Janus, la tortuga de dos cabezas más longeva del mundo, cambia de domicilio en Ginebra
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Durante los próximos meses de invierno, el animal residirá en el interior del recinto dispuesto para ella, equipado con dos terrarios donde puede realizar sus ejercicios físicos
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La tortuga bicéfala Janus, el reptil de esta especie más longevo del mundo con dos cabezas, ha sido trasladado al centro de preservación de especies de Ginebra durante al menos un año debido al cierre temporal del Museo de Historia Natural de la ciudad suiza, donde reside habitualmente.
El nuevo hogar de Janus, un recinto separado del resto de animales en la entrada del bioparque, cuenta con las condiciones necesarias de temperatura e higiene que han permitido a Janus alcanzar los 26 años de edad.
"Es el ejemplar de tortuga más longevo del mundo con dos cabezas y dobles órganos, hasta el estómago", explicó a EFE una de sus dos cuidadoras, la colombiana afincada en Suiza Angélica María Castaño, quien también ayudó a Janus a comer parte de la ensalada de frutas y verduras que le había preparado como "bienvenida".
Según la cuidadora, el proceso de adaptación de Janus ha sido "muy fácil y cómodo" gracias a la semejanza entre el nuevo entorno y el hogar original de Janus, lo que ha permitido mantener la marcada rutina del animal, que consta de un baño por la mañana y otro por la tarde, así como de varias series de ejercicios físicos dentro y fuera de su terrario.
Tres personas se turnan para garantizar la seguridad de Janus, que cuenta con riesgos añadidos a los de la vida de una tortuga "normal", como su caparazón especialmente plano que puede dificultarle el darse la vuelta en caso de que caiga boca arriba o su limitada capacidad motriz debido a que cada cabeza manda las señales de movimiento a la mitad de las extremidades más próximas a su lado.
Un recinto con todas las comodidades
Durante los próximos meses de invierno, el animal residirá en el interior del recinto dispuesto para ella, equipado con dos terrarios donde puede realizar sus ejercicios físicos, así como con un cristal transparente a través del cual los visitantes del bioparque podrán contemplarlo durante siete horas al día.
A partir de marzo, cuando se prevé que las temperaturas empiecen a subir, la tortuga será liberada durante ciertas horas en una área delimitada exclusivamente para él, sin acceso de otros animales y bajo la atenta supervisión de sus cuidadoras.
Además de buscar el bienestar de Janus, su nuevo hábitat también pretende atraer a los más de 300.000 visitantes que acuden cada año al Museo de Historia Natural de Ginebra para ver a este exótico ejemplar, el único animal con vida que alberga la institución y su principal atractivo.
"La presencia de Janus es muy importante en un lugar como el bioparque, que es visitado por niños y por un mayor público ginebrino, y ahora también por nuestros visitantes habituales", explicó en declaraciones a EFE el responsable del museo, Pierre-Henri Heizzman.
Se trata de la segunda vez que la tortuga bicéfala abandona el museo desde que naciera allí el 3 de septiembre de 1997, cuando de uno de los huevos que un particular había llevado a las incubadoras de la institución surgió ella, una tortuga macho de la subespecie griega (testudo graeca), presente en todo el Mediterráneo y muy habitual como mascota doméstica.
¿Cuánto tiempo vivirá Janus?
A diferencia del resto de tortugas de su especie con una cabeza, que viven hasta medio siglo en libertad y cien años en cautiverio, la especial condición de Janus puede reducir su esperanza de vida.
Algo que se ha conseguido evitar gracias a la estricta rutina llevada a cabo por el museo ginebrino durante el último cuarto de siglo y que ha permitido al animal convertirse en el ejemplar con dos cabezas más longevo del mundo.
Para el director del bioparque de Ginebra, Tobias Blaha, la presencia de Janus en el centro funciona también como referente para crear conciencia sobre las amenazas a las que se enfrentan los reptiles de todo el mundo como consecuencia de la pérdida de su hábitat, la crisis climática, el tráfico ilegal o el abandono animal.
"Tras la crisis climática, cada vez más gente abandona a sus reptiles y anfibios y otros muchos están en riesgo de desaparecer debido a la destrucción de sus hábitats naturales", comentó el director y veterinario del centro.
El bioparque de Ginebra alberga a otros 31 reptiles, entre ellos 24 tortugas, así como a otras especies como camellos, linces, suricatos o canguros, de los cuales el 90 % llegaron al centro tras ser abandonados o confiscados por las autoridades suizas debido a su obtención ilícita por particulares.
Se prevé que Janus permanezca en el centro durante al menos un año hasta que finalicen las obras de renovación del Museo de Historia Natural de Ginebra, que darán comienzo a partir del próximo 1 de enero de 2024.
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