peligro de extinción' a 'especie vulnerable'.
"Tenemos un reto colectivo y los 21 socios de este nuevo Life estamos colaborando para garantizar el futuro del lince ibérico", ha remarcado la Consejera, quien ha subrayado "el compromiso de la Junta con la conservación de una especie que forma parte del patrimonio natural de Andalucía".
Los técnicos han constatado su reproducción todas las anualidades. Para los primeros partos eligió cuevas naturales existentes en el área. En 2019, su parto coincidió con lluvias intensas, lo que hizo que cambiara a sus cachorros, con aproximadamente una semana de edad, a una nave de aperos donde el ganadero que tiene arrendado los pastos guarda la paja para el ganado. Tras varios días en él y, una vez que las lluvias finalizaron, los cambió a un nuevo cubil en un área de vegetación cerrada a unos 300 metros de éste.
El año pasado, probablemente debido a la sensación de seguridad y a las condiciones de temperatura y tranquilidad de la nave, decidió parir de nuevo en el pajar, donde mantuvo a los cachorros hasta que contaban aproximadamente con un mes y medio de edad, momento en el que los llevó nuevamente al área de vegetación cerrado, según precisó entonces la Consejería. Ahora, se ha decantado otra vez por un pajar para tener a estas seis nuevas crías.
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