Gunther, el perro más rico del mundo con 400 millones de dólares en su poder y un chef privado

Gunther es un perro de la raza pastor alemán que acumula la friolera suma de 400 millones de dólares en su poder, pero además cuenta con varios jets privados, casas en Italia, un yate, se mueve en limusina y hasta consiguió vender la mansión de Madonna.

Ahora, el próximo miércoles 1 de febrero estrenará una miniserie en Netflix que se llamará "Gunther, el perro millonario". Este es considerado como el animal más rico del mundo y vive en Miami (Estados Unidos). Este animal duerme en camas de terciopelo y su comida la elabora un chef privado, e incluso Clarín asegura que tiene más de 25 empleados a su disposición en la mansión que tiene nueve habitaciones y ocho baños y se encuentra frente al mar.

Tal y como afirma "All About Cats", Gunther VI es el animal más rico del mundo y le siguen Nala Cat, que tiene 300 millones, y por Olivia Benson, la gata de la cantante Taylor Swift, que posee 97 millones.

¿Cómo puede ser un perro millonario?

La respuesta es más sencilla de lo que parece. Los perros nunca van a poder poseer activos financieros (evidentemente) pero sí pueden heredarlos mediante fideicomisos de mascotas (un propietario legal de los activos que designa a uno o varios beneficiarios que gozarán de los beneficios de los bienes depositados en el fideicomiso) que fueron creados por sus dueños.

Gunther VI consiguió esta fortuna gracias a su abuelo Gunther III, un pastor alemán que heredó la fortuna de la condesa alemana Karlotta Liebenstein en 1992. Ella se quedó sin herederos tras morir su hijo y decidió otorgar su riqueza a su mascota. El perro recibió 80 millones de dólares pero la persona que se encargaba de su dinero invirtió y fue creando más riqueza todavía.

Ya en 2021 este perro fue muy popular debido a que "vendió" la mansión de Madonna en Miami por casi 30 millones de dólares, un valor casi tres veces superior al que fue adquirida en los 2000. Fue la propia reina del pop quien subió una foto a Instagram bromeando con que un perro había logrado vender su ex mansión a un precio mucho más elevado que el que ella obtuvo cuando se deshizo del inmueble.